¿Qué sucedió con el Petro, la criptomoneda de Maduro

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Venezuela está poniendo fin a su criptomoneda Petro, más de cinco años después de su lanzamiento por primera vez, según múltiples informes que citan un mensaje mostrado en la Plataforma Patria, el único sitio web donde se podía comercializar el Petro. El presidente Nicolás Maduro lanzó el Petro (PTR) en febrero de 2018 para respaldar la moneda nacional, el bolívar, ante una crisis económica exacerbada por las sanciones internacionales. 

“El petro está volando, compadre. El petro es de las criptomonedas más sólidas y estables del mundo entero. Si usted quiere invertir en un cripto para garantizar su dinero, invierta en petro, que es la moneda más estable de todo el sistema cripto mundial”.

Así presumía Nicolás Maduro de la criptomoneda creada por su gobierno en 2018 y respaldada por algunas de las riquezas naturales de Venezuela: petróleo, hierro, oro y diamantes.

El mandatario venezolano pronunció esas palabras en agosto de 2022, durante una comparecencia en televisión en la que estaba acompañado por el entonces vicepresidente de Economía y ministro del Petróleo, Tareck El Aissami.

Sin embargo, apenas siete meses más tarde, en marzo de 2023, fueron suspendidas todas las operaciones que se realizaban con el petro y esta criptomoneda iniciaba una silenciosa desaparición, simultánea y similar a la de El Aissami, quien por esos días anunció por Twitter (ahora X) su renuncia al gobierno sin que desde entonces se haya vuelto a saber sobre su paradero.nAmbos sucesos están directamente vinculados.

El Assaimi

El Aissami dejó su cargo a raíz del descubrimiento de una operación de corrupción multimillonaria en la petrolera estatal Pdvsa.

“En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en Pdvsa; he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso”, escribió en su último post.

La trama se conoció como Pdvsa cripto debido a que -según explicó entonces el fiscal general Tarek William Saab- la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) recibió la asignación de cargamentos de petróleo venezolano para su comercialización, pero el fruto de estas ventas supuestamente habría sido convertido en criptomonedas y desviado a otros destinos en perjuicio del Tesoro venezolano.

Según informó por esos días el diario venezolano Últimas Noticias, los ingresos por venta de crudo que habrían desaparecido sumaban en torno a los US$3.000 millones.

Estimaciones posteriores de la ONG Transparencia Venezuela divulgadas en junio de 2023, indican que las pérdidas ocasionadas por estas operaciones oscilan entre US$13.000 millones y US$16.000 millones.

En diciembre de 2017, Maduro anunció la creación del petro como una herramienta para “avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país”.

Un mes más tarde, se informó sobre la emisión de 100 millones de petros que se iban a cotizar a un valor de US$60 cada uno, lo que en teoría iba a permitir al gobierno recaudar unos US$6.000 millones.

“El objetivo que planteaba el gobierno era generar esta cantidad de dinero de manera rápida haciendo operaciones con este token principalmente fuera de Venezuela”, explica Aaron Olmos, economista y profesor de posgrado del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), a BBC Mundo.

“El problema con esta idea es que no había terminado de nacer el petro en Venezuela, cuando ya la Oficina de Activos Extranjeros de la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos (OFAC), generó una orden ejecutiva invalidando el uso del petro dentro de EE.UU., razón por la cual cualquiera que quisiera utilizar el petro, tenía la posibilidad de ser sancionado por las autoridades estadounidenses. Esto, de alguna manera, mató la pretensión del gobierno venezolano de utilizar el petro como un elemento de intercambio fuera del país”, agrega.

Confinado al mercado venezolano, el petro se transformó a partir de entonces en una unidad de cuenta, una suerte de referente para fijar precios, salarios, así como para el pago de impuestos, tasas y contribuciones.

Así, por ejemplo, para tramitar un pasaporte con vigencia por 10 años, los venezolanos debían pagar el equivalente a 3,6 petros.

También llegó a usarse para pagar beneficios a trabajadores jubilados del sector público, para pagar algunas tasas e, incluso, para adquirir algunos bienes y servicios en ciertos establecimientos que lo aceptaban como forma de pago.

“Podías hacer pagos, compras o especular con el petro”, dice Enrique De Los Reyes, presidente de la Cámara Venezolana de Empresas Criptofinancieras (Cavemcrip).

Asegura que inicialmente fue una moneda muy popular.

“En 2018, Venezuela contó con el marco regulatorio de criptoactivos más amplio de América Latina, fue el primer país en sacar una moneda propia. Mucha gente ganó dinero con el petro, con la oferta y la demanda”, apunta.

“Hubo una red de entusiastas que fomentaron el uso del petro, que enseñaron a usar la moneda y su app”, añade.

El experto indica, no obstante, que no llegaron a cumplirse los parámetros para que esta criptomoneda lograra convertirse en una “moneda digital del banco central” (CBDC, por sus siglas en inglés), un tipo de moneda cripto pero respaldada por las autoridades monetarias del país.

Y es que aunque el petro fue una iniciativa pionera, terminó perdiendo fuelle por el camino.

Aaron Olmos considera que el objetivo del gobierno de Venezuela era crear una criptomoneda similar el bitcoin.

Pero, aunque el petro también se genera a través de la tecnología de blockchain, son muchas sus diferencia con la popular criptomoneda, entre ellas, el hecho de que no es minable pues los tokens fueron previamente generados por las autoridades venezolanas.

“Por sus características: al ser centralizado, direccionado, gubernamental, perdía todos los elementos atractivos de un criptoactivo como el bitcoin que es abierto, descentralizado y minable”, apunta el experto. Destaca que otros factores que jugaron en contra del petro, tienen que ver con su alcance limitado y con las dificultades para su uso. “No todo el mundo recibía petros porque quien daba los petros era el gobierno nacional y, principalmente, quien tenía petros era algún proveedor del Estado, algún trabajador pensionado o alguna persona que tenía negocios con el Estado y que aceptaba los petros como una forma de pago, porque nunca se llegó a utilizar para pagar sueldos y salarios, compensaciones y beneficios en general”, dice. “El petro nunca circuló como una moneda adicional, como el bolívar o como hoy sí circula el dólar o el peso colombiano. Siempre estuvo restringido a determinados sectores y eso imposibilitaba que las personas tuvieran acceso a él al 100%”, agrega.

Uno de los usos más recientes que estaba teniendo el petro era para pagar las recargas de combustible en algunas estaciones de gasolina en Caracas.

Olmos cuenta que allí lo que ocurría con frecuencia era que los más jóvenes de una familia le compraban los petros a sus parientes jubilados que recibían las criptomonedas del gobierno, pero muchas veces no sabían cómo usarlas.

Según De Los Reyes, la falta de conocimiento sobre este activo digital dificultó su expansión.

“Hubo mucha gente que no lo entendía y no lo quería, y viceversa. ¿Qué sucede? Venimos de una Venezuela muy conflictiva prepandemia. Afortunadamente, sí existe un crecimiento económico en el país. Mucha gente dejó de usar el petro, debido a que aún tienen el estigma de que todo lo que hace el gobierno es malo. El desconocimiento hizo mucha mala praxis”, señala.

Esa es quizá una de las mayores dificultades que ha enfrentado el petro: generar confianza entre los usuarios.

Y es que, aunque originalmente su precio se fijó en función del barril de petróleo venezolano y, luego, en torno a una cesta de precios más amplia que incluía también el hierro, el oro y los diamantes venezolanos, la cotización del petro siempre se ha mantenido en torno a los US$60 por unidad.

“No había una volatilidad adecuada, como sí ocurre con el bitcoin. Tenía una volatilidad muy rara, no se comportaba exactamente como la oferta y la demanda lo precisaban. Eran como unos valores puestos a dedo”, señala De Los Reyes.

Olmos apunta que aunque en el Libro Blanco del petro (la guía que publicó el gobierno donde se explica el funcionamiento de esta criptomoneda) hay una relación algebraica en la que se indican unos factores de corrección usados para determinar el valor de la moneda, “al final el precio era establecido por el gobierno” en US$60 por petro o alrededor de allí.

Aunque, en teoría, en un país de elevada inflación como Venezuela este anclaje informal del petro al dólar estadounidense podría hacer atractiva su posesión por parte de aquellos que quieren evitar que sus bolívares pierdan poder adquisitivo, Olmos afirma que el criptoactivo venezolano tampoco cumplía esta función debido a las restricciones para su convertibilidad y a las comisiones que se cobraban cuando se iba a transar. Asegura que muchos exchanges autorizados por el gobierno venezolano limitaban la cantidad de petros que te podían cambiar por otros criptoactivos o por divisas extranjeras y que, adicionalmente, descontaban del valor nominal del petro hasta 20% de su valor al momento de transarlo.

“Entonces, muchas personas que se dieron cuenta de que para cambiar el petro a otro medio de pago se le quedaba en el camino una cantidad de dinero interesante, comenzaron a rechazar el petro”, dice.

Maduro

Tras el escándalo de la trama Pdvsa cripto, el gobierno de Venezuela decretó la intervención de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos e inició un proceso de auditoría de todo el sistema cripto existente en el país. En la práctica, eso se tradujo en la suspensión no solamente de las operaciones en petros sino también en las otras criptomonedas (bitcoin, litecoin, ethereum y dash) que se transaban en esos “exchanges” (los mercados donde se negocian los criptoactivos) autorizados a operar en el país. Esa suspensión se ha mantenido durante 10 meses y la única novedad oficial que se ha producido al respecto fue un anuncio en diciembre de 2023 en el que las autoridades venezolanas avisaron que empezarían a liquidar en bolívares al cambio oficial todos los haberes en cualquiera de estas monedas que las personas pudieran tener depositadas en la Petro App (la aplicación oficial creada para transar el petro).

Ese proceso de conversión culminó el pasado 15 de enero y muchas personas lo interpretaron como una señal de que el petro había llegado al final de su recorrido. Tanto Olmos como De Los Reyes advierten que no se ha hecho un anuncio oficial sobre el fin del petro y destacan que Venezuela desarrolló una legislación valiosa en este campo.

“Acá se creo un plan nacional de criptoactivos. Se establecieron una cantidad de condiciones legales, un marco jurídico bastante robusto, bien interesante. No se debe desestimar, todo lo que a nivel jurídico se hizo en Venezuela para el funcionamiento del petro”, señala Olmos, quien advierte que es posible un relanzamiento de esta cripto oficial. “Dudo que el petro vaya a desaparecer, porque bien empleado es una herramienta muy positiva para Venezuela, uno de los países de Latinoamérica que recibe más remesas y que necesita monedas reguladas y controladas para ofrecer una correcta adopción de los criptoactivos y evitar las estafas”.

Venga o no un relanzamiento del petro, el gobierno parece encaminado a abandonar su uso como unidad de cuenta. Al menos, a juzgar por el reciente anuncio del Ministerio del Interior que señaló que el nuevo precio de los pasaportes ya no estará anclado al valor del petro sino a la cotización oficial del dólar estadounidense. Una señal adicional que pone en duda que el petro vaya a despertarse del coma inducido en el que entró hace ya 10 meses.


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 31,


 

Suiza sanciona a Delcy Rodríguez y otros once funcionarios venezolanos

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El Gobierno de Suiza sancionó a once funcionarios de Venezuela, entre ellos, la actual vice presidente de ese país, Delcy Rodríguez, y su antecesor, Tareck El Aissami.

Suiza tiene un programa de sanciones a Venezuela, que el pasado 25 de julio, sancionó a los mismos 11 funcionarios del país caribeño.

En un comunicado por la Secretaria de Estado de Asuntos Económicos (SECO) de Suiza, dijo que las decisiones que tomó Delcy Rodríguez “socavaron la democracia y el estado de Derecho en Venezuela”, mientras que El Aissami, es acusado del trato inhumano y tortura durante las protestas contra Nicolás Maduro.

En el listado de sanciones de Suiza a Venezuela está se encuentra el ministro de Educación, Elías Jaua, la vicepresdienta del Centro Nacional Electoral (CNE) Sandra Oblitas, Socorro Hernández y su secretario, Xavier Antonio Moreno Reyes.

Además se suman Freddy Alirio Bernal, director del Centro Nacional de Mando y Control de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción y Katherine Nayarith Harrington, vicefiscal general. Por el ala militar fueron sancionados Sergio José Rivero, inspector general de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana; Jesús Rafael Suárez, comandante general del Ejército Bolivariano e Iván Hernández, jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.

El pasado 20 de mayo, el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ganó las elecciones con más de 60% de los votos ganados contra el opositor Henri Falcón, quien denunció un voto sin “legitimidad” y propuso unas nuevas elecciones para finales de año.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 11, 2018


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A la vieja usanza de los “cacos”: si la puerta está cerrada, entremos por la ventana

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La Morsa Venezolana

 

Venezuela: La “Vinotinto” de Sangre

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Militar Venezolano denuncia que se entregaron más de 10.000 pasaportes ilegalmente a ciudadanos de Medio Oriente

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Un ex director de la Oficina de Identificación, Migración y Asuntos Extranjeros de Venezuela dijo que, durante sus 17 meses en el cargo, el gobierno socialista/populista entregó al menos 10.000 pasaportes venezolanos y otros documentos a ciudadanos de Siria, Irán y otros países del Medio Oriente.

El coronel Vladimir Medrano Rengifo dijo que la operación estaba encabezada por el actual vicepresidente Tareck El Aissami. Medrano Rengifo afirmó que la mayoría de los pasaportes y visas fueron otorgados en el Consulado Venezolano en Damasco, capital de Siria.

“Hoy no sabemos dónde están estas personas, ni lo que están haciendo”, declaró Medrano, que actualmente reside en los Estados Unidos. “Pueden estar en cualquier parte del mundo, viajando con documentación venezolana”, agregando que el número de personas de Oriente Medio con documentación venezolana irregular podría ser mucho mayor. Según el coronel, El Aissami le ordenó directamente que lo hiciera en al menos 30 ocasiones, lo que permitió que alrededor de 10.500 personas lograran entrar portando documentos legales venezolanos

El coronel Medrano fue despedido en octubre de 2009 por El Aissami, que era entonces ministro de Interior y Justicia. Según el militar, El Aissami lo despidió porque sabía que estaba tratando de desmantelar la red de contrabando de personas.

El Aissami, uno de los hombres más poderosos de Venezuela, ha sido investigado en los Estados Unidos por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y con el grupo militante islamista Hezbollah.

En enero se convirtió en el funcionario venezolano más sospechado por los EE.UU., cuando el gobierno de Trump decretó sanciones contra él y Samark López, un rico empresario venezolano que se cree que es su antecesor en la actividad de contrabando y comercialización de narcóticos.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 18, 2017


 

La Morsa Venezolana

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Mientras los ciudadanos venezolanos sufren las desventuras de la tripulación de El Acorazado Potemkin, sus mandatarios disfrutan de los lujosos dudosamente conseguidos emulando al diablo de Milton. “Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”. Llueve sobre mojado, luego de Chávez y junto a Maduro, hay un nuevo sheriff en el pueblo. Un sheriff que destronaría al mismísimo Satán.

 

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Frank Underwood, la genial creación de Kevin Spacey en House of Cards -una maravillosa serie, cuyo primer año vi de corrido desde la noche de un viernes hasta el amanecer del nuevo día, arqueaba sus cejas y expresaba sin piedad que había dos tipos de vicepresidentes: los que se dejan pisotear y los que pisotean. Su monologo cerraba con un contundente ¿Cuál creen que yo pretendo ser? Claro, es ficción. En realidad, no se conocen muchos detalles de las actividades oscuras de los que llevan las riendas de naciones, con la sola excepción de aquellos cuyo comportamiento y movimiento en la jungla política es criminal pero ya naturalmente aceptado. Y lo criminal es -casi una tautología- algo muy natural en ese ambiente.

Diversos departamentos de inteligencia de Estados Unidos de América han considerado durante mucho tiempo a Tareck El Aissami como una figura significativa en el comercio internacional de narcóticos. Los reportes señalan que -además- El Aissami tiene fuertes vínculos con Irán. Es sospechado de supervisar envíos masivos de drogas desde Venezuela a otros países, incluyendo Estados Unidos, y emitió documentos de identificación para los agentes de Hezbollah. Pero El Aissami no es un afiliado de Hezbollah, no pertenece a ningún cartel mexicano, ni es miembro de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC). El Aissami es el vicepresidente de Venezuela.

Hay cierta ambigüedad sobre las funciones de los vicepresidentes. Sabemos que monitorean las sesiones del Congreso, asisten a reuniones protocolares que el primer mandatario elude, o le reemplaza si este último emprende un viaje al extranjero. Algunos son billonarios, pero viven en un médano. Otros son despojados de obscenas cantidades de dinero que almacenan en sus casas sin poder emitir una explicación. Esta anfibología nos lleva a prejuzgar y sentenciar que sus ocupaciones no son muchas. Mi error. Al menos en el caso del segundo hombre más importante del país petrolero.

Después de una extensa investigación del Departamento del Tesoro que llevó varios años, el gobierno de Trump impuso sanciones contra El Aissami el lunes, congelando sus activos en Estados Unidos y prohibiendo las relaciones comerciales con él. Funcionarios estadounidenses han identificado y sancionado a otros altos funcionarios venezolanos involucrados en operaciones de narcotráfico con las FARC colombianas y una estrecha cooperación con las actividades terroristas de Irán. Debería recorrer muchos archivos para precisar si esto ha sucedido en Argentina. Es decir, Organizaciones No Gubernamentales recibiendo dinero de narcos o siquiera dirigentes argentinos con conexiones con la República Islámica de Irán.

Funcionarios estadounidenses criticaron previamente el fracaso de Venezuela en cooperar en temas de lucha contra el terrorismo global. Sin embargo, estos últimos alegatos – que rodean a los altos niveles del gobierno de Venezuela – sugieren que el país sudamericano se ha convertido en un verdadero patrocinador estatal del terrorismo.

En la década pasada, El Aissami y Zaidan -su padre- mostraron gran apoyo a la administración de Sadaam Hussein mientras se perpetraba la invasión en Iraq. Zaidan, además escribió un documento llamado “Orgulloso de ser Talibán” en el que describía como racista, retrasado mental y mentiroso al entonces presidente norteamericano George W. Bush.  Por otra parte, señalaba a Osama bin Laden como un gran líder. El Aissami puede haber sido el creador de la teoría de conspiración que dice que el mismo gobierno de Bush fue el orquestador de los ataques del 11 de setiembre del año 2001, para crear una excusa para invadir Afganistán.

A principios de este mes, se descubrió un legajo de inteligencia secreta que data del año 2013 envolviendo a varios países latinoamericanos, destacando los lazos entre El Aissami y 173 documentos de identificación venezolanas y pasaportes emitidos a personas de Oriente Medio, incluido el personal afiliado a Hezbollah. El Aissami “se encargó de emitir, conceder visas y nacionalizar ciudadanos de diferentes países, especialmente sirios, libaneses, jordanos, iraníes e iraquíes”, señala el informe.

Informes anteriores de los Estados Unidos detallan la flagrante corrupción y las vulnerabilidades en las fronteras de Venezuela, sin siquiera llevar a cabo una revisión biográfica básica en varios puertos de entrada para con extranjeros. Sin embargo, las acusaciones en torno a las operaciones de El Aissami llevan estas preocupaciones de seguridad a un nuevo nivel. Uno de los líderes más poderosos de un gran país occidental es acusado de facilitar la infiltración de terroristas en otros países, entre los que figuran los Estados Unidos.

El Centro Simon Wiesenthal también denuncia que El Aissami sirvió como interlocutor entre Irán y Argentina en un esfuerzo por esconder el protagonismo de la República Islámica en la coordinación del bombardeo del Asociación Mutual Israelita en Argentina, en 1994 en Buenos Aires. Se cree que los agentes de Hezbollah son los responsables de ese ataque, que mató a 85 personas e hirió a 300. Además, un representante del Centro Wiesenthal en América del Sur teme que El Aissami pueda alentar al gobierno venezolano a adoptar políticas estatales formales basadas en el antisemitismo.

Bajo el reinado del ex presidente Hugo Chávez, Irán explotó vínculos amistosos con Venezuela para establecer redes terroristas en toda la región. Los agentes iraníes y de Hezbollah han cultivado y consolidado bases operativas en Sudamérica, especialmente en la zona tripartita de Argentina, Brasil y Paraguay. Con una gran población musulmana que cuenta con un número significativo de simpatizantes de Hezbollah, la organización terrorista utiliza esta zona para el reclutamiento, la contratación de mercenarios, el contrabando de armas, el tráfico de drogas y la planificación de la logística para las operaciones terroristas.

Hezbollah también depende de empresas legítimas y organizaciones frontales en la región, diversificando su perfil de financiamiento del terrorismo para generar una parte significativa de sus ingresos de sus operaciones en Latinoamérica. Con la ayuda venezolana, el grupo terrorista continúa ampliando su presencia y consolidando su apoyo en otros países latinoamericanos. Hezbollah se ha registrado incluso como partido político en una región peruana, Abancay un área montañosa caracterizada por tener la población musulmana más grande de esa nación. Los vecinos de la región suelen sorprenderse al escuchar los gritos de Allahu Akbar (Ala es grande) que bajan a los poblados.

Los vínculos venezolanos con el narcotráfico y los terroristas no se limitan a América del Sur. El Departamento del Tesoro también reveló que El Aissami ayudó a coordinar los envíos de narcóticos a los cárteles de narcotraficantes que operan en la frontera de Estados Unidos, incluyendo los infames y peligrosos Los Zetas de México. En el año 2011, los fiscales de Virginia dijeron que un libanés ayudó al cartel mexicano de droga Los Zetas a contrabandear más de 100 toneladas de cocaína colombiana. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos afirmó que Hezbollah se benefició financieramente con esta red criminal.

Con algunos arrestos de criminales de menor categoría, Estados Unidos interrumpió una trama dirigida por grupos terroristas musulmanes asentados en Venezuela, en cooperación con un cártel de drogas mexicano para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington.

El nexo problemático entre los agentes respaldados por Irán, incluido el Hezbollah, y los cárteles mexicanos de narcotraficantes, es que permiten a los terroristas ganar mucho dinero para alimentar sus operaciones violentas. Estas conexiones también permiten a Hezbollah hacer incursiones en los Estados Unidos a través de su frontera porosa con México. Muchas de las características faciales de centroamericanos son similares a la gente de Medio Oriente, lo que produce una compra de pasaportes visados para, ya no solo atravesar las fronteras comandados por coyotes, sino utilizar aerolíneas e ingresar “legalmente”.

El Contacto en Venezuela ha logrado extender una tela de arañas que abarca buena parte del continente. Este vicepresidente que mantiene lazos íntimos con una variedad de organizaciones violentas, ha logrado que Venezuela haya hecho la transición de ser un refugio seguro para actividades nefastas, a un patrocinador estatal oficial del terrorismo en el planeta.

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Por Fabian Kussman

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PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 18, 2017