La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo.
OPINIÓN:
A nivel nacional la denuncia y querella sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman se encuentra semi-archivada por dar un nombre que se entienda fuera de todo tecnicismo jurídico. La sospecha de lavado de dinero en Hotesur quedó disimulada detrás de una tapadera de marañas y laberintos procesales. La causa del crimen de la AMIA está en suspenso. Amado Boudou todavía disfruta de una tregua inconcebible, y un sin número de investigaciones quedaron en saco roto a pesar de que existe una luz de esperanza con las detenciones y llamados a indagatorias de altos funcionarios y de la mismísima presidente. Los fiscales siguen investigando sobre temas de enorme trascendencia pública relacionada con numerosos ilícitos e irregularidades pero con obstáculos dilatorios inexplicables como la declaración de López en Jujuy. Todavía en la mayoría de las causas nos encontramos en la primera etapa procesal, con llamados a indagatoria sin detención o prisión y ausencia de clausura y elevación a juicio. Una rueda que sigue girando entre inhibiciones, excusaciones y apelaciones dilatorias. Que hablar en nuestra provincia – Tucumán –, con crímenes que ocuparon las tapas de diarios a nivel internacional nunca resueltos. (Lebbos o Marita Verón). Con denuncias del Colegio de abogado y querellas contra los ex – fiscales Albaca y Herrera en temas y causas de enorme repercusión, sumadas a la lentitud de la justicia en juicios que deben tener una eficaz inmediatez. Hoy nuestra provincia y el país están alarmando por la muerte del Cura Viroche que muchos suponen que tiene que ver con sus denuncias contra el flagelo de la Droga, el Narcotráfico o el Juego clandestino. En vez de realizar una profunda investigación en base a numerosos testimonios y hechos verificados públicamente el representante de la vindicta pública se adelanta a manifestar casi en forma categórica que es un suicidio. Otro caso Nisman en Tucumán. La provinciase vuelve a convertir en la cuna del libertinaje. Lo que revela y advierte la sociedad es una impunidad sin límites y una justicia de alarmante lentitud, sobre todo en juicios que pese al sistema oral revelaba prontitud y agilidad y en la práctica es una tortuga sin patas. Las causas penales en su mayoría con elevación a juicio tienen una demora mínima de más de tres años. Existe el sistema del archivo exprés, sumado una enorme falta de confianza en los tres poderes del estado.El tiempo pasa. Las causas se prescriben o quedan archivadas y florece la indemnidad.Nuevamente el silencio de muchos. Es que cuando las inmoralidades o presuntos delitos se denuncian, se verifican y el Estado – los tres poderes – da vuelta la cara como o “nada tengo que ver con esto” es, en la práctica, lo mismo que patrocinar, promover, apadrinar la inmoralidad, que queda expuesta ante la ciudadanía sin que nada la evite, la corrija ni, menos aún, la castigue. Hoy la muerte del Curita nos pone nuevamente en tapa de todos los diarios. Para luchar contra la delincuencia se precisa de una base moral.Entonces hay que comenzar por combatir la corrupción, acreditarla, esclarecerla, y recién estaremos en condiciones de hacerle frente a la delincuencia. Si ante las irregularidades el poder administrador va a esquivar el bulto, pretendiendo que sólo se han de corregir delitos verificados por el Poder Judicial, no las simples corrupciones, entonces, por supuesto, la inmoralidad ha de proliferar al amparo de esta protección oficial, lo que conlleva a la inseguridad que se hace carne como uno de los flagelos que debe combatirse.
Por JORGE B. LOBO ARAGON
“…INSEGURIDAD EN TUCUMÁN…”
La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo.
OPINIÓN:
A nivel nacional la denuncia y querella sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman se encuentra semi-archivada por dar un nombre que se entienda fuera de todo tecnicismo jurídico. La sospecha de lavado de dinero en Hotesur quedó disimulada detrás de una tapadera de marañas y laberintos procesales. La causa del crimen de la AMIA está en suspenso. Amado Boudou todavía disfruta de una tregua inconcebible, y un sin número de investigaciones quedaron en saco roto a pesar de que existe una luz de esperanza con las detenciones y llamados a indagatorias de altos funcionarios y de la mismísima presidente. Los fiscales siguen investigando sobre temas de enorme trascendencia pública relacionada con numerosos ilícitos e irregularidades pero con obstáculos dilatorios inexplicables como la declaración de López en Jujuy. Todavía en la mayoría de las causas nos encontramos en la primera etapa procesal, con llamados a indagatoria sin detención o prisión y ausencia de clausura y elevación a juicio. Una rueda que sigue girando entre inhibiciones, excusaciones y apelaciones dilatorias. Que hablar en nuestra provincia – Tucumán –, con crímenes que ocuparon las tapas de diarios a nivel internacional nunca resueltos. (Lebbos o Marita Verón). Con denuncias del Colegio de abogado y querellas contra los ex – fiscales Albaca y Herrera en temas y causas de enorme repercusión, sumadas a la lentitud de la justicia en juicios que deben tener una eficaz inmediatez. Hoy nuestra provincia y el país están alarmando por la muerte del Cura Viroche que muchos suponen que tiene que ver con sus denuncias contra el flagelo de la Droga, el Narcotráfico o el Juego clandestino. En vez de realizar una profunda investigación en base a numerosos testimonios y hechos verificados públicamente el representante de la vindicta pública se adelanta a manifestar casi en forma categórica que es un suicidio. Otro caso Nisman en Tucumán. La provincia se vuelve a convertir en la cuna del libertinaje. Lo que revela y advierte la sociedad es una impunidad sin límites y una justicia de alarmante lentitud, sobre todo en juicios que pese al sistema oral revelaba prontitud y agilidad y en la práctica es una tortuga sin patas. Las causas penales en su mayoría con elevación a juicio tienen una demora mínima de más de tres años. Existe el sistema del archivo exprés, sumado una enorme falta de confianza en los tres poderes del estado. El tiempo pasa. Las causas se prescriben o quedan archivadas y florece la indemnidad. Nuevamente el silencio de muchos. Es que cuando las inmoralidades o presuntos delitos se denuncian, se verifican y el Estado – los tres poderes – da vuelta la cara como o “nada tengo que ver con esto” es, en la práctica, lo mismo que patrocinar, promover, apadrinar la inmoralidad, que queda expuesta ante la ciudadanía sin que nada la evite, la corrija ni, menos aún, la castigue. Hoy la muerte del Curita nos pone nuevamente en tapa de todos los diarios. Para luchar contra la delincuencia se precisa de una base moral.Entonces hay que comenzar por combatir la corrupción, acreditarla, esclarecerla, y recién estaremos en condiciones de hacerle frente a la delincuencia. Si ante las irregularidades el poder administrador va a esquivar el bulto, pretendiendo que sólo se han de corregir delitos verificados por el Poder Judicial, no las simples corrupciones, entonces, por supuesto, la inmoralidad ha de proliferar al amparo de esta protección oficial, lo que conlleva a la inseguridad que se hace carne como uno de los flagelos que debe combatirse.
JORGE B. LOBO ARAGÓN