¿Cuál es la finalidad de los medicamentos para el cuerpo y el alma? ¿Y los fármacos?

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Por Claudio Valerio

Cuando nos referimos a medicamentos, lo hacemos haciendo referencia a un preparado o una sustancia que tiene propiedades preventivas o curativas, que se administra a las personas, y también a animales, con el fin de ayudar al organismo a la recuperación de los desequilibrios producidos por las enfermedades o bien a protegerse de ellos. Podría decirse que poseen propiedades específicas para el tratamiento o la prevención de enfermedades en las personas.

En la Argentina, desde las vacunas a los analgésicos, se encuentran reguladas y controladas por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología); esta institución garantiza que los productos para la salud sean adecuados para protección de la población.

Debemos de diferenciar entre medicamentos y fármacos, porque hay diferencias entre ellos. En términos generales, sin A grandes rasgos y sin entrar a detallar las diferencias para que no nos resulte engorroso, podemos considerar un medicamento como la combinación de uno o más fármacos que, mezclados con otras sustancias que no son de principios activos, ayudan al fármaco, o fármacos, a cumpla con su función en el organismo. O sea que al fármaco lo podemos considerar como una molécula, con un simple principio activo, que puede ser de síntesis artificial u obtenida de la naturaleza que, al entrar al organismo, podremos saber qué cambios genera. Los fármacos pueden tener un origen natural, sintético o semisintético. Los fármacos de origen natural pueden ser de origen vegetal (opio, coca, belladona, etc.), de origen animal (polvo de tiroides, veneno de serpiente, etc.), o como fuente mineral (hidróxido de aluminio, bicarbonato de sodio, etc.).

Según la forma en que se los administra, a los medicamentos se los clasifica atendiendo a su forma de administración; por lo que podemos encontrar los orales, como los comprimidos, jarabes o cápsulas, como también están los intramusculares e intravenosos (como ampollas y viales) y, por último, los intradérmicos (como las insulinas).

Pero, ¿qué tratamiento o clasificación dar para los medicamentos para el alma?

Si nos duele la cabeza, nuestro cuerpo físico se desnivela y, para este caso, la medicina nos puede ayudar en el tema de la dolencia que padecemos; sin embargo, el analgésico que se toma jamás nos resuelve el asunto del desequilibrio emocional.

Debemos neutralizar nuestros temores y, aunque resulte difícil de creer, el acercamiento con la naturaleza, con la paz que produce la palabra de Dios y la energía que se lee en los mensajes positivos, hacen que el alma se vivifique y vuelva la fortaleza al cuerpo. Siempre confiando en lo que nos dice el doctor, pero no nos olvidemos que Dios nunca nos falla.

¿Quién puede cumplir con las exigencias de la vida si nos agobian los problemas?

Dios nos enseña que no hay que escapar de ellos; a los problemas hay que enfrentarlos. Sin embargo, se debe tener cuidado de no generar espacios propicios para que las angustias lleguen a nuestros mundos. Si no disponemos de dinero, no gastar más de lo que se gana; si amamos a nuestra pareja, no buscar en otras lo que ya se tiene; si somos buenos trabajadores, permanezcamos tranquilos confiando que, tarde o temprano, la vida profesional nos sonreirá.

Es hora que imprimamos un poco de disciplina a nuestra vida y, además, es tiempo de acercarnos a Dios; porque el agua del mar, los frondosos bosques y hasta mismo los altos picos nevados afrontan las inclemencias y las variaciones del clima y, no obstante, siguen ahí, regalándonos sus bellezas… Hagamos todo esto y encontraremos una vida más reconfortante.

Están desequilibrados en casi todos los escenarios: mantienen sus relaciones sentimentales enredadas por culpa de los mil amores que se inventan; siempre dan brincos, solo para tapar sus errores; se la pasan con la salud ‘pendiendo de un hilo’,

Para vivir de una manera sana y tranquila, a pesar de no disponer de las mejores condiciones salariales, de estar corriendo y girando contra el viento para esquivar las vicisitudes que nos agobian, y aunque se viva renegando de los trabajos, creamos en el valor espiritual de las cosas hagamos algo para buscar de proveernos de esta lista de medicamentos que no se encuentran en farmacia y que son “verdadera medicina”:

  1. Tomar baños de Sol.

  2. Ejercicio físico.

  3. La alimentación natural.

  4. El ayuno.

  5. Las verduras.

  6. Dormir.

  7. Hacer caminatas diarias (Sunshine).

  8. Amar a alguien.

  9. Ser amado.

  10. Leer y estudiar la Palabra de Dios.

  11. Confiar y creer en Dios.

  12. Meditación.

  13. La gratitud.

  14. Cantar y alabar a Dios.

  15. Comer bien y a su hora.

  16. Risas.

  17. Dejar la ofensa a un lado.

  18. Buenos amigos.

  19. Ser perdonado y perdonar a los demás.

  20. Pensar correctamente y pensar correctamente con el estado de ánimo correcto.

Si usamos estos medicamentos frecuentemente, rara vez se necesitará de medicamentos de venta libre. Porque, si bien un buen ingreso económico, una buena cobertura social y, también, buenas y abundantes medicinas para el cuerpo, son necesarias, en el mundo de los “malestares y dolencias del alma” no hay tantas medicinas, y las indicadas son extremadamente buenas. De hecho, no nos olvidamos que hay un medicamento extraordinario que puede curar prácticamente a todas las dolencias: la Fe; la filosofía para el alma.

 

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, y permita que prosperes en todo, y que derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.

Claudio Valerio

®. Valerius

 


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 18, 2022


 

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