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Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, murió hoy a los 82 años en el Hospital Israelita Albert Einstein.  El pasado 21 de diciembre, los médicos informaron de “una progresión” de su cáncer de colon con disfunción renal y cardíaca. El exjugador de fútbol y también exministro de Deportes de Brasil llevaba hospitalizado en el hospital Albert Einstein, en el sur de Sao Paulo, desde el pasado 29 de noviembre para someterse a una reevaluación de la terapia de quimioterapia para el tumor de colon y un tratamiento por una infección respiratoria.

El ídolo de 82 años llegó al centro de salud después de que presentara una hinchazón generalizada en todo el cuerpo. Además, el personal médico le detectó un edema generalizado e insuficiencia cardíaca descompensada.

El exastro futbolístico, tricampeón mundial con la selección brasileña, venía luchando por su salud desde que le detectaron un tumor en el colon durante unos exámenes de rutina, en 2021. 

La salud de Pelé se deterioró en los últimos días y el centro médico Albert Einstein informó el miércoles que el ídolo brasileño presentaba una “progresión de la enfermedad oncológica” y que requería “mayores cuidados relacionados con disfunciones renales y cardiacas”. Así, la hija de Pelé, Kely Nascimento, informó en sus redes sociales que la familia suspendió la navidad en casa y que se quedarían en el hospital por recomendación médica. 

Pelé nació el 23 de octubre de 1940 en la localidad brasileña de Tres Corazones, en el estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil.

Hijo de João Ramos do Nascimento y María Celeste Arantes, tuvo una infancia de privaciones pero siempre ligada al fútbol. Su padre, apodado ‘Dondinho’, era delantero y llegó a vestir la camiseta del Atlético Mineiro, pero tuvo la mala fortuna de lesionarse la rodilla poco después de debutar. Como ‘Dondinho’ no jugaba, el club dejó de pagarle el sueldo, por lo que Pelé, apenas un niño que ya mostraba sus prodigiosas dotes con la pelota, sacrificó horas de sus habituales partidos de fútbol callejero para ayudar económicamente a su familia como lustrabotas. 

“Éramos pobres, pero siempre pudimos trabajar”, recordaba la leyenda del fútbol en el documental que retrata su vida y que fue estrenado en 2021 por la plataforma Netflix. 

En 1956, con tan solo 15 años y motivado por su padre, Pelé se convirtió en jugador profesional del Santos FC de la ciudad homónima, ubicada a 80 kilómetros de Sao Paulo. En el ‘Peixe’ (Pez), denominado así por su proximidad con el mar, Pelé no solo desarrollaría casi toda su carrera, también transformaría al Santos en lo que hasta ahí nunca había podido ser: una institución popular y exitosa en términos deportivos. 

Contaba el propio Pelé que en el año 1950 vio llorar a su padre frente a la radio. Contrariamente a lo que todo un pueblo esperaba, Brasil había sido derrotado en la final del Mundial que se disputó en el país. En un estadio Maracaná colmado, el anfitrión cayó 1 a 2 frente a Uruguay, en lo que se conoció como ‘El Maracanazo’. Ante la desazón de ‘Dondinho’, su hijo, para consolarlo, le prometió que ganaría la copa del mundo para él. Tenía apenas 10 años.  

En 1958, Pelé celebraría con el Santos su primer campeonato Paulista, siendo el máximo anotador de la competencia con una marca descomunal: 58 goles en 38 partidos.

Ese mismo año, el astro fue convocado a la selección brasileña para el Mundial de Suecia, equipo al que la ‘verdeamarelha’ derrotaría en la final con una actuación superlativa, como en casi todo el torneo, de Pelé, quien marcaría dos goles para un 5 a 2 definitivo

Era la primera vez que Pelé salía de su país. En poco menos de un mes, pasó de ser cuestionado por la prensa, que en la previa del mundial lo consideraba “demasiado joven”, a ser recibido en su tierra como un monarca. Un rey negro y pobre que, siendo un adolescente, tenía a todo Brasil a sus pies.  

La figura de Pelé se había hecho mucho más grande que su propio equipo, pero pronto el Santos, de la mano del eterno ’10’, alcanzaría la gloria y la fama nacional e internacional. 

La escuadra aurinegra pasaría a dominar durante casi toda la década el fútbol local, alzándose con el Brasileirão, la máxima liga nacional, en 1961, 1962, 1963, 1964, 1965 y 1968, además de los torneos paulistas de 1958, 1960, 1961, 1962, 1964, 1965, 1967, 1968, 1969 y, ya en el decenio siguiente, en 1973.

Fuera de su tierra, el temible Santos de Pelé sumó a su palmarés las copas Libertadores de 1962 y 1963, y perdería la semifinal del 64 contra el Independiente de Avellaneda (Argentina), campeón ese año de la primera de las siete ediciones que ostenta hasta hoy el ‘Rey de Copas’. Además, el ‘Peixe’ obtuvo las copas intercontinentales de 1962 y 1963, esta última con un polémico arbitraje que jugó en su favor.

El momento de popularidad mundial de Pelé y su Santos le abrieron al club las puertas no solo de toda América, sino también de Europa, donde los partidos ya eran televisados. El equipo participó de innumerables y frenéticas giras y enfrentó a rivales de primer nivel en la época, como el Real Madrid, el Inter Milán, el Sporting de Portugal o el Barcelona, entre otros. Fue en uno de esos periplos agotadores que, habiendo deslumbrado a toda Francia, la prensa bautizaría al ídolo brasileño como el ‘Rey del fútbol’. 

Además de ser el mejor futbolista del planeta, Pelé se erigió también como una estrella del cine y los comerciales, al punto de llegar a convertirse en el primer futbolista millonario de la historia. Pero, pese a que hubo varios gigantes del viejo continente que intentaron ficharlo, Edson Arantes do Nascimento prefirió permanecer en el Santos.

En el libro ‘Pelé: porque el fútbol importa’, de Brian Winter, el propio hombre récord explicaría los motivos de su decisión: “Muchos de los mejores equipos de Europa, entre ellos el AC Milan y Real Madrid, me han hecho propuestas a lo largo de años, pero la prensa se volvía loca y nunca pensé jugar seriamente fuera de Brasil. Yo tenía mis razones. En pocas palabras, me encantaba el arroz con frijoles que hacía mi mamá, me sentía cómodo y feliz en mi país. Mi mamá y papá vivían a pocos metros de nuestra casa, la temperatura siempre era de 25 grados y la playa era estupenda”.   

Los campeonatos mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966 se caracterizaron por la violencia en el campo de juego y los arbitrajes permisivos, cuando no escandalosos.  En Chile, el ‘Rey’ saldría gravemente lesionado en el segundo partido del certamen contra Checoslovaquia, rival al que Brasil vencería en la final por 3 a 1, aunque sin Pelé, que se perdería casi toda la competencia por culpa del juego brusco. En el 66, el bicampeón llegaba como favorito, con Pelé y Garrincha como los mejores del mundo. Sin embargo, el ’10’ recibiría un sinfín de patadas en el primer y tercer encuentro ante Bulgaria (2 a 0) y Portugal (1 a 3), respectivamente. En el segundo, contra Hungría (1 a 3), el técnico Vicente Feola había decidido resguardar a su mejor carta de la violencia. La ‘canarinha’ quedaría eliminada en fase de grupos y los locales ganarían el torneo con el recordado e ilegítimo ‘gol fantasma’ frente a la Alemania Federal. Con 29 años, decepcionado y triste por el manejo de las copas anteriores, Pelé estuvo al borde de no participar del mundial de México 1970. Pero seguía siendo el máximo exponente del fútbol global y la dictadura de Emílio Médici lo presionó para que jugara. 

Aquel Brasil fue considerado uno de los mejores de todos los tiempos, con figuras de la talla de Rivelino, Gerson, Tostao y Jairzinho acompañando al crack, ya maduro, experimentado e inteligente para el juego en equipo. 

Pelé fue nuevamente la figura de un seleccionado que ganó todos los partidos sin sobresaltos, incluida la final, en la que apabulló a Italia con un 4 a 1.

Pelé estaba en la cima, el año anterior había marcado su gol número 1.000 y no había quien le hiciera sombra. 

En 1975, habiendo ganado todo con el Santos y su selección, Pelé acepta una jugosa oferta de 4,5 millones de dólares para jugar en el Cosmos de Nueva York, de la entonces ignota y poco competitiva liga estadounidense. Allí marcaría más de 60 goles y ganaría dos títulos de la Liga de Soccer Norteamericana (NASL, por sus siglas en inglés). Se retiraría del fútbol dos años más tarde, el 1 de octubre de 1977, en un partido amistoso que enfrentó al Cosmos con el Santos, y en el que ‘O Rei’ jugaría un tiempo para cada escuadra.  Incluyendo partidos amistosos, el insaciable delantero dejó una marca de 1.284 goles en 1.351 encuentros disputados. 

A lo largo de su exitosa carrera, Pelé nunca se identificó con ningún partido o sector político, pero sus logros deportivos y su imagen triunfadora y pujante fueron aprovechados por todos los gobiernos, incluso dictaduras. 

El hecho de que el astro tuviera una actitud siempre de puertas abiertas con todos los poderes le generó algunos problemas en la opinión pública. Su falta de postura política en tiempos de gobiernos militares, con los que se reunió varias veces, se leyó como un apoyo a un proceso sanguinario y antidemocrático que acabaría recién en 1985.

En cuanto a la vida amorosa del futbolista, tuvo esposas, novias y amantes ocasionales. Pelé ha reconocido en total ocho hijos, entre ‘legítimos’ y otros a los que tardó años en reconocer.  

Tuvo cuatro descendientes fruto de su primer matrimonio con Rosemeri Cholbi (1966-1978); dos con su segunda esposa, Assíria Lemos (1994-2008), y otras dos hijas extramatrimoniales. Una de ellas, la política Sandra Regina Machado, cuya madre era empleada doméstica del exfutbolista, fue reconocida por Pelé tras una extensa batalla judicial que duró casi tres décadas. Machado murió víctima del cáncer el 17 de octubre de 2006. 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 30, 2022


 

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