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 Por Claudio Kussman.

 

 

ABANDONANDO AL CAMARADA

Que la Armada Argentina haya suspendido las tareas de rescate de los 44 desaparecidos del Ara San Juan, me produce una profunda repulsa. Así esta fuerza vuelve a repetir lo que hizo con todos sus miembros  imputados  por los mal llamados delitos de lesa humanidad. Los abandonó a su suerte, sufriendo y muriendo en la cárcel a donde fueron a parar a como dé lugar, gracias a los servicios de vulgares sicarios con título de togados y la indiferencia de una sociedad hipócrita como pocas.

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Al contrario de su cúpula, cuyos entorchados jefes de escritorio,  que se dicen cristianos practicantes de profunda fe, reniego de la misma, pero no abandonaría y daría por muerto a un camarada por la razonabilidad y la ley de probabilidades. Ni ellos ni sus familiares lo merecen. LOS MILAGROS SI EXISTEN. ¿Qué, el costo de creer en ellos sale muy caro? Por supuesto, pero los gastos de la búsqueda de SANTIAGO MALDONADO, una persona que había violado la ley, también lo fueron.

Pese a ello se continuó hasta el final, para poder cerrar el caso. Lógico su desaparición afectaba al poder político de turno y entonces podían disponer sin límite de nuestros dineros. Si al día de hoy no se hubiera hallado su cuerpo, la búsqueda con cientos de efectivos hubiera proseguido, por tiempo indeterminado.

 

EL MILAGRO DE LOS ANDES

Me retrotraído al año 1972, cuando el  viernes 13 de octubre, un avión uruguayo con 45 personas a bordo se estrelló en los Andes. El grupo estaba compuesto por jóvenes jugadores de rugby, sus amigos y parientes. Los sobrevivientes al choque quedaron atrapados por las montañas nevadas a casi 4.000 m de altitud, sin comida, sin agua, sin vestimenta adecuada y soportando temperaturas menores a -30ºC. Al décimo día, se abandonó la búsqueda del avión, dándoselos por muertos. Setenta y dos días después llegó el milagro en el cual el espíritu y la férrea voluntad de vivir que ciertos seres humanos poseen en su interior a pesar de todo y de todos, se impuso a la muerte.

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Viven!
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Parrado y Canessa junto al arriero chileno Sergio Catalán, quien los ayudara en diciembre de 1972.
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También hubo un padre excepcional,  CARLOS PÁEZ VILARÓ que sí creyó en los milagros y jamás abandonó ni un solo día,  la búsqueda de su hijo.

Carlos Páez Vilaró y su hijo con quien comparete el mismo nombre.

En este caso el medio por ser el mar, hace que hasta allí no puedan llegar los seres queridos de los 44 héroes desaparecidos. Por eso el espacio de un padre ejemplar, lo debe cumplir por ser su responsabilidad y obligación, la cúpula de la Armada. En este caso su obligación es aún mayor, por ser quienes enviaran a “sus hijos” en un submarino casi obsoleto, a cumplir una misión en un medio de alto riesgo como son las profundidades del mar.

 

Claudio Kussman
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 01, 2017

 

SIRVA DE TRIBUTO A TODOS AQUELLOS QUE A LO LARGO Y ANCHO DEL MUNDO SE IMPONEN A LA MUERTE, DEMOSTRANDO EN NO POCOS CASOS QUE LOS MILAGROS SÍ EXISTEN. SE LLAMAN VOLUNTAD DE VIVIR Y NUNCA JAMÁS DEJARSE VENCER POR LA ADVERCIDAD.

 

 

¿Y no basta con abrir los ojos y mirar para convencernos de que la realidad es,

en realidad, el más auténtico de los milagros?

Oliverio Girondo (1891-1967)