El presidente Macri dijo hace un par de días: “para mucha gente, un día, una semana puede ser una vida”. Fue en el marco de la presentación de “datos abiertos de la Justicia” y se refería a los tiempos de ésta.
No pudieron llegar en mejor momento sus palabras. El preso político Daniel Eduardo Robelo se encuentra en estos momentos en estado crítico, en coma inducido internado en el Hospital Naval.
Fue una semana completa la que lo tuvieron a fuerza de Buscapina para tratar el dolor de una obstrucción intestinal grave.
Sabemos que la Buscapina tapa los síntomas pero no el problema de fondo que tenía. El preso político debió haber sido llevado a un hospital de verdad.
En su lugar, cuando ya su situación era insostenible, lo trasladaron al Hospital de utilería denominado pomposamente “Hospital Penitenciario Central”. Afortunadamente algún médico consciente que todavía existen, lo derivó sin preguntar a los jueces al Hospital Naval en donde lo operaron de inmediato, descubriendo que tenía estallido y necrosis de dos metros de intestino que le fueron extirpados.
Los jueces Parra y Portela, responsables de esta felonía , salieron a autorizar el traslado rápidamente. Ni que hubiera necesidad, ya el Servicio Penitenciario Federal lo había hecho sin consultar, tal vez, previendo una negativa.
En la misma resolución, los jueces Parra y Portela conceden la domiciliaria y, de paso, autorizan a la familia a disponer del cuerpo por si se produce el deceso durante un día feriado. Están en la onda ecológica y ahorran papel.
El Poder Judicial está absolutamente fuera de control, respecto de los otros poderes y hasta de la realidad. El resto de los poderes del Estado ¿seguirá lavándose las manos ante estos desmanes?
Para algunas personas, un día, una semana pueden ser una vida. Minuto 12,29 de este video.
Por ANDREA PALOMAS ALARCON
El presidente Macri dijo hace un par de días: “para mucha gente, un día, una semana puede ser una vida”. Fue en el marco de la presentación de “datos abiertos de la Justicia” y se refería a los tiempos de ésta.
No pudieron llegar en mejor momento sus palabras. El preso político Daniel Eduardo Robelo se encuentra en estos momentos en estado crítico, en coma inducido internado en el Hospital Naval.
Fue una semana completa la que lo tuvieron a fuerza de Buscapina para tratar el dolor de una obstrucción intestinal grave.
Sabemos que la Buscapina tapa los síntomas pero no el problema de fondo que tenía. El preso político debió haber sido llevado a un hospital de verdad.
En su lugar, cuando ya su situación era insostenible, lo trasladaron al Hospital de utilería denominado pomposamente “Hospital Penitenciario Central”. Afortunadamente algún médico consciente que todavía existen, lo derivó sin preguntar a los jueces al Hospital Naval en donde lo operaron de inmediato, descubriendo que tenía estallido y necrosis de dos metros de intestino que le fueron extirpados.
Los jueces Parra y Portela, responsables de esta felonía , salieron a autorizar el traslado rápidamente. Ni que hubiera necesidad, ya el Servicio Penitenciario Federal lo había hecho sin consultar, tal vez, previendo una negativa.
En la misma resolución, los jueces Parra y Portela conceden la domiciliaria y, de paso, autorizan a la familia a disponer del cuerpo por si se produce el deceso durante un día feriado. Están en la onda ecológica y ahorran papel.
El Poder Judicial está absolutamente fuera de control, respecto de los otros poderes y hasta de la realidad. El resto de los poderes del Estado ¿seguirá lavándose las manos ante estos desmanes?
Para algunas personas, un día, una semana pueden ser una vida. Minuto 12,29 de este video.
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