Samurai

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  Por Holly Sawa.

Eran valientes guerreros del este de Japón que estaban dispuestos a abandonar sus vidas por la gloria del imperio. Estos guerreros fueron llamados samuráis, las personas más nobles del Japón feudal. Los samuráis tenían costumbres y tradiciones únicas que observaban y respetaban estrictamente. Estos guerreros introdujeron una nueva perspectiva sobre el concepto del hombre completo tanto en términos marciales como literarios. Estos dos ángulos de desarrollo fueron los más cruciales para los samuráis japoneses y la cultura japonesa en su conjunto, por lo que influyeron en gran medida en el desarrollo de otras culturas. Por lo tanto, una mirada más cercana a los preceptos y códigos éticos de estos guerreros ayudará a comprender.

Entre los siglos XI y XVIII, el país fue gobernado de acuerdo con un sistema feudal que tenía una jerarquía bien organizada. Antes de este período feudal, Japón fue testigo del surgimiento de dos poderosos clanes samuráis, a saber, los Minamoto y los Taira, cuya enemistad los convierte en partes en lucha. Al derrotar al clan Taira, Minamoto no Yoritomo organizó el primer shogunato y se convirtió en el primer shogun.

Fundamentalmente, solo los luchadores profesionales que servían a la nobleza militar recibían el nombre de samurái. Fueron entrenados para defender desinteresadamente el honor de su país así como la vida de sus señores. Esta historia muestra que los samuráis japoneses aparecieron durante el período Heian justo después del período feudal. Inicialmente, estos soldados estaban destinados a servir a la nobleza japonesa y eran leales al emperador. Con el tiempo, estos grupos militares se organizaron en ejércitos privados que se convirtieron en comunidades de samuráis.

La organización feudal de Japón contribuyó en gran medida a la estratificación social de las unidades de samuráis. En esta época, la figura militar tuvo un gran impacto en la organización social y política de la sociedad japonesa. Lo que es más importante es que la cultura japonesa también estaba bajo la influencia de las relaciones feudales-vasallas tradicionales. La base de esta relación se transferirá más adelante al código del samurái.

En el Japón medieval, estos nobles guerreros ocupaban el nicho más prestigioso de la sociedad. Los samuráis, por lo tanto, fueron reconocidos como el mayor poder social y político a finales del período Heian que ascendió aún más a la cima de la jerarquía social japonesa. La clase de guerreros incluía personas provenientes tanto de la aristocracia como de la clase media. En particular, muchos soldados del clan Minamoto eran nativos del este de Japón. La división de guerreros dentro de la clase estaba encabezada por los vasallos del shogun llamados gokenin, o “sirvientes” (Trato 110). Estos eran los soldados más nobles que disfrutaban de privilegios especiales de clase, ya que tenían derecho a jurar lealtad a su señor, al shogun. Los gokenin tomaron el control de los samuráis, la clase baja, para que fueran menos poderosos. Esta clase era un intermediario entre la parte superior y los soldados de infantería llamados zusa. Estas tres clases principales fueron el núcleo de la jerarquía y el principal poder político en la lucha entre los clanes en competencia durante el período Kamakura y Muromachi.

El ascenso de los líderes guerreros a la escala social y política atestiguó el advenimiento de la orden guerrera en Japón. Sin embargo, la imagen de un soldado al servicio de la nobleza reveló un enfoque más civil y filosófico para gobernar el país. Para los soldados japoneses, el orden social y la jerarquía orientada al estatus eran de gran importancia, ya que se basaba en el principio del honor y la nobleza. Aunque la llamada clasificación de honor se contrastaba con la división gubernamental, todavía se entendía como la representación principal de las relaciones históricas de los guerreros leales a su señor. Por lo tanto, la herencia pasada de la orden guerrera del Japón feudal influyó significativamente en la estructura de la comunidad samurái.

Las comunidades de samuráis vivían según el código ético llamado bushido. Este concepto suele interpretarse como un comportamiento psicológico y moral de los guerreros. En otras palabras, el bushido es lo que hace que un guerrero sea un guerrero, por lo que incluye los aspectos culturales, sociales y religiosos de la vida. Antes de identificar los principios fundamentales del código del guerrero, primero es necesario referirse a su trasfondo histórico.

Bushido apareció entre el período Heian y Tokugawa y ahora se tradujo literariamente como “Camino del Guerrero”. Este código también tenía una base religiosa, ya que sus principios fundamentales procedían del budismo, el sintoísmo y el confucianismo. Según el budismo, los samuráis japoneses no temían a la muerte ante el peligro, ya que creían en la reencarnación de sus almas. Otra doctrina religiosa japonesa, el sintoísmo, empoderó a los seguidores del Bushido con lealtad y patriotismo. El sintoísmo también incluía la exaltación del señor al cielo en la tierra. Con tal lealtad, los guerreros bushido se comprometieron con el gobernador y los samuráis de mayor rango. Siguiendo este principio, también creían firmemente que la tierra es una morada sagrada para los dioses y espíritus de sus padres. Finalmente, el confucianismo le dio al Bushido puntos de vista sobre las relaciones familiares basadas en el respeto y el sacrificio personal. Esta enseñanza particular también dota al Bushido de una fe en una identidad espiritual y ética del Universo y el hombre.

Aparte de los valores anteriores, la filosofía Bushido fomentaba la observancia de ciertas tradiciones y costumbres. En particular, ciertos objetos eran considerados los símbolos del honor de los samuráis y uno de ellos era su espada larga llamada katana, o el alma del guerrero. Por eso, dicen que “un samurái sin espada es un samurái sin alma”. Otro objeto importante para los ritos de adoración era su moño que, junto con la katana samurái, creaba una imagen de un verdadero guerrero. La ausencia de uno de ellos significó una deshonra mortal y una desgracia para un samurái donde la única salida era quitarse la vida mediante un suicidio ritual llamado Seppuku. Sin embargo, este rito fue practicado parcialmente por los seguidores de Bushido, pero aun así se consideró la forma honorable de morir para los guerreros.

A juzgar por estos ritos honorables, se podría decir firmemente que los samuráis llevaron una vida noble para quienes principios morales como el amor, el respeto, la benevolencia, el coraje y la pureza eran sagrados. El mundo material también estaba sujeto al código ético ideal que los perseguía a destajo y en guerra. Por lo tanto, sus principios de vida excluyen los lujos de la vida, por lo que los samuráis no aprobaron el orden social urbanizado. Como conclusión, vale la pena decir que la historia de Japón está asociada ante todo a la clase militar, los nobles guerreros. La vida del samurái estaba sujeta a la estricta filosofía espiritual del bushido. A lo largo de los siglos, este espíritu se ha perpetuado en las tradiciones sociales y culturales modernas de Japón, siendo así una base espiritual y moral firme para las generaciones futuras.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 3, 2023


 

PORQUE PERDIMOS EL HONOR

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 Escribe Ariel Valdiviezo.

 

Los últimos acontecimientos acaecidos en esta Patria, y que se supone de todos los argentinos, me han llevado a meditar si es verdad y si es así realmente.
He observado desde que era un niño, la constante y permanente disgregación de la sociedad argentina en todos los quehaceres, políticos, económicos, industriales, religiosos etc.  en donde prima fundamentalmente la conveniencia individual de las personas, de los gobiernos, de los políticos, en aras de su propio bienestar, olvidando o tratando de pasar por encima al vecino o al compañero de trabajo.
También me he preguntado cual es la causa de que los llamados argentinos seamos un pueblo que teniendo todo no tiene nada, y solo encuentro una respuesta a este interrogatorio, la decadencia moral de su pueblo, provocada  por todos los gobiernos  y con ella todos los males que la acompañan, fundamentalmente la corrupción,  la traición.

     

Las fuerzas morales están especialmente en las leyes divinas,  por la religión que se profese, no estoy hablando de sectas, independiente de que estén equivocadas o no, y esa fuerzas morales no son negociables. Estos principios morales son inmutables a través de todos los tiempos, y no pueden ser modificados por el hombre, y quienes manifiestan que los principios morales cambian con el tiempo o es un ignorante o es un hipócrita, y así nos van acostumbrando que lo malo sea bueno. Que alguien roba pero al menos algo hace, que las desviaciones sexuales son naturales, y la culminación de esta degradación son aprobadas por ley. La memoria reemplaza a la historia y así se dice que los terroristas son “jóvenes idealistas, o una MARIA EUGENIA VIDAL permite la promulgación de una mentira por medio de la ley y un LARRETA, deje cesante a las maestras que se atrevieron a decir la verdad, creando generaciones imbuidas de mentiras, sin contenido espiritual ninguno. Sin respetos por nuestra bandera quemada frente a una unidad de Gendarmería Nacional, con un jefe que mira sin reaccionar, violando su propio juramente de defenderla hasta perder la vida.  Hasta el día de hoy este individuo, como el que quemo la bandera siguen ambos libres y la quema de la enseña Patria pasa a ser una joda consentida por los poderes del estado.
Es importante destacar que estos valores morales entregados por la DIVINIDAD, y aquí me refiero a los Católicos Apostólicos Romano, ya es la mayoría de la gente de esta Pobre Patria, y los hitos que nos impone, es la columna vertebral que se debe defender como ladrillos en una fortaleza. De lo contrario pasa lo que está pasando, construimos un castillo de arena, que se cae y se levanta a gusto y placer de los políticos de turno.
Nada de esto es casual, está perfectamente planificado por poderes mundiales, donde este como todos los gobiernos son cómplices de la entrega de nuestra la Patria y de sus ciudadanos ¿Si no es nuestra de quién es?, y así la vamos matando al igual que una rosa, que por adorno, arrancamos de su tallo.
Y es así la sangre fría que corre por nuestras venas, sigue corriendo en esta sociedad muerta, somos un montón  de cuervos carroñeros,  y nos refugiamos en nuestras propias cloacas mientras las ratas nos corroen el alma y solo estos valores morales harán que un pueblo se sienta orgulloso de ser lo que son,  y hagan que valga la pena defenderlos hasta perder la vida.
He mencionado precedentemente la traición, definida como “falta de lealtad que se comete contra una persona, la patria o el estado.”
Si somos leales o traidores, es una condecoración que uno solo se la gana, esas medallas son las verdaderas medallas que llevamos en el pecho, no lo que hicimos y que mostramos  como cucarda de animales en una feria de campeones. No se es campeón por muchas medallas o distinciones que llevamos en el pecho, sino por la excelencia de sus valores morales, de lo contrario somos ratas sueltas sin ADN, es decir sin honor, sin vergüenza y hasta sin Patria, defender a un soldado es defender a la Patria, desprestigiar a un soldado es la misma muerte de la Nación.

GENERALES COBARDES

“El ejército es el león que hay que mantenerlo enjaulado para soltarlo el día de la pelea”, pero a este Ejército le cortaron las garras, donde los más grandes traidores están dentro de la propia institución, estos traidores han tirado a sus camaradas a las fauces de los depredadores para que sean devorados, cuando se supone que el honor, es la fuerza vital de las fuerzas armadas.
Pero de que honor podemos hablar cuando existen generales que traicionaron a los que tenían bajo sus mandos, generales que destruyeron un monumento al valor de los soldados de Manchalá, generales  cobardes que se negaron a declarar y contar solo la verdad de los hechos, mientras sus subalternos eran condenados por su cobardía a cadena perpetua, y así podría seguir llenando páginas de estos traidores.
Lo que se hizo en las guerras los soldados no lo hicieron por los soldados mismos, lo hicieron por las generaciones venideras a las cuales un país entero las han defraudado, y así, en esta forma le estamos robando la vida a nuestra Patria y una disculpa no basta y por ello me avergüenzo, porque con la caridad cristiana del Papa FRANCISCO, suponen que no podremos ver lo hipócrita de nuestros camaradas de armas, de nuestros políticos y de la sociedad entera.

Voy a transcribir algunos conceptos del código Bushido (Camino del Guerrero basado en la lealtad y en el honor) de los Samurái.
 “Una vez el guerrero está preparado para el hecho de morir, vive su vida sin la preocupación de morir, y escoge sus acciones basado en un principio, no en el miedo ni en la conveniencia”.
“Si preparando correctamente el corazón cada mañana y noche, uno es capaz de vivir como si su cuerpo ya estuviera muerto, gana libertad en El Camino. Su vida entera estará sin culpa, y tendrá éxito en su llamado”.
En los Samurái como en todo guerrero sus más preciados tesoros son:
名誉「名譽」Meiyo — (Honor)
Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.
Makoto — Honestidad, sinceridad absoluta
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra”, no ha de “prometer”, el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.
Gi — Justicia (decisiones correctas)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
Cuán lejos estamos de estos principios y los menciono solo para poder valorar la gran traición de casi todos los camaradas y de sus familiares a los Presos Políticos, en estas recientes elecciones, de manera que solo nos queda agradecer, que gracias a su traición y cobardía seguimos siendo invisibles a esta sociedad,  que si ella es hipócrita es mucho más hipócrita y grave la de los recientes mencionados.
Escapamos cobardemente de nuestras responsabilidades con el pretexto que es una nación joven para no hacernos cargo de las cosas, o que somos un crisol de razas para justificar nuestras propias cloacas en la cual nos estamos ahogando, pero deseo recordarles que la Patria es lo que son sus habitantes a lo mismo que las fuerzas armadas son lo que son sus comandantes. Las glorias pasadas son pasadas, debemos darle todo el respeto que sus héroes se merecen  y no trasladar el día del Libertador de América GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN, para que los niños aprendan a no darle valor alguno al más integro de los hombres de la historia universal y de la misma manera que este Presidente MACRI, desprecia la libertad de su Patria no presidiendo al desfile de sus Fuerza Armadas y las  cambia por un partido de ping pong.
Antes de terminar debo aclarar a fin de ser justo, que estas palabras van dirigidas a los desleales y traidores carentes de honor, y como mencionara precedentemente cada uno sabe perfectamente en qué lugar ubicarse.
Que DIOS, hacedor de todo el universo, a de medir a cada uno de nosotros de acuerdo a sus actos
                                                                                    
Ariel Rolando Valdiviezo                                                                                          
DNI: 8.196.71                                                                                           
Preso Político

 


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Agosto 23, 2017