Los anestésicos utilizados hoy en día fueron encontrados por ensayo y error. Y las grandes preguntas siguen abiertas hasta el momento: ¿por qué anestésicos completamente diferentes tienen exactamente el mismo efecto, o sea, la inconsciencia? ¿Por qué, entonces, funcionan perfectamente en algunos pacientes y en otros no? ¿Cómo pueden los investigadores lograr que la anestesia general sea más segura para los pacientes?
Mientras la ciencia sigue buscando respuestas, la anestesia continúa siendo una cuestión arriesgada y, en particular para pacientes de edad avanzada, la cirugía conlleva grandes peligros. Entre el 30 y el 40 por ciento de los mayores de 60 años experimenta después de una anestesia general un “déficit cognitivo postoperatorio”, también conocido como delirio. Las causas de la desorientación y de las alucinaciones no se comprenden claramente.
Estudios recientes sugieren que cuanto más profunda sea la anestesia, mayor es el riesgo de un daño cognitivo tras una operación. Durante la cirugía, los anestesiólogos controlan la respiración, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. También controlan las ondas cerebrales con un EEG para evaluar si el sueño es lo suficientemente profundo. Los anestesiólogos realizan un acto de equilibrio: si la anestesia es demasiado leve, el paciente se despierta durante la operación.
Si la anestesia es demasiado profunda, aumenta el riesgo de los consecuentes daños. Se estima que en Alemania cada año se despiertan entre 10.000 y 16.000 pacientes durante una anestesia general. ¿Cómo puede evitarse esto? ¿Y cómo puede adaptarse mejor la anestesia al paciente y a su historial clínico? El reportaje científico muestra diferentes enfoques: nuevos medicamentos, nuevos medidores para una mejor dosificación, o la hipnosis como alternativa a la anestesia general.
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Los anestésicos utilizados hoy en día fueron encontrados por ensayo y error. Y las grandes preguntas siguen abiertas hasta el momento: ¿por qué anestésicos completamente diferentes tienen exactamente el mismo efecto, o sea, la inconsciencia? ¿Por qué, entonces, funcionan perfectamente en algunos pacientes y en
otros no? ¿Cómo pueden los investigadores lograr que la anestesia general sea más segura para los pacientes?
Mientras la ciencia sigue buscando respuestas, la anestesia continúa siendo una cuestión arriesgada y, en particular para pacientes de edad avanzada, la cirugía conlleva grandes peligros. Entre el 30 y el 40 por ciento de los mayores de 60 años experimenta después de una anestesia general un “déficit cognitivo postoperatorio”, también conocido como delirio. Las causas de la desorientación y de las alucinaciones no se comprenden claramente.
Estudios recientes sugieren que cuanto más profunda sea la anestesia, mayor es el riesgo de un daño cognitivo tras una operación. Durante la cirugía, los anestesiólogos controlan la respiración, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. También controlan las ondas cerebrales con un EEG para evaluar si el sueño es lo suficientemente profundo. Los anestesiólogos realizan un acto de equilibrio: si la anestesia es demasiado leve, el paciente se despierta durante la operación.
Si la anestesia es demasiado profunda, aumenta el riesgo de los consecuentes daños. Se estima que en Alemania cada año se despiertan entre 10.000 y 16.000 pacientes durante una anestesia general. ¿Cómo puede evitarse esto? ¿Y cómo puede adaptarse mejor la anestesia al paciente y a su historial clínico? El reportaje científico muestra diferentes enfoques: nuevos medicamentos, nuevos medidores para una mejor dosificación, o la hipnosis como alternativa a la anestesia general.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 15, 2021