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Apenas unos pocos días después de conseguir trabajo como reportera, Clare Hollingworth no podría haber esperado tener entre sus manos semejante noticia.

 

Después de abrirse camino en una industria en la que tenía cero conexiones, poca experiencia y siendo una mujer en aquellos días, consiguió un trabajo como periodista para el Daily Telegraph. Pero decidida a probar sus capacidades y su valor, Hollingworth persuadió a sus editores para que la enviara a Polonia para informar sobre la sospecha una posible guerra que invadía los oídos Occidente en agosto de 1939.

 

clare2Clare Hollingworth falleció a los 105 años de edad en Hong Kong. Fue quién obtuvo la primicia del siglo en 1939 cuando dio la noticia del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su carrera de tantos años como periodista de guerra y corresponsal extranjero se extendió sobre continentes y décadas. Hollingworth se recuerda tanto por sus impactos periodísticos como lo era por sus travesuras y burlas: Fue acusada de ser un espía para su natal Inglaterra y para otros países; Con frecuencia dormía en trincheras y seguía haciéndolo de vez en cuando en el piso de su casa hasta su vejez para no ablandarse; Su frase inmortal era: “Debo admitir que me gusta estar en una guerra”.

 

Los lectores en busca de escondadas historias de guerra y viejas anécdotas de la vida de Hollingworth no tendrán escasez de material para elegir: varias notas en importantes publicaciones o libros como Primera Linea o Mao y los hombres en su contra, mostrarán el perfil de una profesional hasta ahora poco conocida.

 

Clare Hollingworth fue aclamada como un héroe por sacar a la luz la historia de que Alemania estaba invadiendo Polonia. Hollingworth era una de las pocas mujeres corresponsales de guerra, y pasó mucho tiempo trabajando como cronista, una situación en la que los periodistas modernos tienen mucha más facilidad ya que disponen de medios insospechados en aquel entonces. Sin embargo, su ejemplo debe clare3mantenerse. No conforme con estar confinada en una oficina o en una sala de prensa, Hollingworth nunca escondió sus deseos de ir donde estaba la acción.

 

Hollingworth siguió sin mostrar miedo, y no tomó ningún escollo como imposible a lo largo de su carrera. Viajando sólo con una máquina de escribir y un cepillo de dientes – lo que ella llamó “un T y T” (Typewriter y Toothbrush en inglés) y un pequeño revólver para su seguridad, fue testigo de momentos históricos y no midió pasos audaces para informar sin temor en el volátil mundo que la rodeaba.

 

Como muestra, Hollingworth  fue acusada de ser un espía MI6 por la policía secreta polaca; Se convirtió en uno de los primeros corresponsales occidentales en ser acreditados en China después de la revolución cultural; Cubrió la Guerra del Desierto en el norte de África, las guerras civiles en Argelia y Adén, y las guerras India-Pakistán; Expuso la historia de la desaparición y deserción de Kim Philby a la Unión Soviética; Ella sola aseguró la liberación del periodista John Wallis, del Daily Telegraph quien fuera secuestrado. La periodista persuadió a los forajidos que ella y otros reporteros marcharían hacia ellos y se dejarían tomar como prisioneros si fuera necesario, si no acataban la orden de soltarle.

 

clare4Ella también tomó un papel humanitario. En la ciudad polaca de Katowice, ayudó a asegurar la evacuación segura de casi 3.000 personas que huían de los nazis. Sus tácticas de contrabando, y su decisión de disfrazar a los refugiados como locales, la llevaron a ser apodada Pimpinela Escarlata. O si usted prefiere, la versión femenina de Oskar Schindler.

 

Lo que distinguía a Hollingworth en esa época no sólo era su impecable sentido de las noticias, sino también el hecho de que logró tanto y tan bien, en un período en el que las mujeres que ganaban escaso reconocimiento en un campo dominado por hombres. Tenía oportunidades y acceso limitados en comparación con sus compañeros, pero rápidamente forjó su propio camino hacia el éxito, construyendo conexiones para mantenerse a la vanguardia de los competidores y, agazapada, conseguir primicias.

 

A pesar de la naturaleza extremadamente competitiva del mundo periodístico, Hollingworth también entendió la importancia de apoyar a otras mujeres, independientemente de aquellas que escribieran o no para las publicaciones rivales. Ella construyó una red con otras mujeres periodistas en El Cairo y el norte de África, incluyendo Eve Curie (hija de la científico Marie Curie), Clare Boothe Luce (esposa del editor Henry Luce) y Martha Gellhorn, que estaba casada con Ernest Hemingway.

 

clare5Hollingworth residía en Hong Kong donde falleció a los 105 años. Pese a sus numerosos logros en una carrera que abarca décadas, e incluso después de su gran momento histórico en la frontera polaca e innumerables logros, el nombre de Hollingworth ha sido en gran medida olvidado.

 

Sus grandes logros también ilustran la naturaleza inusual de las mujeres que están en la primera línea del periodismo en el lugar exacto, en el momento ideal. Nunca puso como excusa que su género sería una barrera para lograr suceso en el periodismo.

 

Clare Hollingworth nació en Knighton, Leicester el 10 de octubre de 1911 y falleció en Hong Kong, el 10 de Enero de este año. En 1962 ganó el premio de Periodista Femenina del año, entre otras distinciones.

 

 

 

 

 

“El periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas

advertidas y al Gobierno inquieto”.

Francisco Umbral

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 11, 2017


 

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