William Tyndale se levantó del lado equivocado de su cuna. Dedicó gran parte de su vida en traducir la Biblia al idioma inglés, ya que en sus tiempos solo se podía adquirir en latín, lengua desconocida para los plebeyos. La ignorancia de los pueblos beneficia a los tiranos, de manera que el bueno de Tyndale no conseguía que la Iglesia le ayudara o ampararse en un mecenazgo para obtener alimento y comida. No solo no consiguió patrocinio de algún émulo inglés de los Médicis, sino que debió refugiarse en Alemania y en Bélgica perseguido por los representantes de Dios. Tyndale no se acobardó y continuó volcando tinta en lo que culminó siendo la traducción del Nuevo Testamento al habla de Shakespeare. En 1525, este manuscrito estuvo terminado y fue distribuido de contrabando en el viejo continente, llegando a Inglaterra donde no fue bien recibido por los católicos quienes decidieron alimentar sus hornos con estos libros.
Tyndale también tenía sus debilidades y como aquel periodista de las revistas del corazón, se atrevió a criticar el divorcio concedido a Enrique VIII, afirmando y documentando que lo que Dios une, el hombre no puede desunir, presente en las Sagradas Escrituras.
Para el año 1530, William Tyndale completó su traducción del Antiguo Testamento. Cinco años más tarde, fue capturado y acusado de herejía, y la sola evidencia fue su intervención de transcribir la Biblia al lenguaje inglés. Tyndale encontró el fin de sus días en setiembre u octubre del año 1536. Fue ahorcado y para no crear polémicas sobre una posible leyenda, quemado en una hoguera. Todas las impresiones de la Biblia desde ese entonces, incluyendo la versión del Rey James, están basadas en el trabajo de Tyndale.
No solo Enrique VIII logró quebrantar la palabra del dios judeo-cristiano con la anuencia de la Iglesia. Carolina Grimaldi, entre otras celebridades, también lo logró, aunque en esos días era muy costoso, y en algunos casos -perdonar estas equivocaciones- llevaba tiempo y las parejas eran víctimas de un trabado burocrático. El año pasado, el papa Francisco reformó el procedimiento de la Iglesia Católica para anular los matrimonios, haciéndolo más simple, rápido y gratuito, una reforma pensada para los más pobres, pero vista con recelo por los más conservadores. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. (Mateo 19:6)
El primer Papa americano (Rumores dicen que Zaffaroni podría ser el segundo) ahora arremete a favor de perdonar a los abortistas y hasta los sacerdotes pueden emitir la absolución (Antes perdonar este pecado estaba supeditado solo a obispos). No voy a entrar en la polémica entre ligas pro-vida o grupos pro-elección, ni entre defensores del embrión y científicos investigadores de células madres. Si entre la selección de los frutos sanos y enfermos de la Iglesia, cuando es conveniente.
Las Sagradas Escrituras son incompletas. Nada dicen los Diez Mandamientos en contra del abuso a niños o avances científicos específicos. Ni tampoco como lidiar con este doble estándar a los que Jorge Bergoglio somete a sus fieles. Como antiteísta no me puedo aferrar al Libro Sagrado para fortificar mi posición, pero si a las conductas. Bergoglio no expresa ninguna antipatía al recibir a terroristas, pero brinda sus espaldas a los presos políticos -en los casos que estos necesiten de su indulgencia, o simplemente de su ayuda-. El Papa abraza bajo su manto de perdón a quienes -según la misma Iglesia- quitan y demuelen en sus vientres a una vida ya formada, pero muestra su indiferencia brutal hacia aquellos ancianos asesinados (Y a aquellos en camino de ser asesinados) en las cárceles argentinas. Tú sabes los mandamientos, no matarás se lee en Deutoronomio 5:17. O al menos hasta que haya otra reforma…
Dios perdona. Trinity, algunas cosas, no. No matarás y matarás.
Por Fabian Kussman.
William Tyndale se levantó del lado equivocado de su cuna. Dedicó gran parte de su vida en traducir la Biblia al idioma inglés, ya que en sus tiempos solo se podía adquirir en latín, lengua desconocida para los plebeyos. La ignorancia de los pueblos beneficia a los tiranos, de manera que el bueno de Tyndale no conseguía que la Iglesia le ayudara o ampararse en un mecenazgo para obtener alimento y comida. No solo no consiguió patrocinio de algún émulo inglés de los Médicis, sino que debió refugiarse en Alemania y en Bélgica perseguido por los representantes de Dios. Tyndale no se acobardó y continuó volcando tinta en lo que culminó siendo la traducción del Nuevo Testamento al habla de Shakespeare. En 1525, este manuscrito estuvo terminado y fue distribuido de contrabando en el viejo continente, llegando a Inglaterra donde no fue bien recibido por los católicos quienes decidieron alimentar sus hornos con estos libros.
Tyndale también tenía sus debilidades y como aquel periodista de las revistas del corazón, se atrevió a criticar el divorcio concedido a Enrique VIII, afirmando y documentando que lo que Dios une, el hombre no puede desunir, presente en las Sagradas Escrituras.
Para el año 1530, William Tyndale completó su traducción del Antiguo Testamento. Cinco años más tarde, fue capturado y acusado de herejía, y la sola evidencia fue su intervención de transcribir la Biblia al lenguaje inglés. Tyndale encontró el fin de sus días en setiembre u octubre del año 1536. Fue ahorcado y para no crear polémicas sobre una posible leyenda, quemado en una hoguera. Todas las impresiones de la Biblia desde ese entonces, incluyendo la versión del Rey James, están basadas en el trabajo de Tyndale.
No solo Enrique VIII logró quebrantar la palabra del dios judeo-cristiano con la anuencia de la Iglesia. Carolina Grimaldi, entre otras celebridades, también lo logró, aunque en esos días era muy costoso, y en algunos casos -perdonar estas equivocaciones- llevaba tiempo y las parejas eran víctimas de un trabado burocrático. El año pasado, el papa Francisco reformó el procedimiento de la Iglesia Católica para anular los matrimonios, haciéndolo más simple, rápido y gratuito, una reforma pensada para los más pobres, pero vista con recelo por los más conservadores. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. (Mateo 19:6)
El primer Papa americano (Rumores dicen que Zaffaroni podría ser el segundo) ahora arremete a favor de perdonar a los abortistas y hasta los sacerdotes pueden emitir la absolución (Antes perdonar este pecado estaba supeditado solo a obispos). No voy a entrar en la polémica entre ligas pro-vida o grupos pro-elección, ni entre defensores del embrión y científicos investigadores de células madres. Si entre la selección de los frutos sanos y enfermos de la Iglesia, cuando es conveniente.
Las Sagradas Escrituras son incompletas. Nada dicen los Diez Mandamientos en contra del abuso a niños o avances científicos específicos. Ni tampoco como lidiar con este doble estándar a los que Jorge Bergoglio somete a sus fieles. Como antiteísta no me puedo aferrar al Libro Sagrado para fortificar mi posición, pero si a las conductas. Bergoglio no expresa ninguna antipatía al recibir a terroristas, pero brinda sus espaldas a los presos políticos -en los casos que estos necesiten de su indulgencia, o simplemente de su ayuda-. El Papa abraza bajo su manto de perdón a quienes -según la misma Iglesia- quitan y demuelen en sus vientres a una vida ya formada, pero muestra su indiferencia brutal hacia aquellos ancianos asesinados (Y a aquellos en camino de ser asesinados) en las cárceles argentinas. Tú sabes los mandamientos, no matarás se lee en Deutoronomio 5:17. O al menos hasta que haya otra reforma…
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 21, 2016