Polaris

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  Por H.P. Lovecraft

El resplandor de la Estrella Polar penetra por la ventana norte de mi cámara. Allí brilla durante todas las horas espantosas de negrura. Y durante el otoño, cuando los vientos del norte gimen y maldicen, y los árboles del pantano, con las hojas rojizas, susurran cosas en las primeras horas de la madrugada bajo la luna menguante y cornuda, me siento junto a la ventana y contemplo esa estrella. En lo alto tiembla reluciente Casiopea, hora tras hora, mientras la Osa Mayor se eleva pesadamente por detrás de esos árboles empapados de vapor que el viento de la noche balancea. Antes de romper el día, Arcturus parpadea rojozo por encima del cementerio de la loma, y la Cabellera de Berenice resplandece espectral allá, en el oriente misterioso; pero la Estrella Polar sigue mirando con recelo, fija en el mismo punto de la negra bóveda, parpadeando espantosamente como un ojo insensato y vigilante que pugna por transmitir algún extraño mensaje, aunque no recuerda nada, salvo que un día tuvo un mensaje que transmitir. Sin embargo, cuando el cielo se nubla, consigo conciliar el sueño.

Nunca olvidaré la noche de la gran aurora, cuando jugaban sobre el pantano los horribles centelleos de la luz demoníaca. Después de los destellos llegaron las nubes, y luego el sueño.

Y bajo una luna menguante y cornuda, vi la ciudad por primera vez. Se asentaba, callada y soñolienta, sobre una meseta que se alzaba en una depresión entre picos extraños. Sus murallas eran de horrible mármol, al igual que sus torres, columnas, cúpulas y pavimentos. En las calles había columnas de mármol en cuya parte superior se alzaban esculpidas imágenes de hombres graves y barbados. El aire era cálido y manso. Y en lo alto, apenas a diez grados del cénit, brillaba vigilante esa Estrella Polar. Mucho tiempo estuve contemplando la ciudad sin que llegara el día. Cuando el rojo Aldebarán, que parpadea a baja altura sin ponerse, llevaba ya hecho un cuarto de su camino por el horizonte, vi luz y movimiento en las casas y las calles. Formas extrañamente vestidas, a un tiempo nobles y familiares, deambulaban bajo la luna menguante y cornuda; los hombres hablaban sabiamente en una lengua que yo entendía, si bien era distinta de la que conocía. Y cuando el rojo Aldebarán hubo recorrido más de la mitad de su trayecto, volvió el silencio y la oscuridad.

Al despertar ya no fui el de antes. Había quedado grabada en mi memoria la visión de la ciudad, y en mi alma había despertado un recuerdo brumoso, de cuya naturaleza no estaba entonces seguro. Después, en las noches de cielo nublado en que podía dormir, vi con frecuencia la ciudad; unas veces bajo los rayos cálidos y dorados de un sol que nunca se ponía y giraba alrededor del horizonte. Y en las noches claras, la Estrella Polar miraba de soslayo como no lo había hecho nunca.

Gradualmente, empecé a preguntarme cuál podía ser mi sitio en aquella ciudad de la extraña meseta entre extraños picos. Contento al principio de contemplar el paisaje como una presencia incorpórea que todo lo observaba, deseé luego definir mi relación con ella, y hablar con los hombres graves que a diario discutían en las plazas. Me dije a mí mismo: “Esto no es un sueño; pues, ¿por qué medio puedo probar que es más real esa otra vida de las casas de piedra y ladrillo, al sur del siniestro pantano y del cementerio de la loma, donde cada noche la Estrella Polar atisba furtiva por mi ventana?”

Una noche, mientras escuchaba el discurso en la gran plaza de numerosas estatuas, experimenté un cambio, y noté que al fin tenía forma corporal. Pero no era un extraño en las calles de Olathoe, la ciudad de la meseta de Sarkia, situada entre los picos Noton y Kadiphonek. Era mi amigo Alos quien hablaba, y su discurso era grato a mi alma, ya que era el discurso del hombre sincero y del patriota. Esa noche tuve noticia de la caída de Daikos y del avance de los inutos, demonios achaparrados, amarillos y horribles que cinco años antes habían surgido del desconocido occidente para asolar los confines de nuestro reino y sitiar muchas de nuestras ciudades. Una vez tomadas las plazas fortificadas al pie de las montañas, su camino quedaba ahora expedito hacia la meseta, a menos que cada ciudadano resistiese con la fuerza de diez hombres. Pues las rechonchas criaturas eran poderosas en las artes de la guerra, y no conocían aquellos escrúpulos de honor que impedían a nuestros hombres altos y de ojos grises, habitantes de Lomar, emprender una conquista despiadada.

Mi amigo Alos mandaba todas las fuerzas de la meseta, y en él se cifraba la última esperanza de nuestro país. En este momento hablaba de los peligros que había que afrontar y exhortaba a los hombres de Olathoe, los más bravos de los lomarianos, a perpetuar la tradición de sus antepasados, quienes al verse obligados a abandonar Zobna y desplazarse hacia el sur ante el avance de los hielos (incluso nuestros descendientes tendrán que dejar un día las tierras de Lomar), barrieron gallarda y victoriosamente a los gnophkehs, caníbales velludos y de largos brazos que se oponían a su paso. Alos me había rechazado como guerrero, ya que era débil y propenso a extraños desmayos cuando me sometía a la fatiga y al esfuerzo. Pero mis ojos eran los más agudos de la ciudad, a pesar de las largas horas que yo dedicaba cada día al estudio de los manuscritos Pnakóticos y del saber de los Padres Zbanarianos; de modo que mi amigo, no queriendo condenarme a la inacción, me concedió el penúltimo deber en importancia: me envió a la atalaya de Thapnen para hacer allá de ojos de nuestro ejército. En caso de que los inutos intentasen conquistar la ciudadela por el estrecho paso que hay detrás del pico de Noth, y sorprender por allí a la guarnición, yo debía encender la señal de fuego que advertía a los soldados que aguardaban, y salvar la ciudad de su inmediata destrucción.

Subí solo a la torre, ya que los hombres fuertes eran todos necesarios abajo en los desfiladeros. Tenía el cerebro dolorosamente embotado por la excitación y el cansancio, ya que no había dormido desde hacía muchos días; pero mi resolución era firme, pues amaba mi tierra natal de Lomar, y la marmórea ciudad de Olathoe, situada entre los picos Noton y Kadiphonek.

Pero cuando estaba en la cámara más alta de la torre, percibí la luna roja, siniestra, menguante, cornuda, temblando entre los vapores que flotaban sobre el lejano valle de Banof. Y a través de su abertura del techo brilló la pálida Estrella Polar, parpadeando como si estuviera viva, y mirando furtiva como un demonio de tentación. Creo que su espíritu me susurró consejos malvados, sumiéndome en traidora somnolencia con una rítmica y condenable promesa que repetía una y otra vez:

“Duerme, vigía, hasta que las esferas giren veintiséis mil años Y yo regrese al lugar donde ahora ardo. Después, otros astros surgirán En el eje de los cielos astros que sosieguen, astros que bendigan Sólo cuando mi órbita concluya turbará el pasado tu puerta”.

En vano traté de vencer mi somnolencia, intentando relacionar estas extrañas palabras con alguno de los saberes celestes que yo había aprendido en los manuscritos Pnakóticos. Mi cabeza, pesada y vacilante, se dobló sobre mi pecho; y cuando volví a mirar, fue en un sueño, y la Estrella Polar sonreía burlonamente a través de una ventana, por encima de los horribles y agitados árboles de un pantano soñado. Y aún continúo soñando.

En mi vergüenza y desesperación, grito a veces frenéticamente, suplicando a las criaturas soñadas de mi alrededor que me despierten, no vaya a ser que los inutos suban furtivamente por detrás del pico de Noton y tomen la ciudadela por sorpresa; pero estas criaturas son demonios: se ríen de mí y me dicen que no sueño. Se burlan mientras duermo; entretanto, puede que los enemigos achaparrados y amarillos se estén acercando a nosotros con sigilo. He faltado a mi deber y he traicionado a la marmórea ciudad de Olathoe. He sido desleal a Alos, mi amigo y capitán. Sin embargo, estas sombras de mis sueños se burlan de mí. Dicen que no existe ninguna tierra de Lomar, salvo en mis nocturnos desvaríos; que en esas regiones donde la Estrella Polar brilla en lo alto, y donde el rojo Aldebarán se arrastra lentamente por el horizonte, no ha habido otra cosa que hielo y nieve durante milenios, ni otros hombres que esas criaturas rechonchas y amarillas, marchitas por el frío, que se llaman “esquimales”.

Y mientras escribo en mi culpable agonía, frenético por salvar a la ciudad cuyo peligro aumenta a cada instante, y lucho en vano por liberarme de esta pesadilla en la que parece que estoy en una casa de piedra y de ladrillos, al sur de un siniestro pantano y un cementerio en lo alto de una loma, la Estrella Polar, perversa y monstruosa, mora desde la negra bóveda y parpadea horriblemente como un ojo insensato que pugna por transmitir algún mensaje; aunque no recuerda nada, salvo que un día tuvo un mensaje que transmitir.

 


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Agosto 3, 2020


 

LO MÁS VISTO DE LA SEMANA ♣ Agosto 2, 2020

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Las noticias más leídas en PrisioneroEnArgentina.com. Las más comentadas, las más polémicas. De que está la gente hablando…

REINICIO Julio 27, 2020 00.00 HORAS 
HORA DE CONTROL Agosto 2, 2020 23.23 HORAS

 


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Agosto 2, 2020


 

RAMÓN DE MARCHI, CON COVID 19, EN MANOS DE JUECES ASESINOS

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  Por CLAUDIO KUSSMAN

 

UN ENSAÑAMIENTO JUDICIAL Y PENITENCIARIO SIN FIN

Anoche a las 22 horas un equipo de penitenciarios con vestimenta de aislamiento sanitario, se hizo presente en el Pabellón 4 de la Unidad Penitenciaria 31. Se confirmaba lo peor, al Teniente Primero RAMÓN DE MARCHI de 71 años de edad, de acuerdo a los lentos estudios realizados días atrás, estaba afectado por   el Covid 19. En una conversación sostenida en horas de la mañana, él mismo decía convencido que todas las dolencias y síntomas que presentaba eran debido a esta pandemia. Como en el caso de Etchecolatz, sin que él lo supiera grabamos la misma y como se escuchará allí, surge la desatención, el abandono y la carnicería que se está llevando a cabo con los adultos mayores imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad.

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Kussman
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Claudio Kussman dialoga con Gustavo Ramón DeMarchi

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DeMarchi
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¿Dónde carajo está el aislamiento, si el que lo tuvo que asistir, como un enfermero todo el tiempo fue MIGUEL ETCHECOLATZ de 91 años de edad y quien seguramente también a estas horas, debe tener la enfermedad? El Servicio Penitenciario Federal no sigue protocolo de aislamiento alguno  como se debe hacer apenas se presentan los primeros malestares, así no sea Coronavirus. A todo esto, viles malparidos  “humanos” con títulos de jueces en un ensañamiento sin fin, sostienen que estos septuagenarios, octogenarios y nonagenarios están bien protegidos y debidamente atendidos en el penal que los aloja. Cada uno de ellos son ni más ni menos que cobardes asesinos, resguardados por la indiferencia generalizada existente y por la complicidad de funcionarios gubernamentales, políticos, medios de comunicación y la misma iglesia católica, que mira para otro lado. Malditos sean todos ellos.

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Claudio Kussman

Comisario Mayor (R) 

Policía Pcia. Buenos Aires

Agosto 02, 2020

claudio@PrisioneroEnArgentina.com

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 “Una vida sin homicidios es para mí como una vida sin alimentos para ustedes”

Aleksandr Pichushkin (asesino serial  – 1974-     )

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CONSTITUIDA EN HORAS DE LA MAÑANA DE HOY DOMINGO, LA ESPOSA DE RAMÓN DE MARCHI, EN EL HOSPITAL MUÑIZ DONDE ESTÁ INTERNADO, LE NOTIFICARON QUE RECIÉN MAÑANA AL MEDIODÍA LE PODRÁN DAR UN PANORAMA MÉDICO. PARA ELLA LA AGONÍA CONTINÚA.

 


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Agosto 2, 2020


 

¿Realmente perdió Estados Unidos la Guerra de Vietnam?

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La opinión convencional sigue siendo que Estados Unidos perdió la Guerra de Vietnam porque el oponente, Vietnam del Norte, conquistó el lado que EE.UU. respaldaba, Vietnam del Sur, que se rindió en abril de 1975. Aunque el Vietnam del Norte y el Viet Cong sufrieron enormes bajas, más de un millón de muertos, por heridas, enfermedades y desnutrición, los comunistas finalmente prevalecieron.

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Otros argumentan que Estados Unidos no perdió la guerra porque todas las fuerzas de combate estadounidenses habían salido de Vietnam del Sur a principios de 1973, más de dos años antes de la victoria final de Vietnam del Norte. Desde este punto de vista, la guerra fue un fracaso político: Estados Unidos no había logrado mantener a Vietnam del Sur independiente y libre de counismo, pero no había sido una derrota para el propio ejército estadounidense.

Un tercer argumento sostiene que Estados Unidos nunca fue derrotado en Vietnam porque nunca fue “su” guerra. 

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Se desplegaron fuerzas estadounidenses en Vietnam del Sur para ayudar a esa nación a defender su integridad territorial y política, no para conquistar Vietnam del Norte. A pesar del compromiso masivo de las fuerzas y recursos estadounidenses, la Guerra de Vietnam fue una guerra civil entre el Norte y el Sur, comunista y no comunista, en la que los vietnamitas de ambos lados fueron los que más lucharon y murieron. Según este razonamiento, Estados Unidos intentó balancear la balanza a favor del Sur, pero nunca estuvo en condiciones de decidir el destino final de Vietnam.

Otros sostienen que Estados Unidos podría haber logrado una victoria militar tradicional si las tropas no se hubieran visto obligadas a luchar “con una mano atada a la espalda” debido al temor de Washington de que medidas más fuertes hubieran provocado un conflicto directo con China y la Unión Soviética. , los dos principales patrocinadores del enemigo. Argumentan que sería engañoso decir que Estados Unidos perdió una guerra que nunca se comprometió realmente a ganar.

Por último, se podría argumentar que Estados Unidos no perdió la Guerra de Vietnam porque la única “guerra” que realmente amenazó al país fue la Guerra Fría. La Guerra de Vietnam fue una batalla dentro de una Guerra Fría más grande, junto con la Guerra de Corea, los enfrentamientos en Berlín, la Crisis de los misiles cubanos y otros enfrentamientos entre los Estados Unidos y sus principales rivales comunistas, la Unión Soviética y China. Según esa perspectiva, Estados Unidos libró una guerra sangrienta pero en última instancia no concluyente en el sudeste asiático antes de prevalecer con el colapso de la Unión Soviética en 1991.

 


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Agosto 2, 2020


 

El Aliado de los Animales

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Atravesar una pequeña claraboya en un salón de Manhattan para terminar una pelea de perros en diciembre de 1866 fue solo una de las hazañas más memorables de Henry Bergh como un pionero provocador de los derechos de los animales. “La figura de Bergh era, por supuesto, muy familiar sobre la ciudad. Su apariencia era sorprendente ”, informó un periódico. “Su rostro era largo y delgado, muy parecido a la imagen de Don Quijote, con ojos hundidos y pómulos prominentes. Su atuendo siempre estaba impecablemente limpio. Hijo de un constructor naval, Bergh creció con riqueza. Llegó a su causa en la mediana edad después de fracasar como dramaturgo. Ser un neoyorquino mundano que se alimentaba de carne, sin mascotas, ni niños no lo disuadió de hacer campaña contra la crueldad hacia los animales, una cruzada que ayudó también a crear la primera organización estadounidense de protección infantil.

Otros habían precedido a Henry Bergh en activismo animal. En la época colonial, los puritanos prohibieron la crueldad a las bestias, hasta el punto de asignar a veces una agencia de criaturas individuales, como cuando las comunidades juzgan a los animales, enjuiciando a un cerdo que se había vuelto loco en una ciudad o gorriones que habían comido semillas. La primera ley estatal de la República que protegía a los animales, un estatuto de Nueva York de 1828, estableció un patrón, enfatizando las salvaguardas de los animales como propiedad. Bergh tomó un camino diferente, fundando un movimiento para proteger a los animales de la crueldad basado en un imperativo moral para evitarles el sufrimiento. Viajando por España se había sentido particularmente disgustado por las corridas de toros. En Rusia, donde se desempeñó brevemente como diplomático durante la Guerra Civil, el maltrato de los caballos lo angustió. De camino a Estados Unidos después de su gira en Rusia, se detuvo en Londres, donde se reunió con el presidente de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, una organización establecida en 1824.

Bergh reanudó la vida en Nueva York. En abril de 1866, reclutó a amigos y notables de la comunidad para unirse a él en el establecimiento de la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, cuya “Declaración de los Derechos de los Animales” escribió. La legislatura de Nueva York otorgó al grupo una carta; los miembros incluyeron compañeros como J.J. Astor, Peter Cooper, John Van Buren, Hamilton Fish y otros. En un año, los legisladores de Nueva York aprobaron una ley expansiva que aborda el maltrato, incluido el abandono, la mutilación y la inanición, no solo de los animales de trabajo, sino de todas las criaturas vivas cautivas.

Los agentes de ASPCA fueron sustituidos por arrestar a los infractores, y Bergh era conocido personalmente por interrumpir una paliza que se le daba a un caballo enfermo o discapacitado, y por volver su ira contra el conductor. No faltaron ocasiones para la intervención policial. A mediados de 1800, la ciudad de Nueva York, los caballos superaban en número a los residentes, y bajo tensión urbana, los lazos que habían forzado la bondad hacia los animales en las zonas rurales de América perdieron su dominio. Además de luchar contra el abuso generalizado de caballos por parte de los operadores de tranvías, Bergh también luchó por métodos humanos de sacrificio de ganado y cerdos. Acosaba a los empresarios de las peleas de perros y gallos, que aunque prohibidas aún prevalecían. Llamó la atención pública sobre la crueldad innecesaria infligida a los animales mercantilizados, desde tortugas hasta pollos y terneros, que fueron enviados vivos al mercado. Él ideó una via por la cual transportaba caballos discapacitados. Convenció a los funcionarios de la ciudad de Nueva York para que instalen fuentes y bebederos para caballos.

Los epítetos que llovieron los comentaristas sobre Bergh iban desde “Ángel con sombrero de copa” hasta “El gran entrometido” y “Un asno que necesita cortar las orejas”. Él conocía su lugar. “Mi práctica y recomendación”, le dijo a un colega de Filadelfia, “es seguir agitando; y seguir continuamente en los periódicos con nuestra causa “.

Al principio, Bergh se enredó con P.T. Barnum, retando al showman circense por la crueldad que sus actuaciones infligieron a los animales. Finalmente los dos se hicieron amigos; Barnum le aconsejó a Bergh que mejorara su perfil social. Bergh también fue un agitador por la seguridad alimentaria, ayudando a avergonzar y enjuiciar a los vendedores de leche contaminada de vacas débiles y enfermas mantenidas en condiciones horribles y alimentadas no con granos y pasto, sino con desechos de granos usados ​​de las destilerías.

A pesar de su robusto activismo (tenía 53 años cuando atravesó el tragaluz del salón), Bergh era la antítesis del cálido y difuso benefactor. “No poseía caballos, ni perros. Era un hombre sano y de vida limpia, cuyo perfecto autocontrol mostraba nervios constantes que no se encogían asquerosamente ante la vista del dolor físico “, escribió un biógrafo en 1902.”Su frialdad era su armadura, y su protección era muy necesaria. El ardor de Bergh, sin embargo, coincidía con sus antecedentes. Se decía que su padre rico había pagado a los trabajadores blancos y negros el mismo salario, y el hijo había apoyado el fin de la esclavitud. El establecimiento formal de los derechos civiles de los negros, elevándolos del estatus de sub-humanos que la esclavitud les había asignado, puede haber disparado su pasión por el bienestar de las criaturas. El auge de la América industrial de la posguerra despertó en él preocupaciones sobre el trato de los animales en el comercio”

En 1874, una trabajadora social metodista en el centro de Manhattan alertó a Bergh de una “criatura / animal” indefensa que, según ella, estaba siendo maltratada. Bergh prometió ayudar, con lo cual su informante identificó a la “criatura” como una niña de la que había oído hablar en el edificio donde vivía. El trabajador del caso había llevado el asunto a la policía y a un abogado; en ninguno de los dos campos encontró ninguna disposición para ayudar. El abogado de Bergh, Elbridge Gerry, obtuvo el testimonio de la niña y sus vecinos. “El niño es un animal”, dijo Bergh a los funcionarios. “Si no hay justicia para él como ser humano, al menos tendrá los derechos del animal en la calle”. Las autoridades de la ciudad sacaron a la niña de las instalaciones y procesaron al tutor abusivo, que fue a prisión. Al año siguiente, Bergh y Gerry formaron la New York Society for the Prevention of Cruelty to Children, la primera agencia de protección infantil del mundo. Bergh amplió su mensaje más allá de Nueva York en giras de conferencias, y para ampliar la membresía y el poder de la ASPCA, invitó a las mujeres a la sociedad.

Viviendo su lema: “Misericordia con los animales significa misericordia con la humanidad”. Bergh presionó su causa sin ceder. “Día tras día … estoy en mataderos, o al acecho a la medianoche con un escuadrón de policías cerca de un ring para perros; a través de los mercados sucios y sobre los muelles podridos ”, escribió Bergh “En las calles atestadas y peligrosas; levantar un caballo caído y quizás enviar al conductor ante un magistrado; edificio penetrante, oscuro y poco saludable donde inspecciono los collares y las sillas de montar en busca de carne cruda; luego dando conferencias en escuelas públicas a niños, y nuevamente a sociedades adultas. Así, toda mi vida la paso “.

Tras la muerte de Henry Bergh en 1888, el poeta Henry Wadsworth Longfellow, en un elogio, citó un poema suyo de 1872 sobre el hombre: “El hombre que honro y venero / Quien sin favor, sin miedo, en la gran ciudad se atreve a ponerse de pie / El amigo de toda bestia sin amigos …

 


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Agosto 2, 2020


 

Pesca depredadora de China en las Galápagos

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  Por Michael R. Pompeo, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América

La República Popular de China subsidia la flota pesquera comercial más grande del mundo, que viola rutinariamente los derechos soberanos y la jurisdicción de los estados costeros, pesca sin permiso y sobrepesca violando los acuerdos de licencia. Dado este desafortunado historial de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, incumplimiento de normas y degradación ambiental intencional, es más importante que nunca que la comunidad internacional defienda el estado de derecho e insista en una mejor gestión ambiental de Beijing.

El gobierno ecuatoriano ha hecho precisamente eso al dar la alarma sobre los cientos de barcos con bandera de la RPC que pescan cerca de la importante reserva marina de Galápagos en Ecuador y cosechan tiburones en peligro de extinción para mutilar sus aletas, junto con muchas otras especies protegidas. Apoyamos firmemente los esfuerzos de Ecuador para garantizar que las embarcaciones con bandera de la RPC no participen en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y apoyen a los Estados cuyas economías y recursos naturales están amenazados por el desprecio de las embarcaciones con bandera de la RPC por el estado de derecho y las prácticas de pesca responsables.

 


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Agosto 2, 2020


 

COVID 19, OTRO PRISIONERO ADULTO MAYOR, FALLECIDO

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¡AL ENEMIGO NI JUSTICIA!

En horas de la mañana del día de ayer, falleció el tercer adulto mayor en prisión, como consecuencia de la pandemia del Coronavirus. En este caso se trata de CARLOS RAMÓN VELAZCO, suboficial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

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Detenido en noviembre del año pasado por disposición del juez ERNESTO KREPLAC, este le otorgó el arresto domiciliario en el mes de marzo del corriente año. Días después le fue revocado dicho beneficio, siendo alojado en la Unidad Penitenciaria 34 de Campo de Mayo.  Con diferentes  malestares, había sido internado en el Hospital San Miguel, donde lamentablemente finalizó su existencia como consecuencia del Covid 19.  

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UN MILITANTE ABATIDO, UN POLICIA ABATIDO, 4 POLICIAS PRESOS

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Con JUAN DOMINGO SALERNO Y EDEBERTO GONZÁLEZ DE LA VEGA, ya son 3 las víctimas de este mal, que  aún perteneciendo a un grupo de alto riesgo, viles togados federales les niegan el arresto domiciliario, que sí otorgan a  peligrosos delincuentes comunes y a los denominados presos “Vip”, debido a sus relaciones políticas. Estos jueces, siempre consideraron que los septuagenarios, octogenarios y nonagenarios, en un penal, estaban a “buen resguardo” de la enfermedad e inclusive más seguros que en su domicilio. Por supuesto las organizaciones radicalizadas de derechos humanos insistieron que los mismos, se aprovechaban del virus para lograr impunidad, ya que se trataba de un grupo con “capacidad de lobby”. Así los influenciables miembros del poder judicial, aplicando “la política de estado” para con los imputados de los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, ejercen a pleno la fórmula  de: “al enemigo ni justicia.

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Agosto 1, 2020


 

Los tiburones del USS Indianapolis

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El USS Indianapolis había entregado los componentes cruciales de la primera bomba atómica operativa a una base naval en la isla de Tinian en el Pacífico. El 6 de agosto de 1945, el arma caería en Hiroshima. Pero ahora, el 28 de julio, Indianápolis partió de Guam, sin escolta, para encontrarse con el acorazado USS Idaho en el Golfo de Leyte en Filipinas y prepararse para una invasión de Japón.

El día siguiente fue tranquilo, con Indianapolis haciendo unos 17 nudos a través de olas de cinco o seis pies en un Pacífico aparentemente interminable. Mientras el sol se ponía sobre el barco, los marineros jugaban a las cartas y leían libros; algunos dialogaban con el sacerdote del barco, el padre Thomas Conway.

Pero poco después de la medianoche, un torpedo japonés golpeó al Indianápolis en la proa de estribor, arrojó casi 65 pies de la proa del barco fuera del agua y encendió un tanque que contenía 3.500 galones de combustible de aviación formando una columna de fuego disparada varios cientos de pies en el cielo . Luego, otro torpedo del mismo submarino golpeó más cerca del centro, impactó tanques de combustible y cargadores de pólvora y desarrolló una reacción en cadena de explosiones que efectivamente desgarró al Indianápolis en dos. Aún viajando a 17 nudos, Indianápolis comenzó a tomar grandes cantidades de agua; el barco se hundió en solo 12 minutos. De los 1.196 hombres a bordo, 900 llegaron vivos al agua. Su terrible experiencia, se considera el peor ataque de tiburones de la historia, apenas comenzaba.

Cuando salió el sol el 30 de julio, los sobrevivientes se mecieron en el agua. Las balsas salvavidas eran escasas. Los vivos buscaron a los muertos que flotaban en el agua y se apropiaron de sus chalecos salvavidas para los sobrevivientes que no tenían ninguno. Con la esperanza de mantener una cierta apariencia de orden, los sobrevivientes comenzaron a formar grupos, algunos pequeños, algunos más de 300, en aguas abiertas. Muy pronto estarían evitando y lidiando con la exposición al sol, la sed y los tiburones.

Los animales fueron atraídos por el sonido de las explosiones, el hundimiento del barco y el chapuceo de los sobrevientes en el agua. Aunque muchas especies de tiburones viven en aguas abiertas, ninguna se considera tan agresiva como la punta blanca oceánica (Carcharhinus longimanus) o Tiburón Loco. Los informes de los sobrevivientes de Indianápolis indican que los tiburones tienden a atacar a víctimas vivas cerca de la superficie, lo que lleva a los historiadores a creer que la mayoría de las causas relacionadas con los tiburones de puntas blancas oceánicas.

La primera noche, los tiburones se centraron en los muertos flotantes. Pero las luchas de los sobrevivientes en el agua solo atrajeron a más y más tiburones, que podían sentir sus movimientos a través de una característica biológica conocida como línea lateral: receptores a lo largo de sus cuerpos que captan cambios en la presión y el movimiento desde cientos de metros de distancia. Cuando los tiburones volvieron su atención hacia los vivos, especialmente los heridos y los sangrantes, los marineros intentaron ponerse en cuarentena lejos de cualquier persona con una herida abierta, y cuando alguien moría, empujaban el cuerpo, con la esperanza de sacrificar el cadáver a cambio de un respiro de la mandíbula de un tiburón. Muchos sobrevivientes quedaron paralizados por el miedo, incapaces incluso de comer o beber de las escasas raciones que habían salvado de su barco. Un grupo de sobrevivientes cometió el error de abrir una lata de spam, pero antes de que pudieran probarlo, el aroma de la carne atrajo a un enjambre de tiburones a su alrededor. Se deshicieron de sus raciones de carne en lugar de arriesgarse a ser victimas de un segundo enjambre.

Los tiburones se alimentaron durante días, sin signos de rescate para los hombres. La inteligencia de la Armada había interceptado un mensaje del submarino japonés que había torpedeado el Indianápolis describiendo cómo había hundido un buque de guerra estadounidense a lo largo de la ruta de Indianápolis, pero el mensaje fue descartado como un truco para atraer a los botes de rescate estadounidenses a una emboscada. Mientras tanto, los sobrevivientes de Indianápolis aprendieron que tenían las mejores probabilidades en un grupo, e idealmente en el centro del grupo. Los hombres en los márgenes o, peor aún, solos, eran los más susceptibles a los tiburones.

A medida que pasaban los días, muchos sobrevivientes sucumbieron al calor y la sed, o sufrieron alucinaciones que los obligaron a beber el agua de mar a su alrededor, una sentencia de muerte por envenenamiento por sal. Aquellos que apagaran su sed se hundirían en la locura, haciendo espuma en la boca mientras sus lenguas y labios se hinchaban. A menudo la sed, el sol y las ampollas se convirtieron en una amenaza tan grande para los sobrevivientes como los tiburones que daban vueltas debajo; muchos arrastraron a sus camaradas bajo el agua cuando murieron.

Después de las 11:00 a.m. de su cuarto día en el agua, un avión de la Armada que sobrevolaba a los sobrevivientes de Indianápolis y pidió ayuda por radio. En cuestión de horas, otro hidroavión, tripulado por el teniente Adrian Marks, regresó a la escena y arrojó balsas y suministros de supervivencia. Cuando Marks vio hombres atacados por tiburones, desobedeció las órdenes y aterrizó en las aguas infestadas, y luego comenzó a rodar su avión para ayudar a los heridos y rezagados, que corrían el mayor riesgo. Poco después de la medianoche, el USS Doyle llegó a la escena y ayudó a sacar a los últimos sobrevivientes del agua. Del equipo original de 1.196 hombres de Indianápolis, solo quedaban 317. Las estimaciones del número de personas que murieron a causa de los ataques de tiburones llegan hasta casi 150. Es imposible estar seguro. Pero de cualquier manera, la terrible experiencia de los sobrevivientes de Indianápolis sigue siendo el peor desastre marítimo en la historia naval de los EE. UU.

 


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Agosto 2, 2020


 

¿Fueron hackeadas las computadoras del Vaticano?

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Las oficinas que albergan el sistema de red de computadoras del Vaticano fueron una de las pocas a las que se les permitió contar con un personal mínimo durante la pandemia para garantizar que la obra de Dios, por así decirlo, continuara sin restricciones.

Pero un grupo de hackers “apoyado por el gobierno chino” atacó y se infiltró en la red del Vaticano entre mayo y julio, de acuerdo con la firma de ciberseguridad estadounidense Recorded Future.

Herrera Corona
Bergoglio
Parolin

El reporte menciona que estos piratas se inmiscuyeron en la red en un momento en el que el Vaticano y Beijing estaban buscando extender un acuerdo para el proceso de nombrar obispos católicos en China. Ese acuerdo provisional, firmado en 2018, tenía como objetivo mejorar una brecha de décadas entre la Santa Sede y China y eliminar un sistema en el que algunos obispos chinos prometen lealtad a su nación y no al papa.

La empresa de seguridad cibernética, Recorded Future, atribuyó el ataque chino a un grupo patrocinado por el estado llamado RedDelta. En su reporte menciona que accedieron a la información oficial en mayo y continuaron su accionar el 21 de julio.

“La sospecha de intrusión en el Vaticano ofrecería a RedDelta una visión de la posición negociadora de la Santa Sede antes de la renovación del acuerdo en septiembre de 2020“, dijo la firma, que publicó un informe el martes sobre sus hallazgos.

Según los informes, los ataques estuvieron dirigidos a la diócesis de la Iglesia y a un funcionario del Vaticano en Hong Kong, monseñor Javier Corona Herrera. Él recibió una carta digitalizada con el membrete oficial del Vaticano de parte del cardenal de alto rango Pietro Parolin en el que, se menciona, hubo un malware para acceder a suss conversaciones y averiguar la postura del Vaticano sobre las protestas en Hong Kong y la nueva ley de seguridad china.

 


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Agosto 2, 2020


 

El mar cambia

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  Por Ernest Hemingway 

-Está bien -dijo el hombre-. ¿Qué decidiste?

-No -dijo la muchacha-. No puedo.

-¿Querrás decir que no quieres?

-No puedo. Eso es lo que quiero decir.

-No quieres.

-Bueno -dijo ella-. Arregla las cosas como quieras.

-No arreglo las cosas como quiero, pero, ¡por Dios que me gustaría hacerlo!

-Lo hiciste durante mucho tiempo.

Era temprano y no había nadie en el café con excepción del cantinero y los dos jóvenes que se hallaban sentados en una mesa del rincón. Terminaba el verano y los dos estaban tostados por el sol, de modo que parecían fuera de lugar en París. La joven llevaba un vestido escocés de lana; su cutis era de un moreno suave; sus cabellos rubios y cortos crecían dejando al descubierto una hermosa frente. El hombre la miraba.

-¡La voy a matar! -dijo él.

-Por favor, no lo hagas -dijo ella. Tenía bellas manos y el hombre las miraba. Eran delgadas, morenas y muy hermosas.

-Lo voy a hacer. ¡Te juro por Dios que lo voy a hacer!

-No te va a hacer feliz.

-¿No podías haber caído en otra cosa? ¿No te podrías haber metido en un lío de otra naturaleza?

-Parece que no -dijo la joven-. ¿Qué vas a hacer ahora?

-Ya te lo he dicho.

-No; quiero decir, ¿qué vas a hacer, realmente?

-No sé -dijo él-. Ella lo miró y alargó una mano-. ¡Pobre Phil! -dijo.

El hombre le miró las manos, pero no las tocó.

-No, gracias -declaró.

-¿No te hace ningún bien saber que lo lamento?

-No.

-¿Ni decirte cómo?

-Prefiero no saberlo.

-Te quiera mucho.

-Sí; y esto lo prueba.

-Lo siento -dijo ella-; si no lo entiendes …

-Lo entiendo. Eso es lo malo. Lo entiendo.

-¿Sí? -preguntó ella-. ¿Y eso lo hace peor?

-Es claro -la miró-. Lo entenderé siempre. Todos los días y todas las noches. Especialmente por la noche. Lo entenderé. No tienes necesidad de preocuparte.

-Lo siento…

-Si fuera un hombre…

-No digas eso. No podría ser un hombre. Tú lo sabes. ¿No tienes confianza en mí?

-¡Confiar en ti! Es gracioso. ¡Confiar en ti! Es realmente gracioso.

-Lo lamento. Parece que eso es todo lo que pudiera decir. Pero cuando nos entendemos, no vale la pena pretender que hacemos lo contrario.

-No, supongo que no.

-Volveré, si quieres.

-No; no quiero.

Después no dijeron nada por un largo rato.

-¿No crees que te quiero, no es cierto? -preguntó la joven.

-No hablemos de tonterías.

-Realmente, ¿no crees que te quiero?

-¿Por qué no lo pruebas?

-Haces mal en hablar así. Nunca me pediste que probara nada. No eres cortés.

-Eres una mujer extraña.

-Tú no. Eres un hombre magnífico y me destroza el corazón irme y dejarte…

-Tienes que hacerlo, :por supuesto.

-Sí -dijo ella-. Tengo que hacerlo, y tú lo sabes.

Él no dijo nada. Ella lo miró y extendió la mano nuevamente. El cantinero se hallaba en el extremo opuesto del café. Tenía el rostro blanco y también era blanca su chaqueta. Conocía a los dos y pensaba que formaban una hermosa pareja. Había visto romper a muchas parejas y formarse nuevas parejas, que no eran ya tan hermosas. Pero no estaba pensando en eso, sino en un caballo. Un cuarto de hora más tarde podría enviar a alguien enfrente para saber si el caballo había ganado.

-¿No puedes ser bueno conmigo y dejarme ir? -preguntó la joven.

-¿Qué crees que voy a hacer?

Entraron dos personas y se dirigieron al mostrador.

-Sí, señor -dijo el cantinero y atendió a los clientes.

-¿Puedes perdonarme? ¿Cuándo lo supiste? -preguntó la muchacha.

-No.

-¿No crees que las cosas que tuvimos y que hicimos pueden influir en nuestra comprensión?

-“El vicio es un monstruo de tan horrible semblante -dijo el joven con amargura- que… -no podía recordar las palabras-. No puedo recordar la frase -dijo.

-No digamos vicio. Eso no es muy cortés.

-Perversión -dijo él.

-¡James! -uno de los clientes se dirigió al cantinero-. Estás :muy bien.

-También usted está muy bien, señor -replicó al cantinero.

-¡Viejo James! -dijo el otro cliente-. Estás un poco más gordo.

-Es terrible la manera como uno se pone -contestó el cantinero.

-No dejes de poner el coñac, James -advirtió el primer cliente.

-No. Confíe usted en mí.

Los dos que se hallaban en el bar miraron a los que se encontraban en la mesa y después volvieron a mirar al cantinero. Por la posición en que se encontraban les resultaba más cómodo mirar al encargado del bar.

-Creo que sería mejor que no emplearas palabras como esa -dijo la muchacha-. No hay ninguna necesidad de decirlas.

-¿Cómo quieres que lo llame?

-No tienes necesidad de ponerle nombre.

-Así se llama.

-No -dijo ella-. Estamos hechos de toda clase de cosas. Debieras saberlo. Tú usaste muchas veces esa frase.

-No tienes necesidad de decirlo ahora.

-Lo digo porque así te lo vas a explicar mejor.

-Está bien -dijo él-. ¡Está bien!

-Dices que eso está muy mal. Lo sé; está muy mal. Pero volveré. Te he dicho que volveré. Y volveré en seguida.

-No; no lo harás.

-Volveré.

-No lo harás. A mí, por lo menos.

-Ya lo verás.

-Sí -dijo él-. Eso es lo infernal, que probablemente quieras volver.

-Por supuesto que lo voy a hacer.

-Ándate, entonces.

-¿Lo dices en serio? -no podía creerle, pero su voz sonaba feliz.

-¡Ándate! -dijo el hombre. Su voz le sonaba extraña. Estaba mirándola. Miraba la forma de su boca, la curva de sus mejillas y sus pómulos; sus ojos y la manera cómo crecía el cabello sobre su frente. Luego el borde de las orejas, que se veían bajo el pelo y el cuello.

-¿En serio? ¡Oh! ¡Eres bueno! ¡Eres demasiado bueno conmigo!

-Y cuando vuelvas me lo cuentas todo -su voz le sonaba muy extraña. No la reconocía. Ella lo miró rápidamente. Él se había decidido.

-¿Quieres que me vaya? -preguntó ella con seriedad.

-Sí -dijo él duramente-. En seguida. -Su voz no era la misma. Tenía la boca muy seca-. Ahora -dijo.

Ella se levantó y salió de prisa. No se volvió para mirarlo. Él no era el mismo hombre que antes de decirle que se fuera. Se levantó de la mesa, tomó los dos boletos de consumición y se dirigió al mostrador.

-Soy un hombre distinto, James -dijo al cantinero-. Ves en mí a un hombre completamente distinto

-Sí, señor -dijo James.

-El vicio -dijo el joven tostado- es algo muy extraño, James. -Miró hacia afuera. La vio alejarse por la calle. Al mirarse al espejo vio que realmente era un hombre distinto. Los otros dos que se hallaban acodados en el mostrador del bar se hicieron a un lado para dejarle sitio.

-Tiene usted mucha razón, señor -declaró Jame,.

Los otros dos se separaron un poco más de él, para que se sintiera cómodo. El joven se vio en el espejo que se hallaba detrás del mostrador.

-He dicho que soy un hombre distinto, James -dijo. Y al mirarse al espejo vio que era completamente cierto.

-Tiene usted muy buen aspecto, señor -dijo James-. Debe haber pasado un verano magnífico.


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Agosto 2, 2020

Notas más vistas ♦ Agosto 1, 2020

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Agosto 1, 2020


 

CORONAVIRUS – DENEGATORIA DE PRISION DOMICILIARIA EN LOS JUICIOS DE LESA HUMANIDAD –

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♦♦

  Por SILVIA MARCOTULLIO

1) LOS HECHOS:

Según registra el diario La Nación del 24/7/2020, en esa fecha se constató en la Unidad Penitenciaria 34 de Campo de Mayo donde había setenta detenidos, 28 casos positivos de corona virus y un muerto por esa causa Juan Domingo Salerno, en tanto otro, Edelberto González de la Vega, días antes falleció por neumonía estando alojado en el mismo pabellón de los infectados. También en esa Unidad 34 se detectaron 11 casos entre el personal penitenciario. Sigue el informe consignando que todavía están detenidos en los servicios penitenciarios 225 ancianos, cuyo promedio de edad es de 75 años. La Procuraduría de Crímenes de Lesa Humanidad al comenzar la pandemia recibió 107 pedidos de prisión domiciliaria, de los cuáles el 73% fueron denegados. Prosigue la nota informando que los contagiados fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria de Ezeiza donde, para alojarlos separadamente, desocuparon un pabellón también con ancianos imputados o condenados en esos juicios que debieron ser trasladados a pabellones de presos comunes carentes de elementales condiciones para el alojamiento de gerontes, tratándose algunos de personas que se encuentran en sillas de ruedas y en otras condiciones invalidantes.

Cabe consignar que es de público conocimiento1 que dentro de los dos primeros meses de la cuarentena en todo el territorio nacional se liberaron más de 4.500 presos comunes , el Poder Judicial les concedió la prisión domiciliaria con motivo del coronavirus, a jóvenes, algunos muy peligrosos, sin estar comprendidos en los casos previstos por la ley 24.660 para ser acreedores a aquélla, ni tampoco pertenecientes a la franja etaria -más de 65 años- considerada de riesgo para protegerlos de la peste con ese beneficio.

2) LOS DERECHOS VIOLADOS:

Nuestra visión de este asunto está dada desde la perspectiva de un historial de desconocimiento sistemático del Derecho en la administración de justicia en los llamados juicios de lesa humanidad: ab initio con la promoción penal cuando estaba prescripta la acción, seguido de un arrasamiento de casi todas las garantías procesales, con prisiones preventivas escandalosamente excedidas en su tiempo y culminando con condenas sin pruebas. Para colmo de la sistemática conculcación del Derecho con este determinado sector de la sociedad, hoy estamos ante un capítulo más con los actos judiciales producidos en ocasión de la pandemia que nos acosa.

  • La Nación 1/8/2020

En nuestro concepto la cuestión tiene tres planos de análisis:1) Los derechos humanos avasallados. 2) La perspectiva desde el derecho penal del enemigo. Y 3) La prisión domiciliaria denegada ilegalmente.

Por último, nos aproximaremos a las posibles responsabilidades penales de los juzgadores y de los agentes del Ministerio Público intervinientes, dejando de lado el enfoque psicológico-moral de la conducta de los perpetradores que, a ojo de profano, se aproxima a la perversidad; lo que no será objeto de este comentario que se ceñirá a lo estrictamente jurídico.

2.1) La violación de los derechos humanos:

La conducta delictiva por parte de miembros de los tres poderes del Estado en esta clase de juicios fue abordada en nuestra monografía editada en agosto de 2015, encuadrando aquélla como delitos de lesa humanidad, y extendiendo el tema en otro trabajo en abril de 20182 a los gobernantes de ese momento; brevitatis causa a ellos me remito. Al caso que nos ocupa ahora, las mayoritarias denegatorias de las prisiones domiciliarias en estas circunstancias de la salud pública, le es aplicable lo allá dicho, con solo dos precisiones particulares: (1) Se refiere exclusivamente a la conducta de los agentes judiciales y fiscales intervinientes y (2) que esta conducta de ellos encuadra también en violación de derechos humanos por ser delitos -homicidios, etc…..….- que reúnen las condiciones de: (a) el sujeto activo es el Estado (en este caso) por medio de uno de sus tres poderes; (b) el sujeto pasivo es un sector perfectamente determinado de la sociedad, los presos procesados o condenados en los denominados juicios de lesa humanidad y (c) la causa es por motivos políticos….…..u otros actos inhumanos ( la enumeración del Estatuto de Roma art. 7 no es taxativa). De modo que, de resultar los hechos de los agentes judiciales y fiscales algunos de los delitos allí enumerados, por las circunstancias previstas en los puntos a), b) y c), son encuadrables en delitos de lesa humanidad y consecuentemente imprescriptibles.

2.2) Derecho Penal del enemigo:

Es conveniente considerar como hipótesis la posibilidad de que, en el 73% de los casos en que los aplicadores de la ley denegaron el derecho a la prisión domiciliaria con sus trágicas consecuencias, lo hicieran en cumplimiento de leyes especiales, aunque adelantamos la opinión en sentido contrario.

  • SILVIA E. MARCOTULLIO: “Juicios de lesa humanidad. ¿Solo prevaricato de los jueces o delitos de lesa humanidad por los tres poderes?” (2015) y “Breves reflexiones sobre una inquietud. Continúa la comisión de delitos de lesa humanidad por parte de los poderes Ejecutivo y Legislativo”. (2018). Ambos de libre circulación por las redes sociales.

El concepto de derecho penal del enemigo que hunde sus raíces en el Derecho Romano, en nuestros días (siglos XX y XXI) renació en su consideración por parte de los juristas alemanes Karl Schmitt y Gunther Jacobs y fue objeto de subsiguientes estudios por varios otros doctrinarios. En lo que aquí interesa, sintéticamente, se refiere a la posible existencia de una excepción al principio de igualdad ante la ley donde los enemigos merecen un trato diferenciado y, consecuentemente, se les aplica un sistema normativo distinto al resto de las personas. Si en el caso que nos ocupa, en el fuero íntimo de los juzgadores, a las víctimas de su acción los consideraron enemigos al momento de no concederles la prisión domiciliaria, es asunto que queda reservado a su conciencia; lo importante es que, ante el Derecho, con su conducta ocurrió algo peor: la negativa a la aplicación del beneficio no se fundó en ley alguna, ni para el común de los mortales ni para los enemigos. Más grave aún: en el caso de los mayores de 70 años lo hicieron contra la disposición expresa de la norma que al beneficio se lo otorga prácticamente de pleno derecho, atento al estrechísimo margen del tribunal para ejercer el poder de no concederlo; de modo que era procedente con pandemia o sin pandemia (como veremos en el punto siguiente). Las resoluciones denegatorias se fundaron exclusivamente en la voluntad de los juzgadores, probablemente con la aquiescencia de los fiscales. En resumen: no estaríamos ante la aplicación de una ley penal del enemigo dictada y promulgada sino, simple y llanamente, ante la arbitrariedad judicial.

2.3) La denegación de la prisión domiciliaria:

  1. Mayores de 70 años: Ya hace una década publicamos un trabajo jurídico3 sobre la procedencia del instituto de la prisión domiciliaria para los mayores de 70 años en los juicios de lesa humanidad que, ya en aquel momento, eran víctimas de retorcidas interpretaciones legales del inc. d) del art. 32 de la ley 24.660 para no concedérselas y fueron causa del adelantamiento de la muerte de octogenarios y hasta nonagenarios por las condiciones de detención en cárceles no aptas ni siquiera para personas de 30 años. Transcribo seguidamente las conclusiones del estudio que tienen casi total vigencia hoy:

De tal modo que en la facultad judicial de denegarla ninguna causa extraña al cumplimiento de la ley y al fin del instituto -la razón humanitaria a favor del individuo- puede ser tenida en cuenta; es decir que la negativa solo debe estar vinculada a dos razones: (a) impedimentos referidos directamente al sujeto que importen peligro para él o para la o las personas que se hacen cargo de su custodia, esto es, argumentos de igual rango: humanitarios. (b) Que haya fundadas causas -que al juez corresponde explicitar y tener acreditadas- de que hay probabilidad (no mera posibilidad) de que burlará la acción de la justicia. Es la única interpretación que concilia sistémicamente el derecho del justiciable con el poder del juez de negárselo; cualquier otra causa ajena a las actuales condiciones personales del propio beneficiario y del riesgo cierto de fuga, no puede privarlo del derecho que la ley, por su edad, estableció a su favor por cuestiones humanitarias. En otros términos: las facultades denegatorias del juez se reducen a la comprobación de que hay razón para suponer que burlará la acción de la justicia o de que corren riesgo él o sus custodios, ocasionado por su propia conducta.”

  • SILVIA E. MARCOTULLIO “Prisión domiciliaria de mayores de setenta años en delitos de lesa humanidad” La Ley Córdoba, 2010, setiembre. 841.

Cabe consignar que hoy carece de virtualidad la posibilidad (b), riesgo de fuga, atento a los elementos electrónicos -tobilleras, pulseras- que establecen un control permanente sobre el detenido en su domicilio.

Sintéticamente: El principio es la concesión del derecho por el mero cumplimiento de la edad; la excepción, única causa en nuestro concepto por la que el tribunal puede no otorgársela, es que la prisión domiciliaria signifique un peligro para él o para terceros.

  1. b) Riesgo de contagio por el coronavirus a los mayores de 65 años:

Esta causal específica que obviamente no pudo contemplar la ley 24.660 modificada, parece encuadrar en el inc. a) del art. 32 del mismo cuerpo legal, cuando expresa que corresponde otorgarla a cualquier edad: “Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida.….tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario”. Resulta indiscutible por así aseverarlo las autoridades sanitarias, que el hecho de tener más de 65 años por sí solo o cualquier edad si se trata de una dolencia preexistente crónica que debilite su sistema inmunológico, es un factor de riesgo para el contagio de la peste y, por esas razones, de pronóstico reservado. De lo que resulta claro que cualquiera de las dos circunstancias referidas que registrara un alojado en los deficientes servicios penitenciarios, ameritaba su prisión domiciliaria preventiva. Una exégesis pro homine del inc. a) así autoriza interpretarlo.

Más aún: Posiblemente la gran mayoría de los detenidos por los juicios de lesa humanidad encuadran en la doble causa para el derecho a la prisión domiciliaria: la edad mayor a 70 años y lo previsto en el art. 32 inc. a) de la ley 24.660 modificada.

Con todo el Derecho a su favor, de lo relatado precedentemente se concluye que de la negativa a la concesión del beneficio al 73% de los detenidos que solicitaron oportunamente el traslado a sus domicilios, encuadrables en las previsiones de la ley 24.660, resultaron, hasta el día de la fecha y según nuestro conocimiento, 28 contagiados y dos muertos. Produce vergüenza ajena y mucho dolor comparar el tratamiento que dieron a este tema los agentes judiciales dueños del destino de los pobres mortales a su cargo, entre estos presos y los delincuentes comunes, notoriamente a favor de éstos. Cuanto más cuando resulta que la abismal diferencia debió ser en beneficio de los primeros atento a la distinta situación frente a la ley de unos y otros.

3) LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS AGENTES JUDICIALES Y FISCALES:

La flagrante violación de la ley (24.660 reformada, art. 32 inc. c) y d) no es un simple – aunque importante- prevaricato. El contagio resultante de la permanencia en las cárceles en una situación de alojamiento propicia para ello, hacía prever ab initio que ocurriría y esto era solo cuestión de tiempo, no obstante lo cual no se les otorgó la excarcelación en forma de prisión domiciliaria solicitada oportunamente. Además de los textos expresos de la normativa vigente, no faltaron voces autorizadas, tempranas, que hicieran llegar a las autoridades judiciales su preocupación por la probabilidad de una tragedia humanitaria en este punto.4 Resultado: veintiocho contagiados y dos muertes. La grave consecuencia coloca a los tribunales y fiscales intervinientes en una situación de autores de una responsabilidad penal por lo menos eventual por las muertes y lesiones producidas, sin perjuicio de otros encuadramientos concurrentes. Con el agregado de que tratándose de delitos de lesa humanidad por lo expresado en el item 2.1) son imprescriptibles.

Las pruebas están a disposición de quien quiera buscarlas: dictámenes fiscales, resoluciones judiciales, informes periciales, etc. Solo necesitan que un fiscal competente se interese por ellas.

Silvia E. Marcotullio

DNI 9.999.644

Ex jueza de Cámara del Crimen.

Río Cuarto.

 

  • Asociación de Abogados por la Justicia y Concordia y el Vicario Castrense Monseñor Olivera, abril y junio respectivamente.

 


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Agosto 1, 2020


 

Un marine estadounidense murió y 8 miembros del servicio están desaparecidos después de que un vehículo de asalto anfibio se hundiera en la costa de California

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Un marine estadounidense está muerto y ocho miembros del servicio, específicamente siete marines y un marinero de la Armada, están desaparecidos después de un accidente que involucró a un vehículo de asalto anfibio en la costa del sur de California.

“Un infante de marina murió, 8 miembros del servicio permanecen desaparecidos y 2 resultaron heridos después de un accidente de AAV el 30 de julio frente a las costas del sur de California”, informó la I Fuerza Expedicionaria de Infantería de Marina la madrugada del viernes, y agregó que todos los infantes de marina en el vehículo fueron asignados a 15a Unidad Expedicionaria de la Marina.

“Los esfuerzos de búsqueda y rescate aún están en marcha con el apoyo de la Marina y la Guardia Costera”, agregaron en el comunicado.

Quince marines y un marinero de la Marina estaban a bordo del AAV, que informó que estaba tomando agua a las 5:45 p.m. hora local jueves. El AAV se hundió por completo, suponiendo que el vehículo pesado “siguió hasta el fondo”, dijo el teniente general Osterman, comandante general del MEF, en una rueda de prensa el viernes por la tarde.

El general dijo que otras unidades vieron el AAV hundirse.

El incidente mortal ocurrió durante un ejercicio de entrenamiento de rutina cerca de la isla de San Clemente, dijo el Cuerpo de Marines de EE. UU. A Business Insider en un comunicado enviado por correo electrónico más temprano ese día.

El Cuerpo dijo que de la pareja lesionada, uno estaba en estado crítico y otro en estado estable.

En cuanto a los desaparecidos, el servicio dijo que las operaciones de búsqueda y rescate involucraron una serie de activos, incluidos cuatro helicópteros, tres de la Armada y uno de la Guardia Costera, los buques de guerra USS John Finn, USS Somerset y USS San Diego, varios botes pequeños del USS Makin Island, y un buque de la Guardia Costera. La búsqueda del marinero desaparecido y los marines aún continúa.

“Estamos profundamente tristes por este trágico incidente”, dijo el coronel Christopher Bronzi, el oficial al mando de la 15ª Unidad Expedicionaria de la Marina. “Les pido que mantengan a nuestros marines, marineros y sus familias en sus oraciones mientras continuamos nuestra búsqueda”.

El comandante del Cuerpo de Infantería de Marina, general David Berger, dijo el viernes por la tarde que está pausando las operaciones de AAV en el agua hasta que se pueda determinar la causa del accidente.

“Todos los vehículos aéreos no tripulados de toda la flota serán inspeccionados”, declaró el máximo general del Cuerpo, y agregó que el accidente del jueves está bajo investigación.

 


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Agosto 1, 2020


 

Arrepentimientos

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Creatividad, efectividad, estar en el mmento justo en el lugar preciso les valió fama y fortuna, pero hubo algunos inventores que lamentaron sus creaciones.

 

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J. Robert Oppenheimer / Albert Einstein – La bomba atómica

Oppenheimer
Einstein

Es J. Robert Oppenheimer a quien, como director del Laboratorio de Los Alamos durante la Segunda Guerra Mundial, se le atribuye la creación de la bomba atómica. Pero el trabajo de Albert Einstein lo hizo posible.

A pesar de las asociaciones anteriores con organizaciones de izquierda, Oppenheimer agradeció la oportunidad de participar en el esfuerzo de guerra. Más tarde, sin embargo, tuvo sentimientos encontrados sobre la bomba. “No me arrepiento de la fabricación de la bomba … En cuanto a cómo la usamos, entiendo por qué sucedió y aprecio con qué nobleza tomaron la decisión aquellos hombres con los que trabajé. Pero no tengo la sensación de que sea así. se hizo bien. El ultimátum a Japón (la Proclamación de Potsdam que exigía la rendición de Japón) estaba lleno de lugares piadosos… nuestro gobierno debería haber actuado con más previsión y claridad al decirle al mundo y a Japón lo que significaba la bomba “, dijo.

Einstein fue menos equívoco. Años después lamentó haber firmado una carta al presidente Roosevelt instándole a apoyar la investigación de los físicos sobre las reacciones en cadena nuclear y su uso como arma, porque creía que los alemanes ya estaban trabajando en ello. “Si hubiera sabido que los alemanes no tendrían éxito en producir una bomba atómica”, dijo, “nunca habría levantado un dedo”.


Mikhail Kalashnikov – AK-47

Kalashnikov

Kalashnikov diseñó el rifle que llevaba su nombre para el ejército ruso al final de la Segunda Guerra Mundial después de presenciar terribles bajas en la batalla y ser herido.

Diseñado para ser un simple rifle automático que podría fabricarse a bajo precio utilizando los métodos de producción en masa disponibles en ese momento, Kalashnikov, quien murió en 2014, vivió lo suficiente como para ver que su creación era responsable de más muertes que cualquier otro rifle de asalto.

“Sigo volviendo a las mismas preguntas. Si mi rifle se cobró la vida de muchas personas, ¿puede ser que yo, un creyente ortodoxo, tenga la culpa de su muerte, incluso si son mis enemigos?” escribió en una carta al jefe de la iglesia ortodoxa rusa en 2010.

¿El AK-47 todavía está en uso hoy? Sí, pero no oficialmente por ningún ejército organizado. El AK47 fue reemplazado a mediados de la década de 1950 por el AKM mejorado. … Pero, en 1959, el ejército soviético adoptó el AKM, distribuyó los Paquetes de datos técnicos (TDP) a las naciones del Pacto de Varsovia y comenzó a retirar el AK47 del servicio.

 

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Ethan Zuckerman – El anuncio emergente (Pop-Ups)

Zuckerman

Si alguna vez te has encontrado gritando en la pantalla de tu computadora con frustración cuando otro anuncio emergente aparece a la vista, ocultando el contenido detrás de él, Zuckerman es la persona culpable.

Ahora jefe del Centro de Medios Cívicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Zuckerman escribió un ensayo para The Atlantic en 2014 titulado “El pecado original de Internet”, en el que asumió toda la responsabilidad de los molestos avisos. Trabajando como empleado del anfitrión de la web Tripod en ese momento, Zuckerman explicó que la compañía, que proporcionaba páginas web gratuitas para los consumidores, había pasado cinco años buscando una forma de generar ingresos.

“Al final del día, el modelo de negocio que nos consiguió fondos fue la publicidad. El modelo que nos consiguió adquiridos fue analizar las páginas de inicio personales de los usuarios para que pudiéramos orientarles mejor los anuncios. En el camino, terminamos creando uno de los herramientas más odiadas en el cajón de herramientas del anunciante: el anuncio emergente (Pop-up)”.

Explicando que la intención había sido permitir que aparecieran anuncios cuando los usuarios visitaban una página sin asociar necesariamente el anuncio con el contenido de la página, Zuckerman explicó: “Se nos ocurrió cuando una importante empresa de automóviles se asustó de que habían comprado un anuncio publicitario en una página que celebraba el sexo anal. Escribí el código para abrir la ventana y publicar un anuncio. Lo siento. Nuestras intenciones fueron buenas “.


Nguyen

Dong Nguyen – Flappy Bird
Flappy Bird fue una sensación en 2014. Lo que parecía un juego plano y simple resultó ser enormemente adictivo gracias a que golpeó ese punto dulce entre una dificultad exasperante y fue lo suficientemente disputable como para hacer pensar al competidor que la próxima vez lo hará mejor. Las descargas se dispararon y la controversia se intensificó hasta que, después de 50 millones de descargas e ingresos publicitarios que llegaban a alrededor de $ 45,000 por día, Nguyen había tenido suficiente y anunció que iba a retirarlo de las tiendas de aplicaciones. “No puedo soportar esto más”, tuiteó. Aparentemente, la publicidad generada por el juego había atraído la atención de la prensa mundial y Nguyen fue bombardeado con llamadas, tuits y correos electrónicos.

La eliminación del juego de las tiendas de aplicaciones hizo poco para sofocar la pasión por el juego. Nguyen recibió amenazas de muerte, mientras que los teléfonos con el juego ya instalado se vendieron en eBay por pequeñas fortunas, y las tiendas de aplicaciones se inundaron con títulos imitadores.

 

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Agosto 1, 2020