La Justicia los ignora, esperemos que la sociedad no.
Mantengamos el recuerdo vivo de estos policías asesinados y en sus nombres la de todos aquellos policías, militares y civiles asesinados por el terrorismo que asolo nuestro país en los años 70.
Por el Dr. GONZALO P. MIÑO.
El 12 de Setiembre de 1976, 32 jóvenes policías regresaban de prestar seguridad en un partido futbol, en la ciudad de Rosario. Habían conseguido hacer un adicional para sumar unos pesos más al magro salario, que ya cobraban por aquellos años. Estaban cansados pero contentos, pues esa tarea les permitiría comprar un buen regalo a sus mamas y esposas, dado que se acercaba el dia de la madre. Todos pertenecían a la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe.
Venían de la cancha de Rosario Central de vuelta a la Jefatura de Policia, cuando en la esquina de Junín y Rawson, los encontró la muerte y el horror.
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Un automóvil Citroën 2CV que había sido preparado con un artefacto explosivo tipo vietnamita, fue detonado remotamente –a cien metros del lugar- por terroristas de la organización criminal Montoneros. El saldo fue el asesinato de nueve policías y dos civiles (que transitaban casualmente por el lugar), amén de decenas de uniformados muy mal heridos.
Escenas dantescas les tocó vivir a estos muchachos. Cadáveres, cuerpos nulitados, compañeros desangrándose y pidiendo ayuda a gritos. Las ambulancias no alcanzaban y varios fueron cargados en los baúles de los autos para ser llevados a la asistencia pública. También murieron 2 civiles que casualmente pasaban por ahí, un matrimonio, dejando huérfana a su hija menor.
Montoneros se adjudicó públicamente el atentando y fue el más sangriento ocurrido en la ciudad de Rosario. Fue la primera vez que en nuestro país que se utilizaba una bomba “vietnamita” (carga explosiva, metales para esquirlas y material fecal en las mismas).
El festival de odio, sangre y muerte no terminó allí. A la noche, mientras llegaban los cuerpos a la Jefatura de Policia de Rosario para el velatorio, desde la Alcaidía (ubicada entonces en el centro de dicha Jefatura), en donde se encontraban detenidos otros delincuentes terroristas, de Montoneros y ERP, comenzaron a vivar la muerte de estos jóvenes policiales y entonar canticos a favor de la guerra terrorista y que matarían a todos los “cerdos policías”. Ello, mientras los familiares de los jóvenes policías y sus compañeros se deshacían en desconsolados llantos y desgarradoras escenas de dolor.
La Justicia se niega a reabrir el caso, al mismo tiempo que sigue reabriendo causas contra policías y militares, no ya de los altos mandos, sino contra simples agentes, suboficiales y oficiales jóvenes. La INJUSTICIA de la JUSTICIA.
A ello debemos añadirle la cobardía de los últimos altos mandos policiales de Santa Fe, por los menos los de la última década, que cuidando su “puestito” esconden la muerte de sus camaradas tras inocuos, meramente protocolares y fugaces actos a las 7 de la mañana frente al lugar de los hechos y otro a las 16 hs puertas adentro de la Jefatura y sin que pueda ingresar el público, tratando que esta fecha pase lo más desapercibida posible.
Jamás hubo presencia de funcionarios nacionales, ni provinciales, ni municipales, de ningún color o ideología, los que si están siempre presentes cuando los homenajeados son los delincuentes terroristas. Al respecto, da sana enviada ver a todos los ex presidentes de EEUU homenajear a las victimas del atentado terrorista del 11-S, incluidos policías, bomberos y militares, como el reconocimiento de la sociedad a los militares que ajusticiaron a los terroristas que lo produjeron o instigaron. Otro mundo. Otra realidad. Un país en serio del primer mundo.
Por estos lares, solo debo reconocer a aquellos pocos policías retirados, entre ellos Comisarios, que han honrado la memoria de sus camaradas asesinados, manteniendo lo que queda del lugar del hecho son su propio dinero y organizando actos conmemorativos abiertos al público y hasta distinguiendo a los familiares con recordatorios, también pagados de sus bolsillos. También debo reconocer a aquellos jóvenes oficiales, en actividad, del Cuerpo Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe que restauraron y pintaron aquel viejo colectivo, colocándolo el nombre de cada camarada muerto en su lateral y ubicándolo en la entrada de dicha Unidad y que ningún Jefe, por vergüenza (se ve que algo les queda), se atreve a retirar.
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En fin, ya que la Justicia los ignora, esperemos que la sociedad no.
Por eso, solo nos queda mantener el recuerdo vivo de estos policías asesinados por la organización terrorista Montoneros, honrar sus memorias y en sus nombres la de todo aquellos policías, militares y civiles asesinados por el terrorismo que asolo nuestro país en los años 70.
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La Justicia los ignora, esperemos que la sociedad no.
Mantengamos el recuerdo vivo de estos policías asesinados y en sus nombres la de todos aquellos policías, militares y civiles asesinados por el terrorismo que asolo nuestro país en los años 70.
El 12 de Setiembre de 1976, 32 jóvenes policías regresaban de prestar seguridad en un partido futbol, en la ciudad de Rosario. Habían conseguido hacer un adicional para sumar unos pesos más al magro salario, que ya cobraban por aquellos años. Estaban cansados pero contentos, pues esa tarea les permitiría comprar un buen regalo a sus mamas y esposas, dado que se acercaba el dia de la madre. Todos pertenecían a la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe.
Venían de la cancha de Rosario Central de vuelta a la Jefatura de Policia, cuando en la esquina de Junín y Rawson, los encontró la muerte y el horror.
[ezcol_1half]Un automóvil Citroën 2CV que había sido preparado con un artefacto explosivo tipo vietnamita, fue detonado remotamente –a cien metros del lugar- por terroristas de la organización criminal Montoneros. El saldo fue el asesinato de nueve policías y dos civiles (que transitaban casualmente por el lugar), amén de decenas de uniformados muy mal heridos.
Escenas dantescas les tocó vivir a estos muchachos. Cadáveres, cuerpos nulitados, compañeros desangrándose y pidiendo ayuda a gritos. Las ambulancias no alcanzaban y varios fueron cargados en los baúles de los autos para ser llevados a la asistencia pública. También murieron 2 civiles que casualmente pasaban por ahí, un matrimonio, dejando huérfana a su hija menor.
Montoneros se adjudicó públicamente el atentando y fue el más sangriento ocurrido en la ciudad de Rosario. Fue la primera vez que en nuestro país que se utilizaba una bomba “vietnamita” (carga explosiva, metales para esquirlas y material fecal en las mismas).
El festival de odio, sangre y muerte no terminó allí. A la noche, mientras llegaban los cuerpos a la Jefatura de Policia de Rosario para el velatorio, desde la Alcaidía (ubicada entonces en el centro de dicha Jefatura), en donde se encontraban detenidos otros delincuentes terroristas, de Montoneros y ERP, comenzaron a vivar la muerte de estos jóvenes policiales y entonar canticos a favor de la guerra terrorista y que matarían a todos los “cerdos policías”. Ello, mientras los familiares de los jóvenes policías y sus compañeros se deshacían en desconsolados llantos y desgarradoras escenas de dolor.
La Justicia se niega a reabrir el caso, al mismo tiempo que sigue reabriendo causas contra policías y militares, no ya de los altos mandos, sino contra simples agentes, suboficiales y oficiales jóvenes. La INJUSTICIA de la JUSTICIA.
A ello debemos añadirle la cobardía de los últimos altos mandos policiales de Santa Fe, por los menos los de la última década, que cuidando su “puestito” esconden la muerte de sus camaradas tras inocuos, meramente protocolares y fugaces actos a las 7 de la mañana frente al lugar de los hechos y otro a las 16 hs puertas adentro de la Jefatura y sin que pueda ingresar el público, tratando que esta fecha pase lo más desapercibida posible.
Jamás hubo presencia de funcionarios nacionales, ni provinciales, ni municipales, de ningún color o ideología, los que si están siempre presentes cuando los homenajeados son los delincuentes terroristas. Al respecto, da sana enviada ver a todos los ex presidentes de EEUU homenajear a las victimas del atentado terrorista del 11-S, incluidos policías, bomberos y militares, como el reconocimiento de la sociedad a los militares que ajusticiaron a los terroristas que lo produjeron o instigaron. Otro mundo. Otra realidad. Un país en serio del primer mundo.
Por estos lares, solo debo reconocer a aquellos pocos policías retirados, entre ellos Comisarios, que han honrado la memoria de sus camaradas asesinados, manteniendo lo que queda del lugar del hecho son su propio dinero y organizando actos conmemorativos abiertos al público y hasta distinguiendo a los familiares con recordatorios, también pagados de sus bolsillos. También debo reconocer a aquellos jóvenes oficiales, en actividad, del Cuerpo Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Santa Fe que restauraron y pintaron aquel viejo colectivo, colocándolo el nombre de cada camarada muerto en su lateral y ubicándolo en la entrada de dicha Unidad y que ningún Jefe, por vergüenza (se ve que algo les queda), se atreve a retirar.
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[/ezcol_1half_end]En fin, ya que la Justicia los ignora, esperemos que la sociedad no.
Por eso, solo nos queda mantener el recuerdo vivo de estos policías asesinados por la organización terrorista Montoneros, honrar sus memorias y en sus nombres la de todo aquellos policías, militares y civiles asesinados por el terrorismo que asolo nuestro país en los años 70.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 12, 2021