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 Escribe Jorge B. Lobo Aragón.

 

Se ha generalizado la expresión no lo puedo creer”. Que significa: claro que lo creo, pero me asombra, me admira, me desconcierta, me asusta, me pasma. Nos enteramos de miles de perjudicados, damnificados, por las inundaciones en  nuestra provincia y en el País. Y “no lo podemos creer que miles de personas deban sufrir por la enorme  devastación que  jaquea al sur tucumano y a muchas provincias de nuestro País. Los “devastaciones naturales “son eventos que han sido uniformes durante décadas en los mismos lugares. No se puede atribuir al cambio climático sostenido en los mismos meses del año de la absoluta imprevisión  ante falta de infraestructura y planificación por parte del estado. Ese abandono es un delito que clama al cielo por sus consecuencias nefastas.  No  es la naturaleza la responsable de que miles de personas se encuentren a la buena de Dios, sin viviendas y evacuados como si fueran estorbos o lastres. La devastación, desolación y muerte en nuestra provincia se debe  en gran parte a la ausencia de políticas de emergencias. A la imprevisión, negligencia e indiferencia de  los gobiernos y autoridades encargadas de efectuar las consecuentes obras de previsión. Los más afectados y perjudicados generalmente pobres  son forzados  a  coexistir una vez más  con  la desesperanza sin límite. El caso es el pueblo argentino, o la mayoría de él, la gente que se hace oír en el café, en el ómnibus, en las oficinas – “no cree”en la solución ni siquiera mediata de estos flagelos.  Pero lo malo es que este “no creer” no es una simple expresión de turbación sino de una duda real y concreta; la gente – no sé usted, pero sí muchísimos que usted y yo conocemos – no cree porque supone que las  informaciones de quienes son responsables de estas calamidades son fraguadas, mentirosas, que adrede se falsea la verdad.; Me parece turbador la lógica falta de confianza del pueblo argentino en sus autoridades. La comunidad argentina tiene autoridades que no han venido de Marte sino que los mismos argentinos han elegido.Y la corrupción espanta. ¿Que no son todos?, pues claro, ya se sabe que no son todos, pero trascienden ejemplares que dejan perpleja a la ciudadanía. Este escepticismo es una clara muestra del fracaso de los políticos argentinos en la tarea de construir una sociedad justa, moral, como la que soñamos para nuestros hijos. Volviendo a lo que decíamos al principio: no se puede creer, que el pueblo argentino se maneje con un sistema político, legal y jurídico en el que ni él mismo pueda creer.

 

Dr. Jorge B. Lobo Aragón

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 31, 2017