“Tenemos que tener el corazón libre, que pueda hacer lo que piensa y lo que siente. ¡Ese es un corazón libre!”, “No hay que ser como Poncio Pilato, no hay que lavarse las manos”
Opinión
[one_half padding=”0 30px 0 0″]
Por Jorge B. Lobo Aragón
El periodismo alcanza un poder dentro de la sociedad por su influjo sobre los ciudadanos. El periodismo puede ser un instrumento cultural, si acierta a llevar a muchos un alimento espiritual. Aunque sea discutible el papel de lo literario en el periodismo, es innegable su peso sobre la opinión pública. El periodismo tiene la virtud de interesar a todos en los problemas generales, y por eso es natural que algunos gobiernos pretendan silenciarlo. Para mantener intangible su libertad la Constitución asegura la libertad de prensa, aunque algunos atropellen esa libertad al sentirse tocados. De ese atropello fui víctima, como consecuencia de mi predica desde hace más de veinte años en contra de las mafias, el juego clandestino, el narcotráfico. Siendo fiscal y juez le dicte la prisión preventiva de oficio a personas que vinculados al llamado “Comando Atila” ahora gozan de un incremento patrimonial incomprensible, como inexplicable, y se encuentran relacionados a la causa del religioso asesinado. No creo que sean investigados. Es que cada vez que publico sobre el epidemia de la mafia reinante – Nihil novum sub sole – (No hay nada nuevo bajo el sol), son pocos los diarios en mi provincia los que se hacen ecos de una realidad reinante. Generalmente miran hacia el sudeste. Que decir de aquellos que tienen el deber de denunciar y que representan a los abogados. Y como me siento íntimamente partidario del señor don Quijote, enderezador de entuertos y protector de viudas y huérfanos, no puede mantenerse indiferente ante este “delicado asunto”.
[/one_half]
[one_half_last padding=”0 0 0 30px”]
Causa que está en manos de fiscal al que respeto y conozco pero que desde un principio me pareció imprudente en manifestar el caso se trataba de un suicidio liso y llano, manteniendo la caratula de la causa en muerte dudosa. Me parece atinado – aunque haya sido duramente criticado – las manifestaciones del Fiscal General de la Justicia Federal Gustavo Gómez quien insiste en que la muerte del sacerdote representa un mensaje mafioso. Que el curita no tenía un perfil de personalidad acorde a la de un suicida y que otros elementos revelan su presunción. Me parece que el caso por su trascendencia nacional e internacional necesita de manifestaciones públicas. Porque el mismo es “alarmante y debe encender una alarma social”. Por eso mismo debemos hacer Lio. Los tucumanos estamos cansados de tanta impunidad como el País frente a hechos probados y verificados en donde numerosos imputados y acusados siguen manteniéndose en actitudes compungidas como si fueran “Carmelitas Descalzas”. A la justicia ordinaria no se la teme, se la supone inocua (todo el mundo “confía en la justicia”; muchos, en realidad, confían en su torpeza). No son pocas las vicisitudes sufridas por luchas contra el flagelo de la impunidad. Ni tampoco los desencantos experimentados ni los esfuerzos malogrados. Tampoco las amenazas y atentados sufridos. Pero tal vez mi mayor éxito es haber sido uno de los pocos – lo digo con humildad pero con absoluta sinceridad – que lucho ante oídos sordos y silencios de muchos para que un clan – Ale – que azoto y asolo nuestra provincia con total impunidad se encuentre en prisión preventiva y con varios juicios en estado de debate oral. . Creo que el “éxito y jalón” es la de sembrar como abogado e informador publico la verdad objetiva al servicio de los intereses a que estamos consagrados. La de defender la verdad. La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo. . Es que cuando las inmoralidades o presuntos delitos se denuncian, se verifican y el Estado – los tres poderes – da vuelta la cara como o “nada tengo que ver con esto” es, en la práctica, lo mismo que patrocinar, promover, apadrinar la inmoralidad, que queda expuesta ante la ciudadanía sin que nada la evite, la corrija ni, menos aún, la castigue. Hoy la muerte del Curita nos pone nuevamente en tapa de todos los diarios. Para luchar contra la delincuencia se precisa de una base moral. Entonces hay que comenzar por combatir la corrupción, acreditarla, esclarecerla, y recién estaremos en condiciones de hacerle frente a la delincuencia. Si ante las irregularidades el poder administrador va a esquivar el bulto, pretendiendo que sólo se han de corregir delitos verificados por el Poder Judicial, no las simples corrupciones, entonces, por supuesto, la inmoralidad ha de proliferar al amparo de esta protección oficial, lo que conlleva a la inseguridad que se hace carne como uno de los flagelos que debe combatirse. Se puede. Siempre se puede.
Escribe Jorge B. Lobo Aragón.
“Tenemos que tener el corazón libre, que pueda hacer lo que piensa y lo que siente. ¡Ese es un corazón libre!”, “No hay que ser como Poncio Pilato, no hay que lavarse las manos”
Opinión
[one_half padding=”0 30px 0 0″]Por Jorge B. Lobo Aragón
El periodismo alcanza un poder dentro de la sociedad por su influjo sobre los ciudadanos. El periodismo puede ser un instrumento cultural, si acierta a llevar a muchos un alimento espiritual. Aunque sea discutible el papel de lo literario en el periodismo, es innegable su peso sobre la opinión pública. El periodismo tiene la virtud de interesar a todos en los problemas generales, y por eso es natural que algunos gobiernos pretendan silenciarlo. Para mantener intangible su libertad la Constitución asegura la libertad de prensa, aunque algunos atropellen esa libertad al sentirse tocados. De ese atropello fui víctima, como consecuencia de mi predica desde hace más de veinte años en contra de las mafias, el juego clandestino, el narcotráfico. Siendo fiscal y juez le dicte la prisión preventiva de oficio a personas que vinculados al llamado “Comando Atila” ahora gozan de un incremento patrimonial incomprensible, como inexplicable, y se encuentran relacionados a la causa del religioso asesinado. No creo que sean investigados. Es que cada vez que publico sobre el epidemia de la mafia reinante – Nihil novum sub sole – (No hay nada nuevo bajo el sol), son pocos los diarios en mi provincia los que se hacen ecos de una realidad reinante. Generalmente miran hacia el sudeste. Que decir de aquellos que tienen el deber de denunciar y que representan a los abogados. Y como me siento íntimamente partidario del señor don Quijote, enderezador de entuertos y protector de viudas y huérfanos, no puede mantenerse indiferente ante este “delicado asunto”.
Causa que está en manos de fiscal al que respeto y conozco pero que desde un principio me pareció imprudente en manifestar el caso se trataba de un suicidio liso y llano, manteniendo la caratula de la causa en muerte dudosa. Me parece atinado – aunque haya sido duramente criticado – las manifestaciones del Fiscal General de la Justicia Federal Gustavo Gómez quien insiste en que la muerte del sacerdote representa un mensaje mafioso. Que el curita no tenía un perfil de personalidad acorde a la de un suicida y que otros elementos revelan su presunción. Me parece que el caso por su trascendencia nacional e internacional necesita de manifestaciones públicas. Porque el mismo es “alarmante y debe encender una alarma social”. Por eso mismo debemos hacer Lio. Los tucumanos estamos cansados de tanta impunidad como el País frente a hechos probados y verificados en donde numerosos imputados y acusados siguen manteniéndose en actitudes compungidas como si fueran “Carmelitas Descalzas”. A la justicia ordinaria no se la teme, se la supone inocua (todo el mundo “confía en la justicia”; muchos, en realidad, confían en su torpeza). No son pocas las vicisitudes sufridas por luchas contra el flagelo de la impunidad. Ni tampoco los desencantos experimentados ni los esfuerzos malogrados. Tampoco las amenazas y atentados sufridos. Pero tal vez mi mayor éxito es haber sido uno de los pocos – lo digo con humildad pero con absoluta sinceridad – que lucho ante oídos sordos y silencios de muchos para que un clan – Ale – que azoto y asolo nuestra provincia con total impunidad se encuentre en prisión preventiva y con varios juicios en estado de debate oral. . Creo que el “éxito y jalón” es la de sembrar como abogado e informador publico la verdad objetiva al servicio de los intereses a que estamos consagrados. La de defender la verdad. La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo. . Es que cuando las inmoralidades o presuntos delitos se denuncian, se verifican y el Estado – los tres poderes – da vuelta la cara como o “nada tengo que ver con esto” es, en la práctica, lo mismo que patrocinar, promover, apadrinar la inmoralidad, que queda expuesta ante la ciudadanía sin que nada la evite, la corrija ni, menos aún, la castigue. Hoy la muerte del Curita nos pone nuevamente en tapa de todos los diarios. Para luchar contra la delincuencia se precisa de una base moral. Entonces hay que comenzar por combatir la corrupción, acreditarla, esclarecerla, y recién estaremos en condiciones de hacerle frente a la delincuencia. Si ante las irregularidades el poder administrador va a esquivar el bulto, pretendiendo que sólo se han de corregir delitos verificados por el Poder Judicial, no las simples corrupciones, entonces, por supuesto, la inmoralidad ha de proliferar al amparo de esta protección oficial, lo que conlleva a la inseguridad que se hace carne como uno de los flagelos que debe combatirse. Se puede. Siempre se puede.
JORGE B. LOBO ARAGÓN.
[/one_half_last] Tags: Derechos Humanos, Justicia, Prisionero En ArgentinaRelated Posts
Servir de por vida
◘ Por Mike Granger. Técnicamente, servir en la [...]
La era Lochner
○ Por Seth Bowles. La era Lochner se [...]
Reducción de salarios de jueces en México
◘ La Suprema Corte de Justicia de México aprobó su [...]