¿Qué hubiera pasado con Estados Unidos si Hitler ganaba la Segunda Guerra Mundial?

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  Por Cyd Ollack.

La historia no es lineal: es más como una telaraña que una progresión de eventos singulares a través de los Puntos A, B, C, etc. Tome la Segunda Guerra Mundial. Durante mucho tiempo, los historiadores han estado tratando de saber cuánto sabía Estados Unidos sobre lo que estaba sucediendo en la Alemania nazi, y un proyecto del Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU. claro que hubo suficientes señales de advertencia de que “¿Por qué Estados Unidos no se involucró antes?” se convierte en una pregunta incómoda. Todas las clases de historia enseñan que fue el ataque a Pearl Harbor lo que finalmente involucró a los EE. UU., pero aquí está la cuestión: Hitler y la Alemania nazi declararon la guerra a los Estados Unidos antes de que el gobierno de los EE. UU. pudiera emitir su declaración. La jugada de Hitler se produjo cuatro días después del ataque en suelo estadounidense y, como explica The Wall Street Journal, se produjo en medio de opiniones que subestimaban enormemente lo que Estados Unidos, relativamente recién salido de la Gran Depresión, era capaz de hacer.

Hitler

Por qué Hitler pensó que era una buena idea patear al gigante dormido que era Estados Unidos es complicado, pero miremos un poco hacia adelante. Realmente no es conocido por su visión de futuro y su planificación anticipada, pero seguramente, debe haber algunos planes en marcha para una victoria nazi… ¿verdad? ¿Qué, exactamente, planeaba hacer Hitler con los EE. UU. si ganaba? Eso también es complicado.

La historia es muy clara sobre la implacable marcha de Hitler por Europa y su deseo de reconstruir bajo la bandera del Tercer Reich. Pero, ¿y al otro lado del Atlántico? James P. Duffy, historiador y autor de “Target America: Hitler’s Plan to Attack the United States”, dice que eso es un poco menos claro, y los historiadores han debatido durante mucho tiempo cuánto quería Hitler.

Duffy dice que la respuesta más probable es que Hitler pretendía gobernar el mundo. Cita una carta de 1927 de Rudolf Hess al nazi Walter Hewel con sede en Londres, en la que Hess escribió sobre la predicación de Hitler: “[la paz mundial] será realizable solo cuando un poder, el mejor poder racialmente, haya alcanzado la supremacía completa e indiscutible. Ese poder puede entonces proporcionar una especie de policía mundial”, lo que parece confirmar que había planes para que incluso Estados Unidos cayera bajo la jurisdicción de una agencia nazi mundial de aplicación de la ley.

Hitler definitivamente tenía el ojo puesto en los EE. UU.: aunque comunmente se llama al intento nazi de construir un bombardero que pudiera cruzar el Atlántico un desperdicio de recursos idiota, la idea detrás de construir algo llamado literalmente Amerikabomber significa que los EE. UU. estaban en el tipo de lista en la que nadie quiere estar. Y eso, dice Duffy, era solo una parte. En 1941, el régimen nazi comenzó a planificar un mundo de posguerra. En primer lugar, eso significaba una armada masiva con cientos de submarinos, anclados por 25 acorazados y 150 destructores.

En la primavera de 1941, la prensa envió al corresponsal y ex embajador belga John Cudahy para informar sobre lo que estaba sucediendo en Alemania. Cudahy se reunió con el propio Adolf Hitler, quien comenzó señalando que los convoyes, como los que Estados Unidos enviaba a Gran Bretaña, significaban guerra.

Entonces, Cudahy fue directo al grano y le preguntó a Hitler cuáles eran sus planes con respecto a los EE. UU. Hitler, que hablaba a través de un traductor, dijo que esa idea era absurda. Cudahy escribió: “Se rió de eso y se negó a tomarme en serio. Dijo que la idea de una invasión del hemisferio occidental era tan fantástica como una invasión de la luna”. Hitler también continuó diciendo que no podía creer que los estadounidenses pensaran eso: “tenía una opinión demasiado alta de la inteligencia y el buen sentido de los estadounidenses”, escribió Cudahy.

¿Cuál fue el razonamiento? La logística simplemente no funcionó. Millones de tropas tendrían que ser trasladadas a través del Atlántico para que los nazis se afianzaran en los EE. UU., y eso significaba que los EE. UU. no tenían absolutamente nada de qué preocuparse. Hitler lo dijo, pero el pensamiento racional y el razonamiento no ocupaban un lugar destacado en su lista de habilidades.

Cudahy

Cuando John Cudahy, periodista, habló con Adolf Hitler en 1941, le preguntó sobre otra preocupación que tenía Estados Unidos con respecto a una victoria nazi. Incluso si los nazis no barrieron el continente norteamericano como lo hicieron con el europeo, todavía existía la posibilidad de que dominaran la economía global hasta la destrucción total de todos los demás. ¿Por qué? Cudahy explicó, bastante cortésmente, que “un nivel de vida más bajo para los trabajadores en Alemania y métodos disciplinarios impuestos a la mano de obra alemana” significaría que la producción alemana bajo el régimen nazi sería altísima, las ganancias también estarían por las nubes, y nadie más podría competir.

Hitler dijo que Estados Unidos tampoco tenía nada de qué preocuparse allí, porque no solo tenía toda la intención de mejorar las vidas y las condiciones de trabajo de los alemanes comunes una vez que terminara la molesta guerra, sino que su visión para el comercio internacional después de la guerra. la guerra se basaba en el intercambio de bienes por bienes.

Su ejemplo fue el comercio de los estados agrícolas de los Balcanes por los bienes industriales y comerciales de Alemania, y simplemente no valdría la pena el tiempo de Estados Unidos para tratar de enviar todos sus productos a Europa. Estados Unidos ni siquiera se vería afectado, y para resumir cuánto crédito se debe poner en todo eso, también comentó: “Estableceremos las relaciones con nuestros vecinos de tal manera que todos disfruten de paz y prosperidad”.

Para hablar sobre lo que Hitler podría haber reservado para los EE. UU., vale la pena mencionar por qué podría querer ver arder esa parte del mundo, al menos, eventualmente. Según el profesor emérito de historia de la Universidad de Carolina del Norte, Gerhard L. Weinberg, Hitler había estado escribiendo sobre la eliminación de los EE. UU. desde la década de 1920. Si bien quería la dominación global de Alemania y todo eso, también sentía que era una especie de obligación moral corregir un (percibido) error, y eso distorsionaba su opinión sobre la guerra con los EE. UU.

Todo se remonta al mito de la puñalada por la espalda, que el Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU. describe como la creencia de que la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial no se produjo en el campo de batalla, sino por el espionaje, el sabotaje y el subterfugio en el hogar. frente. Todo eso fue, por supuesto, supuestamente dirigido por aquellos que se convertirían en enemigos del estado nazi, incluidos judíos, liberales y comunistas.

Al mismo tiempo, significaba que Estados Unidos realmente no tenía mucho que ver con la pérdida de Alemania. Por lo tanto, Estados Unidos no era un poder militar con el que había que lidiar, pero lo que el historiador y autor James P. Duffy dice que se describió como “el mayor rival futuro de Europa”, y eso significaba que Hitler creía que podía terminar la guerra en Europa. Tómese su tiempo para construir una marina y luego trate con los EE. UU.

Adolf Hitler escribió célebremente “Mein Kampf”, pero menos famoso, también escribió un segundo libro, el muy directamente llamado “Hitlers Zweites Buch”, o “Segundo libro de Hitler”. Según “Target America: Hitler’s Plan to Attack the United States”, el libro se escribió en 1928 pero no se publicó hasta 1961. Describía una serie de tres conflictos, y no fue hasta el tercero que Hitler llegó a la conclusión. A NOSOTROS.

Primero, Hitler vio a su Alemania enfrentarse a Francia para recuperar lo que habían perdido después de la Primera Guerra Mundial. Luego, se dirigiría hacia el este y tomaría toda la tierra, y los recursos agrícolas, que necesitaba de la Unión Soviética. ¿Y entonces? A Estados Unidos, que escribió que era una “amenaza real para la dominación alemana del mundo”.

Pero aquí está la cosa: Hitler escribió ese análisis antes de que la Gran Depresión entrara en pleno apogeo, y mientras observaba lo que se desarrollaba al otro lado del Atlántico, finalmente llegó a la conclusión de que Estados Unidos estaba tan debilitado por sus propios problemas que realmente no asunto. La tercera guerra podía esperar: según el profesor emérito de historia de la Universidad de Carolina del Norte, Gerhard L. Weinberg, Hitler creía que terminar la guerra en Europa, estabilizar su Tercer Reich y construir un ejército de fuerzas de largo alcance era algo que él quería. podría tomarse su tiempo para hacerlo. Estados Unidos, pensó, era demasiado débil para hacer otra cosa que esperar.

Se ha escrito mucho sobre la obsesión de Adolf Hitler por enfrentarse a la Unión Soviética, pero según el historiador de Cambridge Brendan Simms, estaba tan obsesionado con los EE. UU. Tanto es así, dijo Simms a ExBerliner, que dio forma a las políticas en todo el Tercer Reich. Simms explica que cuanto más investigaba, más averiguaba sobre el enfoque de Hitler en Estados Unidos: “Se hizo absolutamente obvio que ‘Anglo-America’ (esa es la frase, Hitler tendía a referirse a ellos como los ‘anglosajones’) era el niño más grande de la cuadra, su foco principal, su principal enemigo, la pareja que le hubiera gustado. El elemento más grande de su realidad”.

Esa es una afirmación enorme, y Simms dice que hay algunas capas en las que Hitler lanzó su mirada codiciosa hacia los EE. UU. Parte de eso comenzó con que los EE. UU. tenían algo que Alemania no tenía: tamaño. Pongámoslo en perspectiva. Estados Unidos tiene unas 28 veces el tamaño de Alemania, pero eso solo cuenta una parte de la historia. Alemania podría caber dentro de California y ocupar solo el 85% del estado. También tiene aproximadamente el mismo tamaño que Montana y Nuevo México, más o menos.

Incluso si Hitler hubiera logrado apoderarse de toda Europa, construir su raza maestra requeriría una tonelada de espacio y una tonelada de recursos, que Estados Unidos tenía en abundancia.

Adolf Hitler estuvo al frente y al centro en la Segunda Batalla del Marne de la Primera Guerra Mundial, y según el historiador de Cambridge Brendan Simms (a través de ExBerliner), fue allí donde tuvo un encuentro con dos soldados estadounidenses, y causaron una gran impresión: eran alto, rubio y de ojos azules. ¿Suena familiar?

Los intentos de Hitler de construir su raza aria maestra están bien documentados, y Simms dice que hay otra parte de eso que a menudo se pasa por alto. Hitler desarrolló la teoría de que uno de los lugares más ricos para encontrar todo ese ADN ario con el que estaba tan obsesionado eran los EE. UU., y conquistar América significaba todas las nuevas semillas a partir de las cuales su raza aria podría crecer.

Ford

La teoría decía así: en el transcurso de cientos de años, la población estadounidense se había visto reforzada por inmigrantes de Europa. Tampoco eran inmigrantes cualquiera: eran los más brillantes, los más fuertes, los más aventureros y los más resistentes. Dejaron atrás una Europa superpoblada, plagada de enfermedades y hambrienta, se dirigieron al oeste y se establecieron en los EE. UU. Allí, prosperaron con amplios espacios abiertos y recursos del tipo que solo Estados Unidos podía ofrecer. Y las leyes de los Estados Unidos ayudaron a reforzar sus ideas sobre cuán pura era su sangre: la legislación limitó o prohibió la inmigración de ciertas áreas de Europa, como los países eslavos, junto con los matrimonios interraciales. ¿En otras palabras? Vio a los Estados Unidos como una fuente invaluable de material genético.

Henry Ford es a menudo elogiado como el padre de la industria automotriz estadounidense, pero aquí está la cuestión: si bien era un genio en lo que respecta a la industria y la fabricación, era una persona terrible. Ford era un antisemita furioso, y PBS dice que a menudo se le citaba diciendo que todos los males del mundo podían atribuirse a los “judíos o a los capitalistas judíos”, y si ese es el tipo de cosas que parece, Hitler cantaría , “Tienes un amigo en mí”, lo era absolutamente. Y según Bradley W. Hart, autor de “Hitler’s American Friends”, fue incluso más que eso. Ford estaba lanzando retórica antisemita mucho antes de que la corriente principal de Estados Unidos supiera cosas como los campos de concentración, y sus puntos de vista no pasaron desapercibidos para Hitler.

Según una investigación de The Nation, Ford se benefició enormemente de la fabricación para el Tercer Reich, incluso durante meses después de que Estados Unidos declarara oficialmente la guerra. Un informe contemporáneo del Departamento del Tesoro de EE. UU. mostró que sabían al respecto, resumido en esta observación: “Parece haber al menos una aceptación tácita por parte del [hijo de Ford], el Sr. Edsel Ford, de la confianza… en la neutralidad conocida”. de la familia Ford como base para recibir favores del Reich alemán”.

Hart dice además que Hitler en realidad vio a Ford como una forma de ingresar a Estados Unidos, y descubrió registros que describían cómo Hitler había aprovechado “‘Heinrich Ford’ [para] convertirse en ‘el líder del creciente movimiento fascista en Estados Unidos'”.

La Segunda Guerra Mundial generalmente se desarrolla como un conflicto entre los Aliados y el Eje, pero no fue tan limpio y ordenado. Estados Unidos, dice el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial, tenía una facción de nazis que no solo estaban vivos y coleando, sino que realizaban mítines en lugares como el Madison Square Garden. El German-American Bund se remonta a 1936, y la idea detrás de la organización era promover todos los ideales y el odio racial que acompañaban a ser nazi. Ese evento en el Madison Square Garden atrajo a unos 22.000 miembros leales (en 1939), y se realizó bajo el mando de un veterano alemán de la Primera Guerra Mundial llamado Fritz Kuhn.

El Bund, por supuesto, llamó la atención del Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes, y aunque se descubrió que no representaban una amenaza para la seguridad nacional, hay una nota al pie interesante. Una de las afirmaciones utilizadas para desacreditar al Bund fue que Kuhn informaba directamente a Hitler y que éste se estaba entrometiendo en los asuntos estadounidenses.

Tiene sentido que Hitler estuviera encantado de tener un partido nazi listo y esperándolo, pero no solo no era cierto, sino que, según Traces, Hitler denunció abiertamente al partido. ¿Por qué? Los nazis pensaron que el Bund les estaba dando mala fama.

Nombres como Dachau y Auschwitz son reconocibles al instante, pero constituían solo una pequeña parte de un porcentaje de las instalaciones que el régimen nazi construyó para contener, esclavizar y ejecutar a quienes no les gustaban. Aquí hay una estadística aterradora: según el Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU., hubo más de 44,000 campos de diferentes propósitos, todos basados ​​en detención y encarcelamiento, que estuvieron activos durante el Tercer Reich.

¿Se habrían establecido esos campamentos en América del Norte? Probablemente. En 2019, Library and Archives Canada compró un libro que había sido tomado de la biblioteca personal de Hitler. Se llamó “Statistik, Presse unf Organisationen des Judentums in den Vereinigten Staaten und Kanada”, que se traduce como “Estadísticas, prensa y organizaciones de judíos en los Estados Unidos y Canadá”. El libro de 137 páginas es esencialmente una compilación de datos sobre las poblaciones judías en América del Norte y, como explicó el curador de LAC, Michael Kent, “Esta información habría sido la base para implementar la Solución final en Canadá”.

El libro, escrito por el lingüista nazi Heinz Kloss, detalla cosas desde la etnia y los idiomas de las poblaciones de las ciudades hasta la lista de organizaciones judías, y Kent explicó además que el libro es esencialmente una prueba de que Hitler y el partido nazi tenían planes para expandir el Holocausto. a América del Norte: “El Holocausto no fue un evento europeo, fue un evento que no tuvo la oportunidad de extenderse fuera de Europa”, dijo.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 13, 2022


 

 

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