Vendiendo el alma al diablo realmente a bajo precio

La CIDH y las donaciones-mordaza
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fabian11Por Fabian Kussman.

La frase Guerra Contra el Terror no fue inventada por George W. Bush, pero tuvo un toque de pertenencia al abrir la prisión en Guantánamo, esa base sobre una bahía que es territorio en disputa desde que Estados Unidos lo ocupó desde principios del siglo XX al intervenir en la guerra de Cuba contra España para lograr su independencia. Debido a que Cuba nunca solicitó un ajuste desde 1960, el Departamento del Tesoro estadounidense libra cheques anuales por valor de cuatro mil dólares. No es claro si el gobierno cubano los cobra o que sucede con ese dinero una vez transcurrido su tiempo de expiración.

A pesar de su promesa de cerrar la cárcel, Obama -quién suplanto al texano en la Casa Blanca- pareció desentenderse de ese tema durante su mandato y será una cruz en el casillero del debe de este presidente saliente en cuanto a sus afirmaciones pre electorales.

La prisión, que supo albergar 779 detenidos, hoy tiene 155 y setenta de ellos están en un proceso de audiencia ante un Comité especial. Entre el año 2002 y el año 2008, setecientos sesenta y cinco imputados del total de prisioneros tenían legajos con recomendaciones para activar su libertad o ser llevados a juicio. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos deslizó tibias sugerencias, pero aquí es cuando esta última organización debe ser escrita con letras itálicas. Estados Unidos de América fue siempre el máximo contribuyente de la entidad con aproximadamente 1.1 millones de dólares cifra que escaló a 2.6 en este corriente año. Por otra parte, la CIDH se vio forzada a colocar a la cabeza de sus listas de alto riesgo a Guatemala, Venezuela y Cuba -ninguna de estas aporta colaboraciones monetarias, mientras que las dos últimas (De no estar en las menciones) rozaría el escándalo internacional por omisión-.

Los únicos informes que realiza de CIDH sobre Estados Unidos son acerca de la inmigración ilegal y datan del año 2011.  Su preocupación radicaba en las Detenciones y el Debido Proceso. Ese año el informe contenía las conclusiones de una investigación realizada sobre la compatibilidad de las políticas y prácticas de la detención de inmigrantes en Estados Unidos con sus obligaciones internacionales de derechos humanos.

Una de las principales preocupaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el 2011 era el creciente uso en Estados Unidos de la detención de migrantes basada en una presunción de necesidad, cuando de hecho la detención debiera ser excepcional. La CIDH está convencida de que, en muchos casos -probablemente en la mayoría de ellos- la detención constituye una medida desproporcionada y los programas de alternativas a la detención configurarían una opción más equilibrada a fin de dar cumplimiento al interés legítimo del Estado de asegurar el cumplimiento de la normativa migratoria. Siempre hay un pero. Recién en el año 2015, miembros de la Comisión viajaron a Estados Unidos, pero, para entablar conversaciones referidas a los Derechos del Niño, dejando en el placard sus antiguas tribulaciones. Estas reuniones fueron sostenidas en Washington, Distrito de Columbia -donde se encuentra el lujoso y famoso CityCenterDC, shopping/mall para los ricos y famosos- y las mismas culminaron de manera agradable.

Para establecer esfuerzos, es interesante visitar el sitio web de la Comisión Interamericana y el sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos donde se hallará cierta diferencia en cantidad y calidad en información sobre Derechos Humanos en el continente. Su visión le dirá que página es actualizada constantemente, cual tiene data verificable, cual es menos fantasiosa.

No me malentienda, me agrada vivir en Estados Unidos. No hay más Maccartismo, pero no todo está bien. Lo bueno es que hay libertad para decirlo. ¿Estados Unidos amordazó a la CIDH con sus donaciones? Tal vez me equivoque. Tal vez yo siga siendo el mismo hipócrita de siempre.

Lo cierto es que vivimos anestesiados en este cínico planeta rodeados de hipócritas que me superan claramente. Los miembros de la CIDH son miembros del club de turistas permanentes. Estas reuniones, estas cenas, estos viajes teatralizados son maniobras para justificar un sueldo y los gobiernos que mantienen ese despilfarro lo saben. Somos animales existiendo ya en el futuro. Respiramos en un mundo en donde una computadora nos transporta de Madrid a Nebraska en menos de un segundo sin necesitar de aviones, hoteles, viáticos ni rentas de autos. Sin tanto cansancio y pérdida de tiempo lo que haría de esta comisión un ente efectivo. El dinero dilapidado tendría más sentido cuando se investiga una denuncia, se realiza con los pies en el terreno, sí, y se consiguen resultados.  No para galas y encuentros burocráticos.  Si luego de tantas quejas, una inspección de esta organización pasa por alto los derechos de presos políticos o presos ilegalmente arrestados en Argentina, es porque hay fallas en el sistema. En otra visión, uno arriesgaría a decir que es una acción premeditada. Tal vez esté equivocado. Tal vez siga siendo el mismo hipócrita de siempre, pero -siempre hay un pero- concédame que soy un amateur y estos sujetos son profesionales.

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