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https://www.lanacion.com.ar/opinion/despolitizar-el-poder-judicial-nid2258843 En el artículo publicado por La Nación el 18 junio pasado, el profesor Ricardo A. Guibourg confirma la politización de la justicia, situación conocida por la sociedad argentina, los medios de comunicación, la institución judicial, la comunidad internacional y sobre todo por las numerosas personas víctimas de decisiones judiciales politizadas.

La influencia de la política en la justicia fue declarada o denunciada públicamente no solamente por el presidente de la CSJN en varias ocasiones, sino también por el ministro justicia Garavano quien manifestó: “evidentemente la política influye demasiado en la Justicia” y que “hoy parecería que muchas cosas pueden estar influidas por las cuestiones políticas, como ha pasado en la Argentina durante los últimos 20 años“. https://radiomitre.cienradios.com/german-garavano-posible-retraso-del-juicio-cristina-gran-condimento-politico/, el presidente Macri entre los 10 punto del acuerdo de gobernabilidad al solicitar: Respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos con el fin de consolidar la seguridad jurídica.

  • Sin Justicia independiente del poder político no existe seguridad jurídica, previsibilidad en las conductas propias o ajenas, confianza en los mercados ni en los inversores, tampoco crecimiento económico ni obviamente Justicia social (porque no existe riqueza para repartir). Afirma, Luis René Herrero Juez de la Sala II de la Cámara Federal de la Seguridad Social. El poder judicial: carta de lectores La Nación, 04 mayo2019
  • La confianza es un bien tan precioso como voluble. Una vez perdida es muy difícil de recuperar, especialmente cuando quien la necesita tiene un cercano historial de promesas, compromisos y contratos incumplidos, e incluso leyes, sancionadas para brindar tal confianza y derogadas al poco tiempo[1]  
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Garavano

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Herrero

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Guibourg

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El profesor Guibourg precisa en su artículo que:

La administración de justicia no ha sido creada para responder a esos clamores tan parcializados. Está para aplicar el derecho con imparcialidad y sin ceder a presiones ni halagos.

  • ¡Es una utopía! En la justicia argentina esos principios son inexistente porque nadie puede ignorar que los jueces responden y/o ceden (por razones tácticas) a la presión de la opinión pública politizada (manifestaciones, escraches), a las demandas de las asociaciones falsamente declaradas de derechos humanos, a las campañas de los medios de comunicación. Así, los miembros del poder judicial al tener la legitimidad para accionar en favor de esos sectores pueden violar los derechos que dicen defender, negocian sus fallos a la vez por intereses políticos, ideológicos o particulares, para ellos y sus familias. Las víctimas de sus decisiones no son un problema porque la justicia busca la forma para legalizar la ilegalidad de sus actos.
  • Los jueces en Argentina defienden ilegalmente derechos subjetivos (considerándolos política de Estado), la parcialidad es la regla en los procesos ilegales de lesa humanidad, cubriéndose detrás de una ilegal inmunidad actúan impunemente abusando de sus funciones, cargo, violando principios legales, constitucionales y convencionales. Las autoridades de control judicial y el gobierno observan pasivamente. Los jueces argentinos hacen parte de la política espectáculo.

Por esto suele decirse que el Judicial es un poder contra mayoritario: como guardián de la Constitución, debe poder oponerse a la mayoría legislativa si es necesario, o a la conveniencia del Ejecutivo, o al clamor de los medios, o a la furia de la calle. Por eso, la profesión judicial exige valentía: el juez es un profesional del valor. No porque todos sean valientes, sino porque el que no lo es no debería ser juez.

  • En Argentina los jueces hacen política, algunos con pasados militantes, otros con ideologías radicalizadas, negocian con sus fallos ventajas personales, profesionales. Crean con las autoridades políticas de turno alianzas para beneficios mutuos ejerciendo en sus funciones y mostrando en la vida privada el inseparable dúo corrupción-impunidad sin ninguna sanción penal.
  • En Argentina, existe la persecución, acusaciones y procesos ilegales de lesa humanidad contra más de 3000 personas, a quienes se les violan los principios de legalidad, constitucionales y convencionales, pero además se les aplica la retroactividad penal, la responsabilidad penal colectiva, la analogía penal, prisiones preventivas ilimitadas, no se les reconoce la amnistía, la prescripción, los principios de legalidad, del debido proceso….se los trata como presos no comunes pero tampoco se los quiere reconocer como presos políticos….¿es así que los jueces federales argentinos protegen la constitución, se oponen al clamor de los medios y la furia de la calle?

Despolitizar no debe significar solamente sacar la política de la justicia sin más, sino y sobre todo llevar a juicio los jueces que politizan sus decisiones o dejan influenciar la política en decisiones que están en juego la libertad, el honor y la vida de personas. Esos jueces y el poder judicial tienen que dar explicaciones de ilegales decisiones que afectan a la fecha numerosas personas y sus familias por acusarlas ilegalmente de lesa humanidad. No se puede olvidar esta situación en nombre de la justicia, del Estado de derecho, de la Nación y del futuro del país. El poder judicial es un partido político. La politización de y en la justicia es un delito y debe sancionarse como tal y no simplemente una jubilación de privilegio. Paris, 23 junio 2019, CasppaFrance

[1] El acuerdo de gobernabilidad con la oposición requiere de seguridad jurídica Rodolfo Barra https://www.infobae.com/opinion/2019/05/06/el-acuerdo-de-gobernabilidad-con-la-oposicion-requiere-de-seguridad-juridica/

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 23, 2019