El agente del FBI Robert Hanssen, espía ruso, muere en prisión 

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El agente del FBI Robert Hanssen, quien espió para la extinta Unión Soviética y luego para Rusia, falleció este lunes en la cárcel donde cumplía quince cadenas perpetuas consecutivas por traicionar a EE.UU.

Hanssen, de 79 años, fue “encontrado inconsciente” sobre las 06.55 horas (12.55 hora GMT) en la cárcel federal “Supermax” en Florence, en Colorado, informó la Oficina de Prisiones en un comunicado.

La nota no ofrece detalles sobre el motivo de su fallecimiento, aunque precisa que ningún reo ni miembros del personal de la cárcel resultó herido y que en ningún momento hubo peligro para el público.

El preso fue declarado muerto por los trabajadores de los servicios de emergencia que lo atendieron en el lugar.

Hanssen fue detenido en 2001 y se declaró culpable de quince cargos de espionaje por vender material altamente clasificado a la Unión Soviética y a Rusia durante los últimos años de la Guerra Fría. Llevaba en la prisión de Colorado desde 2002.

En su página web, el FBI lo califica como “el espía más dañino” de su historia, ya que entregó a los rusos información de seguridad nacional “a cambio de 1,4 millones de dólares en efectivo, fondos bancarios y diamantes”. Sus actividades de espionaje comenzaron en 1985, nueve años después de que se uniera al FBI.

Hanssen operaba bajo el apodo de “Ramón García” con los rusos y proporcionó información delicada, que comprometió a “numerosas fuentes humanas, técnicas de contrainteligencia, investigaciones y decenas de documentos gubernamentales clasificados”, entre otros, al KGB y a la agencia que le sucedió, el SVR, indica el FBI.

Gracias a su experiencia y entrenamiento, Hanssen pasó desapercibido durante años, aunque sus actividades levantaron alguna que otra sospecha durante el tiempo que colaboró con Moscú.

En la década de los 90, tras el arresto de agente de la CIA Aldrich Ames por trabajar para los rusos, esta agencia y el FBI se dieron cuenta de que debía de haber otro espía de Rusia en sus filas, que estaba compartiendo información clasificada, hasta que dieron con Hanssen.

El estadounidense fue arrestado después de que fuera capturado en el acto en un parque de Virginia, donde intentaba ponerse en contacto con otro espía de Rusia.

Meses más tarde, se declaraba culpable de vender miles de documentos clasificados a Moscú con datos sobre la estrategia de EE.UU. frente a una guerra nuclear y con información de contrainteligencia, entre otros.

Hanssen también alertó a los rusos de la existencia de un túnel secreto construido por el FBI bajo la Embajada de Rusia en Washington para llevar a cabo escuchas y fue acusado de comprometer a decenas de rusos que habían colaborado con EE.UU., de los que algunos fueron ejecutados.

En su día, el Departamento de Justicia describió esta situación como “posiblemente el peor desastre de Inteligencia en la historia de EE.UU.”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 7, 2023


 

Espionaje a la Española

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La legislatura en España ha explotado después de que salió a la luz un escándalo de espionaje masivo de colosales dimensiones. Las medidas para frenar los efectos económicos del conflicto en Ucrania, las reformas legislativas, los adelantos electorales y cualquier otro elemento ha quedado oscurecido por las revelaciones que se han conocido durante las tres últimas semanas. Primero fue Citizen Lab, un laboratorio canadiense independiente especialista en ataques informáticos, que alertó que 65 políticos y líderes independentistas catalanes habían sido espiados con el programa israelí Pegasus. Después, el Gobierno confirmó que el mismo software había infectado hace un año los terminales del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ayer, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) confirmó que estaba detrás del espionaje de al menos 18 figuras catalanas. La crisis abierta es de tal dimensión que sus consecuencias todavía son imprevisibles, pero podría conllevar un conflicto diplomático de altura con Marruecos o poner en riesgo la legislatura cuando todavía se encuentra a la mitad.

Aragonés
Sánchez

El escándalo se destapó el 18 de abril cuando Citizen Lab hizo público su informe. Recogía que entre los líderes independentistas espiados por el programa israelí se encontraban todos los presidentes de Cataluña desde 2010, incluido el actual, Pere Aragonés. Además, relataba que entre los móviles infectados estaban los de periodistas, eurodiputados, líderes de la sociedad civil, abogados y también familiares de estos. Aunque no señalaba con nombres y apellidos a un responsable, sí mencionaba que los indicios apuntaban al Estado español. El espionaje se había producido entre 2017, año en que se produjo el referéndum de autodeterminación ilegal, y 2019. En el ámbito de Cataluña la reacción fue de absoluta indignación. Aragonés afirmó que “la operación de espionaje masivo contra el independentismo catalán es una vergüenza injustificable” y que se trata de “un ataque a los derechos fundamentales y a la democracia extremadamente grave”. Por su parte, el Gobierno español negó las acusaciones por boca de su portavoz y ministra de Política Territorial, Raquel Sánchez, que al día siguiente afirmó que la administración actual “no tiene nada que ocultar” y la ley de seguridad nacional establece “asuntos que tienen que ser tratados de forma secreta”. “No se intervienen conversaciones si no es al amparo de la ley”, sostuvo la portavoz.

El escándalo dio una vuelta de tuerca el último domingo, cuando el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, informó a los medios que los teléfonos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, habían sido infectados con Pegasus en mayo de 2021. Desde Moncloa señalaron que las intervenciones son “ilícitas”, “externas”, “ajenas a los organismos estatales” y “no cuentan con autorización judicial”. El caso se ha judicializado y se encuentra bajo secreto de sumario, además, el juez ha ofrecido a Sánchez y Robles la posibilidad de estar presentes en el proceso. Pero Sánchez y la titular de Defensa no han sido los únicos miembros del Ejecutivo que han sido objeto de ataques informáticos. Así, a comienzos de esta semana también trascendió que la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, había sido el blanco de un ataque de estas características en mayo de 2021, cuando todavía estaba en el cargo. En este caso no se ha confirmado que el malware fuera Pegasus. El jueves fue el turno del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Tras el hallazgo en los terminales de Sánchez y Robles, todos los miembros del Ejecutivo entregaron sus terminales al CNI para que fueran meticulosamente revisados. Grande-Marlaska entregó dos, el que utiliza actualmente para sus comunicaciones oficiales y el que usó con anterioridad. Ha sido en este último en el que se han hallado rastros de Pegasus.

Ante el escándalo que está viviendo el país, varios grupos parlamentarios pidieron el establecimiento de una comisión de investigación en el seno del Congreso de los Diputados para esclarecer el espionaje a los líderes independentistas catalanes. Sin embargo, esa comisión no verá la luz después de que la Junta de Portavoces del Congreso rechazara su creación el pasado martes, gracisa a la negativa del Partido Socialista y de las derechas representadas en la Cámara, el Partido Popular, la ultraderecha de Vox y Ciudadanos. La Comisión que sí ha salido adelante ha sido la Comisión de Secretos Oficiales, que llevaba desde 2018 sin constituirse por el veto que el Partido Popular había establecido sobre algunos partidos independentistas vascos y catalanes. Para ello, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tuvo que modificar antes el reglamento, reduciendo la mayoría necesaria para aprobar su constitución y sus participantes de dos tercios del Hemiciclo a una mayoría simple.

El jueves se produjo por fin el encuentro que reunió a la presidenta del Congreso, a los diez diputados elegidos para integrarla (representantes del Partido Socialista, Partido Popular, Vox, Unidas Podemos, Ciudadanos, EH-Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya, Partido Nacionalista Vasco, Junts per Catalunya y Candidatura d’Unitat Popular), además de la compareciente, la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban.

Esteban informó que 18 personas relacionadas con el independentismo catalán habían sido espiadas por el CNI, entre ellas el actual presidente del Gobierno catalán, Pere Aragonés, cuando era vicepresidente. Además, otras 10 personas fueron espiadas, pero sus nombres aparecían tachados en la documentación que se ofreció a la decena de diputados presentes. Además, la directora de la Inteligencia española ilustró sobre la normativa que rige el organismo que lidera. Según lo expuesto, el CNI decide a quién espiar siguiendo unas pautas recibidas del Gobierno, mientras que un juez del Tribunal Supremo debe aprobar esas operaciones, por lo que las intervenciones de los móviles de los 18 líderes catalanes contaban con aval judicial. Durante todo este periplo un nombre ha estado en el foco de la polémica, el de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Muchas son las voces que han pedido su dimisión como máxima responsable del CNI, entre las que se incluyen algunas provenientes del socio minoritario del Gobierno, Unidas Podemos.

Además, Robles ha dado polémicas declaraciones en medio de las suspicacias. Una de las más escandalosas fue aquella en la que cuestionó de manera retórica: “¿qué tiene que hacer un Gobierno cuando alguien declara la independencia?”, dejando traslucir que el espionaje se había producido. Por otro lado, el espionaje a los miembros del Gobierno español apunta a un elemento exterior. Aunque ningún miembro del Ejecutivo de Sánchez se ha atrevido a nombrarlo y hablan de prudencia, los ojos se vuelven hacia Marruecos.

Robles
Esteban

Pegasus infectó los móviles del presidente y de los ministros en mayo del año pasado, en un momento de máxima crisis diplomática entre España y el reino alauí, después de que el primero acogiera por razones humanitarias al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que apuesta por la autodeterminación e independencia del Sáhara Occidental, territorio sobre el que Marruecos reclama la soberanía. Además, Marruecos ya ha sido señalado en ocasiones anteriores como uno de los clientes de Pegasus, incluso se especuló con que lo hubiera utilizado para espiar a objetivos franceses, incluido el presidente de la República, Emmanuel Macron. Sin embargo, no hay ningún indicio que apunte a que ese país pudiera tener algún interés en vigilar el entorno catalán. Sin embargo, a nivel interno el escándalo y las mayores consecuencias radican en el espionaje llevado a cabo en el ámbito catalán.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha calificado de mayúsculo escándalo lo sucedido. De hecho, la semana pasada votaron en contra de convalidar en el Congreso el paquete de medidas anticrisis aprobado por el Gobierno para paliar los efectos económicos del conflicto de Ucrania, y de la subida de los precios energéticos, como reacción a la falta de explicaciones por el caso de espionaje. Aunque ese paquete consiguió salir adelante gracias a la suma de EH-Bildu e incluso se barajó la abstención del Partido Popular si hubiera sido necesario, el apoyo de ERC ha sido fundamental hasta la fecha para que el Ejecutivo de Sánchez sacara adelante sus propuestas legislativas. Si el bloque de la investidura se rompe y los apoyos de Sánchez continúan menguando, el presidente podría verse abocado a la convocatoria de elecciones anticipadas a mitad de legislatura, en un escenario que no le es propicio.  Mientras que el espionaje a miembros del Gobierno aún no está resuelto, las explicaciones de la directora del CNI sobre el caso catalán tampoco han despejado la mayoría de las incógnitas y un buen número de interrogantes planean sobre la ciudadanía española.

Si el CNI admite que espió a 18 personalidades independentistas catalanes, ¿quién espió a las otras 47 personas hasta llegar a las 65 que denunció Citizen Lab? Las explicaciones de Esteban dejan abiertas hasta cuatro hipótesis: que no ofreciera toda la información de que dispone; que otros organismos del Estado estén haciendo uso del programa espía; que haya fuerzas del Estado descontroladas que operen sin control judicial; y la menos probable de las tres, que el espionaje provenga de otro país. Además, entre la documentación que Esteban entregó a los diez diputados parte de la Comisión de Secreto se encontraban 10 nombres tachados. ¿Quiénes son? ¿Corresponden con algunos de los otros 47 denunciados por el laboratorio canadiense?

Igualmente cabe la duda de si entre esos nombres estarían los de algunas personas que podrían reportar más problemas legales, como es el caso de diputados, eurodiputados o personas residentes en el extranjero, como el propio expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont. El actual presidente de Cataluña, Pere Aragonés, fue espiado cuando era vicepresidente y por lo tanto ya se encontraba aforado. En España, para investigar a un aforado hace falta que la Cámara a la que pertenece lo autorice. Se trata de un formalismo porque siempre se aprueba la autorización, pero en este caso no se llevó a cabo. Así que surge la cuestión de si un aforado puede ser investigado, en este caso espiado como sinónimo, sin la aprobación del Parlamento correspondiente, o de si se trataría de una acción ilegal.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Mayo 8, 2022


 

Bailarina exótica y espía Mata Hari es ejecutada

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Mata Hari, el arquetipo de la seductora espía, es ejecutada por espionaje por un pelotón de fusilamiento francés en Vincennes, a las afueras de París.

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Primero llegó a París en 1905 y encontró fama como intérprete de bailes exóticos de inspiración asiática. Pronto comenzó a recorrer toda Europa, contando la historia de cómo nació en un templo sagrado de la India y aprendió danzas antiguas de una sacerdotisa que le dio el nombre de Mata Hari, que significa “ojo del día” en malayo.

En realidad, Mata Hari nació en una pequeña ciudad en el norte de Holanda en 1876, y su verdadero nombre era Margaretha Geertruida Zelle. Adquirió su conocimiento superficial de las danzas indias y javanesas cuando vivió durante varios años en Malasia con su ex esposo, que era escocés en el ejército colonial holandés. Independientemente de su autenticidad, llenó salones de baile y teatros de ópera desde Rusia hasta Francia, principalmente porque su espectáculo consistía en desnudarse lentamente.

Se convirtió en una cortesana famosa, y con el estallido de la Primera Guerra Mundial su catálogo de amantes comenzó a incluir oficiales militares de alto rango de diversas nacionalidades. En febrero de 1917, las autoridades francesas la arrestaron por espionaje y la encarcelaron en la prisión de St. Lazare en París. En un juicio militar realizado en julio, fue acusada de revelar detalles de la nueva arma de los Aliados, que resultó en la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable y condenada a muerte, y el 15 de octubre rechazó una venda en los ojos y un pelotón de fusilamiento le disparó en Vincennes.

Hay alguna evidencia de que Mata Hari actuó como espía alemana y durante un tiempo como doble agente para los franceses, pero los alemanes la habían descartado como una agente ineficaz cuya conversación sobre la almohada había producido poca inteligencia de valor. Su juicio militar estuvo plagado de prejuicios y evidencia circunstancial, y es probable que las autoridades francesas la dibujen como “la mayor espía del siglo” como una distracción por las enormes pérdidas que sufrió el ejército francés en el frente occidental.

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“ESTOY LISTA”

Henry Wales fue un periodista británico que cubrió la ejecución. Mata Hari se despierta temprano en la mañana del 15 de octubre. Ella había hecho un llamado directo al presidente francés para pedir clemencia y esperaba con expectación su respuesta:

El primer indicio que recibió de que su petición había sido denegada fue cuando fue conducida al amanecer desde su celda en la prisión de Saint-Lazare a un automóvil en espera y luego se desplazó al cuartel donde la escuadra de fusilamiento la esperaba. El padre Arbaux, acompañado por dos hermanas de caridad, el Capitán Bouchardon, y Maitre Clunet, su abogada, entraron a su celda, donde ella todavía dormía: un sueño tranquilo y sin problemas, lo señalaron los llaves y las personas de confianza. Las hermanas la sacudieron suavemente. Se levantó y le dijeron que había llegado su hora.

¿Puedo escribir dos cartas? fue todo lo que Mata Hari pidió.

El Capitán Bouchardon dio su consentimiento de inmediato y le entregaron bolígrafo, tinta, papel y sobres. Se sentó en el borde de la cama y escribió las cartas con prisa febril. Las entregó a la custodia de su abogada. Se levantó y se vistió culminando con una capa de terciopelo negro. Su abundante cabello negro todavía estaba despeinado. Se puso un gran sombrero de fieltro negro con una cinta de seda negra y un lazo. Lenta e indiferentemente, al parecer, se puso un par de guantes negros. Entonces ella dijo con calma:

‘Estoy lista.’

La fiesta salió lentamente de su celda al automóvil que esperaba.

El automóvil atravesó el corazón de la ciudad dormida. Apenas eran las cinco y media de la mañana y el sol aún no había salido completamente. A través de París, el automóvil giró hacia la Caserne de Vincennes, el cuartel del antiguo fuerte que los alemanes asaltaron en 1870. Las tropas ya estaban preparadas para la ejecución. Los doce Zouaves, formando el pelotón de fusilamiento, se pusieron en línea, con sus rifles preparados. Un suboficial estaba de pie detrás de ellos, con la espada desenvainada.

Mientras el padre Arbaux hablaba con la mujer condenada, un oficial francés se acercó con un paño blanco.

“La venda de los ojos”, susurró a las monjas que estaban allí y se las entregó.

¿Debo usar eso? preguntó Mata Hari, volviéndose hacia su abogado, mientras sus ojos vislumbraban la venda de los ojos.

Maitre Clunet se volvió interrogativamente hacia el oficial francés.

“Si Madame prefiere no, no hay diferencia”, respondió el oficial, alejándose apresuradamente.

Mata Hari no estaba atada y no le vendaron los ojos. Se quedó mirando fijamente a sus verdugos, cuando el sacerdote, las monjas y su abogado se alejaron de ella.

El suboficial a cargo se había movido a una posición donde desde el rabillo del ojo podían verlo. Su espada se extendió en el aire.

Ante la orden, Mata Hari cayó. 

Durante una fracción de segundo pareció que ella se tambaleaba allí, de rodillas, mirando directamente a quienes le habían quitado la vida. Luego cayó hacia atrás, doblando la cintura, con las piernas dobladas debajo de ella. Estaba tendida, inmóvil, con la cara vuelta hacia el cielo.

Un suboficial, que acompañaba a un teniente, sacó su revólver e inclinándose sobre Mata Hari, colocó su arma contra la sien izquierda de la espía. Apretó el gatillo y la bala atravesó el cerebro de la mujer.

Ahora sí, Mata Hari había muerto.

 GRETA GARBO MATA HARI CON RAMON NOVARRO

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PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 15, 2019