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El tema único del debate político en España es Cataluña y su decisión o no de apartarse de España. De un gran país, hacer dos pequeños. Los nacionalistas catalanes amenazan con quebrar España después de cinco siglos de unidad. Por un lado, la oscuridad del gobierno central, que se ha negado a cualquier tipo de diálogo; por otro, el espíritu radical de los nacionalistas, que se empeñan en hacer una declaración exclusiva de independencia.
Cataluña es una comunidad autónoma española, considerada nacionalidad histórica, situada en el nordeste de la península ibérica. Ocupa un territorio de unos 32 000 km² que limita al norte con Francia (Occitania) y Andorra, al este con el mar Mediterráneo a lo largo de una franja marítima de unos 580 kilómetros, al sur con la Comunidad Valenciana, y al oeste con Aragón. Esta situación estratégica ha favorecido una relación muy intensa con los territorios de la cuenca mediterránea y con la Europa continental. Cataluña está formada por las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona. Su capital es la ciudad de Barcelona.
Hoy, en el año 2017, en el territorio catalán habitan 7.504.008 personas​ en un total de 948 municipios de los cuales 64 superan los 20.000 habitantes (en los que vive el 70 % de la población catalana). Dos tercios de la población vive en el ámbito metropolitano de Barcelona. Constituye un territorio muy denso y altamente industrializado, liderando el sector en España desde el siglo XIX, y su economía es la más importante de entre las comunidades autónomas, al generar el 18,8 % del PIB español. Respecto al PIB per cápita, se sitúa en cuarta posición, tras el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Navarra
Está unida al resto de España desde hace más de 500 años, desde que los Reyes Católicos (Isabel y Fernando) unen los reinos de Castilla y Aragón.
Sin embargo, en el tipo de monarquía que había en España, cada uno de los antiguos reinos y principados que la integraba gozaba de una cierta independencia: leyes e instituciones propias, pago de impuestos, derechos y privilegios propios de cada zona. A este conjunto de leyes propias, derechos y privilegios se los conoce como fueros.
Cataluña nunca fue un reino independiente, formaba parte del reino de Aragón, pero era un principado que tenía una cierta independencia y unos fueros propios.
Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, muere sin heredero. El resultado es una guerra, la guerra de Sucesión, en la que se enfrentan dos aspirantes a la Corona de España: Felipe V, de la dinastía de los Borbones (Francia), y el archiduque Carlos, de la dinastía de los Austrias.
El antiguo reino de Aragón apoya al candidato de los Austrias, mientras que el antiguo reino de Castilla apoya al candidato Borbón. La guerra termina con el triunfo de los Borbones, y, como resultado, todos los territorios de la antigua corona de Aragón pierden sus fueros, sus privilegios y su independencia.
Barcelona se rinde ante las tropas borbónicas el día 11 de septiembre de 1714, y Cataluña verá desaparecer su principado y sus privilegios con los llamados Decretos de Nueva Planta. El 11 de septiembre es hoy para los catalanes el día de Cataluña: la Diada, un día de fiesta.
El auge de los nacionalismos del siglo XIX llega también a Cataluña, y allí surge un fuerte movimiento independentista que basa su reivindicación en la existencia de lo que ellos consideran una cultura diferente a la del resto de la península, y también en el hecho de tener una lengua autóctona derivada del latín: el catalán.
Las tensiones nacionalistas se han acrecentado en los últimos años. Desde el resto de España no se entiende bien cómo un territorio con el grado de independencia que tiene actualmente Cataluña puede sentirse insatisfecho. Cataluña tiene su propia Policía autonómica y sus competencias propias en materia de sanidad y educación. En las escuelas catalanas la educación se hace íntegramente en catalán y el español es una asignatura más, semejante al inglés.
Los catalanes apelan sobre todo al sentimiento, algo muy difícil de explicar, algo contra lo que uno no puede presentar argumentos lógicos. Racionalismo frente a romanticismo parecen estar detrás de este enfrentamiento político.
Artur Mas es nombrado presidente de la Generalitat (Gobierno de Cataluña) en diciembre de 2010. Poco después, Mas asume lo que él considera una misión histórica: llevar al pueblo catalán a la deseada independencia. Para ello no duda en desafiar al Gobierno central exigiéndole la convocatoria de un referéndum. La sistemática negativa del Gobierno de Mariano Rajoy a entablar cualquier tipo de diálogo lleva a Mas, primero, a convocar un referéndum no legitimado por el Gobierno de España, y después, a convocar unas elecciones en Cataluña con idea de que sean unas elecciones plebiscitarias. Para ello, todos los partidos nacionalistas se unen en una candidatura común, Junts pel Sí ( coalición electoral formada por Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Demócratas de Cataluña y Moviment d’Esquerres, cuyo objetivo es la declaración de la independencia de Cataluña.), con un único punto en común: hacer una declaración unilateral de independencia si logran la legitimación del pueblo en las urnas. De esta manera, lo que son unas elecciones al Parlamento catalán se convierten en una consulta popular para saber quién está por la independencia.

 


Martín Di Giorgi

PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 17, 2017