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Muchos de los veteranos militares de EE. UU. luchan contra las lesiones y discapacidades. El buceo puede no ser la primera terapia que se le ocurra para ayudar a estas personas, pero los datos respaldan el valor del buceo para mejorar la salud física y mental de las personas que padecen afecciones como tratamiento por estrés traumático, lesión cerebral traumática y dolor crónico.

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En el lado físico, la investigación científica y las experiencias personales de los veteranos muestran que la presión del agua y la sensación de ingravidez pueden aliviar la tensión física y mental, así como el dolor crónico.

“La ingravidez ayuda a mi cuerpo a liberarse”, dice el veterano Kevin Cozzie de la Guardia Costera.

Además es un hecho que para muchos veteranos discapacitados, el buceo les ayuda a darse cuenta de las posibilidades en lugar de centrarse en sus limitaciones.

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“Puedo sentirlo cuando salgo del agua”, asegura Ian James Brown, un veterano de la Fuerza Aérea que resultó herido en el cumplimiento del deber, regresó al buceo después de su lesión. “Descubrí el buceo de nuevo, pude integrar habilidades que creía haber perdido, como la regulación de la respiración y el equilibrio. Me hizo desafiarme un poco más”.  Brown, quien sufre de dolor neurospinal crónico, sintió este sentimiento de euforia y se dio cuenta de que estaba “viviendo sin dolor por primera vez en 11 años” durante una inmersión prolongada en las playas de Cozumel.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 4, 2019