Por estas horas, el gobierno enfrenta su momento mas dramático, se le has disparado los casos de COVID-19 y deberían tomar fuertes medidas, pero saben que no tienen margen para nuevas restricciones, lo que los coloca en la cierta posibilidad de afrontar una crisis sanitaria sin precedentes en la historia argentina.
Y es que los cálculos mas optimistas de los sanitaristas anuncian que, en las próximas semanas, se tendrán picos de 30.000 personas contagiadas de COVID-19 por día, con un sistema sanitario que no fue lo debidamente acondicionado para lo que podría venir. Este corre el riesgo de saturarse y colapsarse; con el condimento de que las vacunas que prometieron no llegan y las pocas que llegan, en muchos casos fueron utilizadas para los “amigos” del poder, en un escandalo sin precedentes en el país
Encima el gobierno sabe que su nivel de credibilidad esta seriamente perforado, prueba de ello son los comentarios en redes sociales y en las paginas de los medios de comunicación, en los cuales, la gran mayoría descree del contagio del Presidente de COVID-19 y descree de que estemos frente a una segunda ola. La falta de credibilidad se agiganta, cuando desde el gobierno, salen presurosos a anunciar la idea de suspender las elecciones por el riesgo sanitario que representa, mientras alentaron a la gente a pasear en esta Semana Santa y anunciar que solo habrá restricciones “light”.
¿Y como no va dudar la gente, si el mensaje es groseramente contradictorio y hasta esquizofrénico? Mientras los medios de comunicación anuncian con estridencia la llegada de la segunda ola, con nuevas cepas que serian mas mortales que la originaria y los gobernantes muestran públicamente su honda preocupación por ello; acto seguido dicen que es grave pero no tanto, vacilan en tomar medidas y no aciertan en trazar una efectiva política sanitaria. Y si a ello le sumamos la publica obsesión de los grupos K de colonizar la Justicia para que la Vicepresidenta haga realidad su mas anhelado sueño de salir airosa de las decenas de causas judiciales que la desvela; desconectada totalmente de la realidad sanitaria. El común de la gente, cansada de hacer sacrificios, pone en duda si es cierto el crecimiento de casos de COVID-19 y hasta cree que es un nuevo artilugio del gobierno para “tapar” sus verdaderas intenciones.
Mas allá de que el descreimiento y cansancio de la gente es un logro exclusivo del propio accionar del gobierno, lo cierto que es que no saben que hacer y no tienen ni idea de como afrontar lo que se les viene. Saben que seria explosiva una vuelta a una nueva cuarentena, mas en un año electoral, con un oficial índice de pobreza del 42 % y una pobre y exigua campaña de vacunación. Tardaron varios días en decidir cerrar la frontera, emulando el grotesco de Ginés González diciendo que el “Covid no llegaría a la Argentina y que le preocupaba mas el dengue” y por ello no cerro las fronteras y permitió que el Covid ingresara al país.
El gobierno desde que asumió no acierta en tomar las medidas que debe y cuando lo hace, lo hace mal y tarde.
Debe entender el gobierno que la misma sociedad que fue indulgente con la cuarentena estricta, pues comprendió que fue una cuestión imprevisible para el gobierno; será inflexible con errores en la vacunación, pues es responsabilidad directa del gobierno el éxito de la misma. Sobre todo cuando ven que todos sus vecinos (Uruguay, Paraguay, Bolivia, Uruguay) vacunan a “cuatro manos” y nosotros “a cuenta gotas” y encima, reitero, muchas fueron usadas para los amigos del poder.
¿No será hora de que los políticos dejen de lado sus propios intereses, donen sus dietas, lo mismo que los jueces y sobre todo los de la Corte, para comprar mas y mas vacunas, única forma de conjurar definitivamente este COVID-19?
¿Será mucho pedir este gesto de grandeza de nuestra clase dirigente?. Sobre todo cuando los errores en la salud publica, se paga con la muerte de la gente…
♣
Por Dr. GONZALO P. MIÑO.
¿SERA MUCHO PEDIR UN GESTO DE GRANDEZA?
Por estas horas, el gobierno enfrenta su momento mas dramático, se le has disparado los casos de COVID-19 y deberían tomar fuertes medidas, pero saben que no tienen margen para nuevas restricciones, lo que los coloca en la cierta posibilidad de afrontar una crisis sanitaria sin precedentes en la historia argentina.
Y es que los cálculos mas optimistas de los sanitaristas anuncian que, en las próximas semanas, se tendrán picos de 30.000 personas contagiadas de COVID-19 por día, con un sistema sanitario que no fue lo debidamente acondicionado para lo que podría venir. Este corre el riesgo de saturarse y colapsarse; con el condimento de que las vacunas que prometieron no llegan y las pocas que llegan, en muchos casos fueron utilizadas para los “amigos” del poder, en un escandalo sin precedentes en el país
Encima el gobierno sabe que su nivel de credibilidad esta seriamente perforado, prueba de ello son los comentarios en redes sociales y en las paginas de los medios de comunicación, en los cuales, la gran mayoría descree del contagio del Presidente de COVID-19 y descree de que estemos frente a una segunda ola. La falta de credibilidad se agiganta, cuando desde el gobierno, salen presurosos a anunciar la idea de suspender las elecciones por el riesgo sanitario que representa, mientras alentaron a la gente a pasear en esta Semana Santa y anunciar que solo habrá restricciones “light”.
¿Y como no va dudar la gente, si el mensaje es groseramente contradictorio y hasta esquizofrénico? Mientras los medios de comunicación anuncian con estridencia la llegada de la segunda ola, con nuevas cepas que serian mas mortales que la originaria y los gobernantes muestran públicamente su honda preocupación por ello; acto seguido dicen que es grave pero no tanto, vacilan en tomar medidas y no aciertan en trazar una efectiva política sanitaria. Y si a ello le sumamos la publica obsesión de los grupos K de colonizar la Justicia para que la Vicepresidenta haga realidad su mas anhelado sueño de salir airosa de las decenas de causas judiciales que la desvela; desconectada totalmente de la realidad sanitaria. El común de la gente, cansada de hacer sacrificios, pone en duda si es cierto el crecimiento de casos de COVID-19 y hasta cree que es un nuevo artilugio del gobierno para “tapar” sus verdaderas intenciones.
Mas allá de que el descreimiento y cansancio de la gente es un logro exclusivo del propio accionar del gobierno, lo cierto que es que no saben que hacer y no tienen ni idea de como afrontar lo que se les viene. Saben que seria explosiva una vuelta a una nueva cuarentena, mas en un año electoral, con un oficial índice de pobreza del 42 % y una pobre y exigua campaña de vacunación. Tardaron varios días en decidir cerrar la frontera, emulando el grotesco de Ginés González diciendo que el “Covid no llegaría a la Argentina y que le preocupaba mas el dengue” y por ello no cerro las fronteras y permitió que el Covid ingresara al país.
El gobierno desde que asumió no acierta en tomar las medidas que debe y cuando lo hace, lo hace mal y tarde.
Debe entender el gobierno que la misma sociedad que fue indulgente con la cuarentena estricta, pues comprendió que fue una cuestión imprevisible para el gobierno; será inflexible con errores en la vacunación, pues es responsabilidad directa del gobierno el éxito de la misma. Sobre todo cuando ven que todos sus vecinos (Uruguay, Paraguay, Bolivia, Uruguay) vacunan a “cuatro manos” y nosotros “a cuenta gotas” y encima, reitero, muchas fueron usadas para los amigos del poder.
¿No será hora de que los políticos dejen de lado sus propios intereses, donen sus dietas, lo mismo que los jueces y sobre todo los de la Corte, para comprar mas y mas vacunas, única forma de conjurar definitivamente este COVID-19?
¿Será mucho pedir este gesto de grandeza de nuestra clase dirigente?. Sobre todo cuando los errores en la salud publica, se paga con la muerte de la gente…
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 5, 2021