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Cartas de lectores del diario La Nación.

 

¿Derechos humanos?

Impresiona la tremenda reacción de políticos, jueces, fiscales, y también algunos obispos contra el fallo de la Corte Suprema que aplicó una ley (la denominada “dos por uno”) que era y es claramente aplicable, tal como ha explicado LA NACION y también algunos juristas serios y objetivos. Triste es verlos desesperándose por ser primeros en la foto y en el grito desaforado que clama por unos “derechos humanos” convertidos en religión de conveniencia, mientras rechazan absolutamente lo propiamente humano: razonar. Triste, sobre todo, verlos hacer el juego nuevamente al destructivo izquierdismo kirchnerista, al que el país quiso dar la espalda para siempre hace tan poco tiempo. Todos nuevamente detrás de lo mismo, tal como hicieron durante el gobierno de Néstor Kirchner. Muy triste.

Carlos L. Bosch

carlosbosch@estudiobosch.com

 

 


“Dos por uno”

Corrección política

Con relación al “dos por uno” y los acusados por crímenes de lesa humanidad, puede decirse que funcionarios, políticos, periodistas y militantes de derechos humanos y organizaciones de izquierda hacen oído sordos a la Constitución y las leyes. Las coaliciones políticas en la Argentina siempre han coqueteado con la izquierda o han sido funcionales a ella, con la ingenua esperanza de obtener sus votos, cuando está históricamente demostrado que nunca la izquierda se los cedió y al contrario fueron siempre una salvaje oposición. Lo lamentable es que funcionarios y políticos que deberían encolumnarse detrás de la ley hacen propios los slogans de las organizaciones de DD.HH. y repiten términos instalados por estos organismos como verdad irrefutable. Hablar de genocidio es una vil mentira, los números no les cierran y su definición menos, el Estado no comete terrorismo ya que legalmente utiliza sus medios, que son los de la sociedad. Los desaparecidos fueron 6400 según figura en los archivos de la Secretaría de DD.HH. y en las investigaciones que se han hecho. Y aquí si hubo un guerra revolucionaria iniciada por organizaciones marxistas que respondían a Cuba y de esa forma lo expresa laJusticia en el juicio a los comandantes iniciado en 1983 durante el gobierno de Raúl Alfonsín. La gente común se refleja en sus dirigentes, los cuales tienen la obligación de moverse dentro de la ley y no por simpatías políticas y menos ordenar por ley, como en la provincia de Buenos Aires, en temas que afectan directamente a la libertad. Nuestros políticos deberían gobernar para las mayorías silenciosas y no para las minorías ruidosas, o de última para todos. Lamentablemente también siguen sumándose héroes de uniforme -que lucharon contra el marxismo, evitando que fuéramos la Cuba sudamericana y cumpliendo órdenes de un gobierno constitucional- presos; y los combatientes de las organizaciones terroristas pululan por las cámaras y los medios de comunicación como grandes personajes.
Me dijeron que la Argentina es el reino del revés, donde un ladrón es vigilante y otro es juez….

Jorge Gustavo Taboada

 

 


Odios inútiles

Realmente que hoy sigan buscando la división me angustia. En 1974 fui víctima de un atentado en el que trataron de secuestrar a mi padre, por ser funcionario de una empresa extranjera. Realmente no tengo ningún odio, ni quiero seguir con malignas divisiones. No dudo de que algunos miembros de las Fuerzas Armadas actuaron muy mal, pero los guerrilleros no se arrepienten de ninguno de sus actos homicidas. Por lo vivido, o juzgamos a todos o perdonamos a todos. No hablemos de la cifra falsa de los treinta mil desaparecidos, ni de las indemnizaciones mal percibidas. Por todo esto hagamos la paz definitiva.
Terminemos con odios inútiles y con pícaros que lucren con los desaparecidos. Vivamos en paz y no repitamos, nunca más, los errores del pasado.

Ernesto Vacarezza

 

 


 

Beneficio no aplicable

 

En cuanto al reciente fallo de la Corte Suprema sobre el “dos por uno”, debemos tener presente que en un Estado de Derecho todos estamos sometidos a la ley. Todos, absolutamente todos: guerrilleros y militares que cometieron delitos de lesa humanidad deben ser juzgados con un debido y justo proceso legal y derecho de defensa. En el caso de que fueran condenados, deberán cumplir con la condena de manera efectiva, sin atenuantes. Por su naturaleza y tipología, los delitos de lesa humanidad no poseen los beneficios, derechos y tratamientos propios de los delitos comunes. En tal sentido, según se desprende de la doctrina, la jurisprudencia y la legislación internacional y nacional, los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y no les son aplicables, entre otros, la conmutación de penas, el indulto, la amnistía y mucho menos, como en este caso que conmueve al país, el beneficio del “dos por uno” establecido por la derogada ley 24.390. Debe dejarse bien en claro que los beneficios y/o derechos indicados precedentemente no los pueden tener -bajo ninguna excepción- ni militares, ni guerrilleros ni cualquier otra persona que haya cometido delitos de lesa humanidad. En este contexto, considero que la Corte Suprema no obró de manera justa e imparcial; por el contrario, falló en contra de los valores propios y fundamentales de un Estado de Derecho democrático y republicano.

 

Juan Pablo Bianchedi

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Mayo 13, 2017


 

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