NO FUE VOTO CASTIGO…

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 Por Mauricio Ortín

                                                       

De haberlo sido, los beneficiados habrían sido Gómez Centurión o Espert. Fue un voto claro, contundente a Cristina Kirchner y Alberto Fernández. El gobierno de Macri con todas sus defecciones y escasos aciertos no tiene la culpa de que un 47 % de argentinos vote en esa dirección  tan sinuosa. Tampoco es un secreto para nadie que el gobierno de los Kirchner fue el más corrupto e inepto de la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La causa de “los cuadernos” constituye el acto de corrupción más innegable del que se tenga memoria. Filmaciones, escritos, funcionarios revoleando bolsos con dinero, socios contando millones de dólares, testimonios de altos funcionarios corruptos, empresarios de primera línea y jueces prevaricadores que se auto incriminan, etcétera. En esta y en otras causas delictivas, no se requirió de la asistencia de Sherlokc Holmes. No hay una sola causa en la que no hayan dejado las huellas pegadas por todos lados. Es la impunidad del poder la que hace del ladrón insaciable un ladrón desprevenido.

El encubrimiento del asesinato del fiscal Alberto Nisman, el memorándum infame con Irán, Hotesur, Skanska, la valija de Antonini Wilson, los aprietes al juez Oyarbide por las declaraciones juradas truchas, los ocho mil millones de pesos que se quedó Cristóbal López, los mil millones de YPF en regalías a la provincia  de Santa Cruz, entre otras maldades.  En fin, un prontuario que avergonzaría al mismo Al Capone y, sin embargo, millones de argentinos votan por estos personajes sin que se les mueva un pelo y a cara descubierta ¡Han perdido la memoria!

Arriba (Izquierda a derecha) Espert, Bayly, Wilson, Centurión, Nisman. Medio: Alberto Fernández, Al Capone, Milei, Cristóbal López, Nielsen. Abajo: Lavagna, Cristina Fernández, Scioli, Macri y Oyarbide.

En este marco de terror, Javier Milei, Jaime Bayly y otros sostienen que Macri está acabado y que si Alberto Fernández nombra un equipo económico sólido, con técnicos como Guillermo Nielsen, por ejemplo, la crisis se puede paliar. ¡Como si el problema argentino fuera meramente económico! ¡No entienden nada! El kirchnerismo, al mismo tiempo que ha destruido la Justicia, las Fuerzas Armadas, la cultura del trabajo, la seguridad, las relaciones exteriores, la educación, ha pervertido la política, el sindicalismo, perseguido la prensa libre, entre tantas otras extravagancias. Salir de la crisis económica es un juego de niños ante la profunda decadencia moral de la Argentina. La contradicción fundamental hoy es si vamos a ser un Estado fallido o no. Eso incluye a la economía, pero más todavía a la Justicia y  al resto de las instituciones. La educación, entre otras. ¿Qué clase de ejemplo o lección moral y política, para la juventud y nuestros niños, es el acto de votar masivamente a corruptos de siete suelas? ¿No es acaso decirles: —Roba, que tienes premio?

En tanto el candidato Lavagna ahora, en un acto demagógico, llama a parar la campaña para no agravar la crisis económica. Como si la crisis fuera por la insípida campaña que él hace y no por el  cierto riesgo de que vuelvan los Kirchner. Debería saberlo y no posar de argentino afectado de patriotismo. Es de esperar que Gómez Centurión y Espert declinen, ya, sus candidaturas a Presidente en favor de Macri, pero manteniendo sus respectivos candidatos a legisladores. Obrar en contrario sería deplorable y los haría objeto de un sentido y justificado repudio.

La presidencia de Macri ha agravado la herencia nefasta que le dejó Cristina Kirchner; mas, persuadido estoy, que de haber ganado Daniel Scioli estaríamos emigrando. En la insondable decadencia moral que embarga a los argentinos, un “estadista” como Macri es lo máximo a lo que podemos aspirar para, si bien no salir del pozo séptico, al menos no hundirse hasta las narices.

Y nadie está pidiendo heroísmo o emular las actitudes  de aquellos que consagraron su vida en pos de mundo mejor. No se pide semejante cosa sino algo insignificante y secreto como: ¡votar usando la memoria! !


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 20, 2019


 

¿Se podrá?

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 Escribe ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO. 

 

 

“Era la muerte, no la vida, que se reproducía”

Marcelo Birmajer

 

 

Los argentinos deberíamos preguntarnos cuál fue la causa de que nos convirtiéramos en un país tan, pero tan distinto a todos nuestros vecinos. Los procesos políticos y económicos por los que ellos atravesaron fueron muy similares y casi contemporáneos con los nuestros y, sin embargo, salieron de ellos fortalecidos y pujantes. Basta con trasladarse a Chile, a Uruguay, a Perú, a Ecuador, a Colombia, a Brasil, a Paraguay, para comprobar la enorme diferencia que existe en el crecimiento de sus sociedades, con todos los beneficios que eso trae aparejado, con el suicidio colectivo que hemos cometido. Basta con recorrer las calles de Santiago, de Lima, de Bogotá, de San Pablo o de Asunción para comprobar a qué me refiero; y no hay que olvidar que muchas de ellas sufrieron catástrofes naturales verdaderamente descomunales.

Todos los latinoamericanos vivimos distintas formas de democracia, algunas más autoritarias que otras, regímenes militares, luchas antisubversivas, narcotráfico, algunas guerras focalizadas, renovados procesos democráticos, ondas privatizadoras de empresas del Estado, progresismos de izquierda, falsos o sinceros; sin embargo, el resultado final ha sido totalmente diferente.

En todos esos países ha habido hechos de corrupción, algunos siderales, como es el caso de Odebrecht, el llamado Lava-Jato, que ha llevado a la cárcel nada menos que a Luiz Inácio Lula da Silva y a decenas de muy importantes empresarios y políticos; los coletazos de ese escándalo costaron la Presidencia a Pedro Kuczynki en el Perú, y manchó las gestiones de Juan Manuel Santos, en Colombia, y de Danilo Medina, en República Dominicana, y está llegando a la Argentina de la mano del acuerdo que finalmente firmó la Procuración General, que permitirá a los fiscales hacerse con las confesiones de los arrepentidos brasileños. Hasta en Chile y Uruguay, considerados verdaderos templos de honestidad, se produjeron episodios de este tipo, aunque en una dimensión que aquí resultaría casi cómica: un hijo de Michelle Bachelet fue acusado de utilizar sus vinculaciones para obtener un préstamo, y el hijo del fundador de Tupamaros, Raúl Sendic, fue despedido como Vicepresidente por utilizar su tarjeta de crédito oficial para gastos privados.

Los ya famosos cuadernos de Oscar Centeno son un escándalo, pero lo interesante es ahora analizar todo el resto. En esos registros faltan áreas en las que la familia robó sin límite alguno. No figuran la importación de gas licuado, las coimas de Skanska, la participación de los Ezkenazi en YPF, las “compras” de trenes chatarra, los negocios con Hugo Chávez y las otras valijas de Guido Antonini Wilson, las transferencias de empresas a manos amigas, los millones pagados en consultorías (vgr., el “tren bala”), los subsidios al transporte público, el “dólar futuro”, las cuentas en las Seychelles, los Sueños Compartidos, la Tupac Amaru de Milagro Salas, la proliferación del juego, Fútbol para Todos, la efedrina, los medicamentos truchos y, sobre todo, la sociedad con los carteles de la droga, con la “Morsa” como mero gerente.

Todas las entregas de dinero que describió Centeno se transformaban en sobreprecios de la obra pública; o sea, en delitos de cohecho -coimas- que tienen previstas penas mucho mayores a los aportes ilegales de campaña, como pretenden ahora disfrazarlas los “arrepentidos”. La corrupción es un tango que se baila de a dos, y aquí hubo empresarios que pagaron, para obtener contratos, a los funcionarios que los firmaban y, por eso todos, todos, tienen que ir presos; al menos por ahora, no hay inocentes extorsionados sino delincuentes de guante blanco que, de un lado y otro del mostrador, arrasaron con el país.

Centeno fue sólo uno de los muchísimos conductores de autos y pilotos de aviones que servían a los funcionarios del gobierno de entonces y que, con seguridad, tenían también funciones como transportadores de caudales; ¿los interrogarán los jueces? ¿A cuántos y a cuáles de los miles de estudios jurídico-contable que prestan en el mundo los mismos servicios que Mossak-Fonseca habrán recurrido Cristina Elisabet Fernández y sus cómplices para llevarse sus fortunas al exterior, como hizo Daniel Muñoz con sus US$ 60 MM en propiedades en Estados Unidos?

Todos sabíamos, y Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Oscar Centeno y las cajas de seguridad de Florencia Kirchner se ocuparon de confirmarlo, que a don Néstor le gustaba tanto el efectivo que se sentía en éxtasis con sólo contemplar una caja fuerte, y que sus preferidos eran los billetes de ? 500; cuando murió, seguramente su viuda se encontró con montañas de pesadas bolsas con esos papeles, que nunca fueron localizados pese a los denodados esfuerzos perforadores del Fiscal Guillermo Marijuán.

En la medida en que siempre aclaré que era sólo un ejercicio de imaginación, puedo permitirme recordar dos notas que escribí en 2012: “La gata de Angola” (https://tinyurl.com/y7pdohwl) y “¿Son eternos los diamantes?” (https://tinyurl.com/y7tnll6x). ¿Habrá llevado el buque fletado por Guillermo Moreno, que transportó la cosechadora trucha, la vaca campeona y los pollos que aleteaban, también algunos contenedores con esos billetes, para canjearlos en África por piedras brillantes?

Las remezones del terremoto que provocaron los cuadernos continuarán tiempo porque, aún cuando haya demasiados interesados en que el tema no escale, el hecho de que “La Nación” los tuviera dos meses antes de presentarlos a la Justicia, garantiza que les resultará imposible enterrarlos.

Entonces, la pregunta que formuláramos muchos desde hace tiempo recobra actualidad: ¿estamos verdaderamente los argentinos dispuestos a pagar, por la limpieza de tanta inmundicia, el costo económico y social que significaron los procesos Mani Pulite y Lava Jato? Ese precio, traducido en un encarecimiento del “riesgo país”, en la pérdida de valor de las acciones de empresas y en la devaluación del peso, ya nos está siendo cobrado, y el mundo ha comenzado a dificultar el financiamiento público y privado.

Pero tampoco hay alternativa a esa limpieza, porque el mundo nos percibe como una sociedad esencialmente corrupta, y eso incrementa brutalmente todos nuestros costos. Si Lilita Carrió tuvo razón cuando dijo que, en esos trágicos doce años y medio, los Kirchner robaron el equivalente a un PBI, y es hartamente probable que así haya sido y aún más, porque no dejaron nicho estatal sin saquear, esos aproximadamente US$ 550 MMM resulta una cifra tan monstruosa que debemos compararla con la deuda externa, el 30% de pobres, la insoportable presión impositiva, la pérdida del autoabastecimiento energético, las escuelas y hospitales faltantes, la desnutrición infantil, la destruida infraestructura vial, portuaria y ferroviaria, nuestra indefensión militar, la insolvencia del sistema previsional, la falta de crecimiento económico, la inflación galopante, la escasez de divisas.

Es por eso que cuesta explicarnos por qué la jefa de tamaña asociación ilícita sigue en libertad, protegida por el H° Aguantadero, y manteniendo un 25% de aprobación entre quienes son, precisamente, los mayores perjudicados por su corrupción. La respuesta sólo podemos encontrarla en la buscada -y obtenida- destrucción de la educación pública, que aún hoy, cuando ya han pasado casi tres años desde que dejó el poder, continúa encarnada en Roberto Baradel, que cada día quita un ladrillo de los cimientos culturales de las futuras generaciones.

El jueves, en La Nación, Ricardo Esteves publicó una nota en la que sostuvo que estamos ante la oportunidad de optar por el camino que siguió Chile o el que eligió la dupla Chávez-Maduro en Venezuela; por supuesto, coincido con él. El lema de Cambiemos es “¡Sí, se puede!”; ¿se podrá?

 

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado