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La disputa entre Estados Unidos y Corea del Norte se ha convertido en una batalla de insultos. Donald Trump llamando “Rocket Man” al dictador asiático -lo cual, trae a escena la canción de Elton John, por lo cual se convierte en un adjetivo enternecedor-. La devolución de cumplidos fue categorizar al mandatario americano de “viejo senil”. El contrataque no se hizo esperar y Kim Jong-un es un “demente” para el presidente de Estados Unidos. Este derrotero de intercambio de abusos verbales deja peor parado a Donald Trump mientras la tensión sigue escalando. Ante los demócratas (Y gran parte de los republicanos que le miran de reojo) el neoyorquino se ha convertido en un perro que ladra y no muerde, siendo fiel a sus proclamas aún no cumplidas. ¿Es esto bueno o malo? Vivir en las vísperas de una posible guerra no lo es, pero que no se produzca en su totalidad, si.

Kim ha anunciado que detonará una bomba de hidrógeno en el océano Pacífico, luego de que Trump anunciara una serie de sanciones contra su país. El hecho es que el norteamericano anunció que podría destruir totalmente Corea del Norte ante la Asamblea General de las Naciones Unidas este último martes y en respuesta, Kim señaló que Trump iba a pagar muy caro por sus palabras.

Las mencionadas sanciones fueron categorizadas por la Casa Blanca como presión pacífica e incluyen bloquear las importaciones de petróleo de Corea del Norte, prohibir las exportaciones de textiles, poner fin a los contratos de trabajadores extranjeros, reprimir los esfuerzos de contrabando, detener los negocios conjuntos con otras naciones y sancionar a las entidades gubernamentales norcoreanas. Pero, los negocios antes que el placer. Ni Rusia, ni China ven con agrado limitar su intercambio comercial tan terminantemente a uno de sus principales clientes.

 


Fabian Kussman

PrisioneroEnArgentina.com

Septiembre 22, 2017