La ira por las órdenes de refugio en el lugar o quedarse en sus casas por las pautas de peligro de contagio debido al coronavirus se desbordó, y los manifestantes ignoraron las reglas de distanciamiento social, congragándose cerca de intendencias y creando congestión de tráfico en calles estatales. Grupos de casi 100 personas se nuclearon frente a los edificios gubernamentales de varios estados del país reclamando la terminación de no poder salir o hacerlo solo para necesidades esenciales.
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“Jesús es mi vacuna”, decía un mensaje en un tractor mientras pasaba por la concurrida casa de estado el lunes en Harrisburg, Pensilvania. “Confío en Jesús y no la ciencia”, señalaba un cartel en manos de un joven enojado.
“Libertad sobre el miedo”, afirmaba el letrero de un manifestante en Indiana.
“Terminen las órdenes de mantenernos en casa”, decía otra señal en Maryland.
“Jusús es mi destino”, se leía en un cartel en Carolina del Norte.
En todo el país, han surgido más protestas.
Colorado, Michigan, Ohio, Kentucky, Minnesota, Carolina del Norte, Utah, el oeste del estado de Nueva York y el estado de Washington han visto protestas en los últimos días.
Las bocinas de los automóviles sonaron en las calles de Annapolis, donde los miembros del grupo Reopen Maryland (Vuelvan a abrir Maryland) dijeron que los cierres de empresas han sido financieramente devastadores.
En Indianápolis, el manifestante Andy Lyons dijo que comprende los graves riesgos para la salud. Pero él quiere que el gobierno retroceda.
“Si me enfermo, voy a soportar las consecuencias de enfermarme”, dijo Lyons.
“Si alguien más se enferma, asume las consecuencias de su libre elección sin la coerción del gobierno para hacerlo. De eso se trata”, agregó.
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, dijo que comprende “la frustración entre las personas que quieren abrir las cosas de inmediato. También estoy frustrado”.
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“MI CUERPO, MI RIESGO, MY ELECCIÓN”“Detengan la cuarentena, empecemos a trabajar”
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“Estamos haciendo todo lo posible para reabrir de manera segura”, dijo el domingo el gobernador republicano. “Pero no creo que sea útil unirse a las manifestaciones y alentar a las personas a ir en contra de la propia política del presidente”.
Muchos de los defensores de culminar con la cuaretena, armados (si bien esto legalmente es permitiro) enfretan la muerte, y exponen a otros a la misma.
Nadie está más ansioso por volver a abrir la economía que los gobernadores ya que viven ede eso. Pero en su mayoría quieren hacerlo de una manera que realmente sea seguro para conservar la vida. Eso significa que se podría evitar una ptencial segunda ola. Debido a lo difícil que es esto, sería devastador tener una segunda ola en un país de 350 millones de habitantes debido a mil. dos mil personas descontentas.
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La ira por las órdenes de refugio en el lugar o quedarse en sus casas por las pautas de peligro de contagio debido al coronavirus se desbordó, y los manifestantes ignoraron las reglas de distanciamiento social, congragándose cerca de intendencias y creando congestión de tráfico en calles estatales. Grupos de casi 100 personas se nuclearon frente a los edificios gubernamentales de varios estados del país reclamando la terminación de no poder salir o hacerlo solo para necesidades esenciales.
[ezcol_1half]“Jesús es mi vacuna”, decía un mensaje en un tractor mientras pasaba por la concurrida casa de estado el lunes en Harrisburg, Pensilvania. “Confío en Jesús y no la ciencia”, señalaba un cartel en manos de un joven enojado.
“Libertad sobre el miedo”, afirmaba el letrero de un manifestante en Indiana.
“Terminen las órdenes de mantenernos en casa”, decía otra señal en Maryland.
“Jusús es mi destino”, se leía en un cartel en Carolina del Norte.
En todo el país, han surgido más protestas.
Colorado, Michigan, Ohio, Kentucky, Minnesota, Carolina del Norte, Utah, el oeste del estado de Nueva York y el estado de Washington han visto protestas en los últimos días.
Las bocinas de los automóviles sonaron en las calles de Annapolis, donde los miembros del grupo Reopen Maryland (Vuelvan a abrir Maryland) dijeron que los cierres de empresas han sido financieramente devastadores.
En Indianápolis, el manifestante Andy Lyons dijo que comprende los graves riesgos para la salud. Pero él quiere que el gobierno retroceda.
“Si me enfermo, voy a soportar las consecuencias de enfermarme”, dijo Lyons.
“Si alguien más se enferma, asume las consecuencias de su libre elección sin la coerción del gobierno para hacerlo. De eso se trata”, agregó.
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, dijo que comprende “la frustración entre las personas que quieren abrir las cosas de inmediato. También estoy frustrado”.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]“Estamos haciendo todo lo posible para reabrir de manera segura”, dijo el domingo el gobernador republicano. “Pero no creo que sea útil unirse a las manifestaciones y alentar a las personas a ir en contra de la propia política del presidente”.
Muchos de los defensores de culminar con la cuaretena, armados (si bien esto legalmente es permitiro) enfretan la muerte, y exponen a otros a la misma.
Nadie está más ansioso por volver a abrir la economía que los gobernadores ya que viven ede eso. Pero en su mayoría quieren hacerlo de una manera que realmente sea seguro para conservar la vida. Eso significa que se podría evitar una ptencial segunda ola. Debido a lo difícil que es esto, sería devastador tener una segunda ola en un país de 350 millones de habitantes debido a mil. dos mil personas descontentas.
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Abril 21, 2020