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 Escribe: Carlos Españadero

 

Cuando escribí mi primer artículo, creí que lo dicho, en función de brevedad era suficiente. Pero en la autocrítica (que tampoco es monopolio del marxismo) noté que no era suficiente. Y esto me impulsó a escribir un poquito mas sobre este tema antes de entrar en mi objetivo: ¿Los sexos opuestos?
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Marx, entre sus virtudes, ha expresado su pensamiento con una ingeniosa habilidad para cambiar el significado de las palabras, y los caminos del razonamiento. En esta senda, a reemplazado el razonamiento por la intuición. Y mientras el primero recorre necesariamente un complejo camino metodológico buscando la verdad, el segundo se apoya más en el chispazo que emerge luego de observar determinada realidad.
Esto hace, que los que se someten al razonamiento, llega a una afirmación que se respaldan en conclusiones fundamentadas a sostener, y a la vez expuestas a argumentaciones que se le opongan de la misma manera. Esto es el diálogo donde dos posturas o mas sobre un mismo proceso, permite entender que la búsqueda de la verdad impone enrriquecerse con conclusiones diferentes. En este caso, nadie es dueño de la verdad. Somos todos exploradores que buscamos la verdad ayudados por otras verdades diferentes. Lo expuesto, hace que el logro de las afirmaciones vayan precedidas por los fundamentos que permite llegar a ellas.
En vez, la intuición, es algo que salta repentinamente, como una verdad que ya lo es, y la tarea para exponerla, es buscar luego de obtenerla, los fundamentos con los cuales se puede sostener. Y hay intuiciones geniales, propio de seres humanos excepcionales. Sin embargo, en el campo del pensamiento siempre se ha sido reticente en reconocerlo como un método adecuado. Ni siquiera Descartes, se confió de ella, y tuvo que recorrer un duro camino de dudas, para llegar a su genial intuición.
Marx, deja fluir sus intuiciones, y con ellas construye una serie de verdades que luego de existir, las irá fundamentando principalmente con la historia y su genialidad. Pero esta metodología tiene un notable defecto. Siendo un chispazo que salta como un corto circuito dentro de un ser, es no solo reconocido como una verdad indiscutible, sino amada por su autor. Y cuando llegamos a este punto dejamos a un lado el razonamiento para dar lugar al sentimiento. Por lo tanto las intuiciones se defienden más sentimentalmente que lógicamente. Y leer a Marx y sus seguidores es encaminarse por sensibleros y emotivos caminos que parten de un punto de partida: la verdad intuitiva, donde el diálogo solo deja camino abierto a la disputa. Esto hace sus destrozos en el mismo marxismo, donde la discrepancia no se arregla con diálogo sino con lucha para imponerse. Y en ese camino largo fueron quedando Marx, Engels, Lenín, Trotsky, Stalin, Ho chi Ming, Castro y tantos otros. Y los que seguirán quedando.
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Un dato curioso, es que los marxistas ignoran a Hussler. Éste desarrolló su método fenomenológico, que en alguna forma posibilitó la “intuición eidética” como un instrumento muy apropiado para el pensamiento filosófico. Aclaro que Hussler en sus estudios parece ser más un continuador de Descartes que de Marx, a quien no tiene en cuenta en sus “Meditaciones cartesianas”.
Marx, invierte el pensamiento de Hegel, pero asume su metodologia al hacer propia la famosa triada (tesis – antítesis – síntesis) aunque abandona pensar mucho sobre la síntesis. Además mientras Hegel se dedicaba al pensamiento, Marx lo va a aplicar en la lucha política.
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Y esto hace muy diferente los efectos de la triada. Marx la convierte en un método (materialismo dialéctico, del cual derivará el materialismo histórico). Claro que al aplicarlo al devenir político, necesitó dar vida a la triada, mediante el enfrentamiento de la tesis y la antitesis, es decir la lucha de una contra otra. Dejando para la sintesis, el resultado de la lucha. Y ésta es de resultado incierto. Por lo tanto su comunismo es impredecible, y lo convierte en una entelequia. Mas adelante sus seguidores lo convierten en la antitesis triunfadora, a través de la dictadura del proletariado, que a su vez, tiene un modelo que fluirá de los detentores del poder (ellos). En consecuencia, el modelo comunista se encuentra en la mente de estos, sea China, Vietnam, Corea, Cuba u otro. Y como será resultado de la lucha, es incierto. Simplificando, la revolución comunista es tal si la hace un marxista.
Hasta aquí el enfoque político. Pero el marxismo necesita para dar vida a su proyecto, la lucha social. Para ello, necesita que exista la lucha de clases. Y el motor de la misma es el odio de clases.
¿Cómo lograr el odio?. En el campo humano, es sentirse dueño de la verdad. Este sentimiento hace innecesario el diálogo. La verdad no se discute. Se acepta o no. Y si es no, el autor del mismo, es un ignorante al que hay que someter intelectualmente o combatir para destruirlo. Y con ello deja de ser un mecanismo del pensamiento para ser un sentimiento de odio que incita a la lucha, para imponer su voluntad.
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El marxismo ha logrado con esto un genial procedimiento de lucha, y dejó los campos de las posturas políticas, para ir a las de cada persona. ¿Quién no tiene intereses a defender? Estos se convierten en derechos, y a partir de ahí, el interés contrario atenta contra los derechos propios. No hay manera de congeniar. Hay que imponerlos convertidos en reivindicaciones irrenunciables.
Es esto, lo que algunos observadores descubren como “la grieta”.
Yo diria las grietas. Cada día son mas.
No son hoy inocentes divergencias, son profundos enfrentamientos, que muestran conductas agresivas y violentas, propicias al odio y por supuesto vacias de amor.
Y al observarlas, se las ven llenas de necedad[1] que ofensivamente ataca a quien no piensa como uno y se trata de someter atacando los derechos de cualquiera para lograr sus “conquistas.
Hoy el marxismo ha logrado una población que se encuentra en estado emotivo, cerrada a la compresión de los demás, cuando toca algún interés propio, y a plantear todo en función del mecanismo de la tesis antítesis: pobre-rico; automovilista-peatón, maestro-alumno, patrón-dependiente, policía-infractor, gobierno-gobernados, padres-hijos, médico-paciente, y lo que hoy me motiva: hombre-mujer.
Pero esto sí es mi próxima nota.

 

[1] Necio: la ignorancia hecha verdad despreciativa y llena de un falso orgullo.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 10, 2017