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Escribe Alejo Uribe.

 

No me decidía de qué manera calificar todo lo que sentí al escuchar en el último acto “por la memoria, verdad y justicia” del pasado 24 de marzo en la Plaza de Mayo a una joven, que a simple vista no parecía haber nacido antes de 1983, homenajear, justificar y glorificar a los grupos armados que asolaron con extrema violencia nuestra querida Argentina en la década del setenta. Fueron muchos los adjetivos que se me ocurrieron en ese momento: estupor, espanto, indignación, angustia, pavor. Sin embargo me decidí por expresar en esta carta lo que realmente sentí en ese momento y parafrasear al cantautor rosarino Fito Páez para asegurar que la sensación fue de “asco”. No sólo por el discurso al que me refiero, sino por todos los que se autodenominan “defensores de los derechos humanos”, especialmente la señora Estela Barnes de Carlotto -que apenas un día antes se había declarado respetuosa y defensora a ultranza de la democracia-, que aplaudía fervorosamente a esta siniestra señorita, que ostentando una evidente intoxicación ideológica reinvidicaba a las bandas terroristas del ERP, FAL, FAR y Montoneros, quienes bañaron de sangre a nuestra patria por aquellos tiempos.

 

Alejo Uribe

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 2, 2017