El ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, cuestionó hoy en duros términos al Gobierno al describir como “un problema muy grave” la realidad económica del país. En este sentido, afirmó: “Que se vayan todos fue una explosión que detonó con cierta conducción política asociativa entre (Eduardo) Duhalde y (Raúl) Alfonsín, que complotaron en el marco de una situación irrespirable; ahora veo venir una suerte de implosión social, algo peor”.
Por fin uno de los capitostes del régimen kischneristas, hoy cumpliendo condena en prisión domiciliaria, ha abierto la boca para decir claramente y en pocas palabras que está sucediendo y que es lo que va a venir en nuestro país.
Lo que De Vido manifiesta como” IMPLOSION SOCIAL” es un eufemismo que encubre la denominación “GUERRA CIVIL”. Y en cuanto a la expresión “O ALGO PEOR”, está demás aclarar que se refiere a “ESTADO DE ANARQUIA”.
En cuanto a “UN PROBLEMA MUY GRAVE” como lo es la situación económica y social del país, eso está a la vista. Ciegos seriamos si no palpamos en el diario vivir el aumento de la pobreza, la falta de criterios mínimos de gobernabilidad, y la inseguridad ligada a la corrupción, que todo devora y todo extermina.
Mientras la casta política se empeña con todas sus artes para conseguir un puesto de poder; por debajo y también expuestamente en la calle, miles empobrecidos, manejados por los artífices de la manipulación de las multitudes (me refiero) a los punteros, quieren hacer valer por la fuerza sus reclamos o su pretensión de “EL PODER EN LA CALLE”.
Solo bastaría leer el tríptico que emitió el gral Auel, por este medio referido al terrorismo y la subversión. Ya hemos tenido en el cercano siglo pasado la desdicha del enfrentamiento interno.
¿Creen ustedes por casualidad que las madres, abuelas o hijos de personas fallecidas o desaparecidas van a abrir sus brazos y corazones para con un gesto de conciliación dar por terminado ese doloroso capitulo?
¿Creen ustedes que los militares o policías van a olvidar como por arte de magia a sus camaradas muertos en los enfrentamientos o los casi 700 hombres de distintas Fuerzas que murieron en las peores condiciones de senilidad, dentro de oprobiosas y humillantes cárceles?
El enfrentamiento no ha terminado. Y como no hemos aprendido nada vamos hacia la última batalla.
Las palabras, conciliación, reconciliación, paz, concordia, suenan a huecas o llegan demasiado tarde. La verdad la dirá el poco tiempo que nos queda y la acción de los prudentes.
Por Jorge Muñoz
El ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, cuestionó hoy en duros términos al Gobierno al describir como “un problema muy grave” la realidad económica del país. En este sentido, afirmó: “Que se vayan todos fue una explosión que detonó con cierta conducción política asociativa entre (Eduardo) Duhalde y (Raúl) Alfonsín, que complotaron en el marco de una situación irrespirable; ahora veo venir una suerte de implosión social, algo peor”.
Por fin uno de los capitostes del régimen kischneristas, hoy cumpliendo condena en prisión domiciliaria, ha abierto la boca para decir claramente y en pocas palabras que está sucediendo y que es lo que va a venir en nuestro país.
Lo que De Vido manifiesta como” IMPLOSION SOCIAL” es un eufemismo que encubre la denominación “GUERRA CIVIL”. Y en cuanto a la expresión “O ALGO PEOR”, está demás aclarar que se refiere a “ESTADO DE ANARQUIA”.
En cuanto a “UN PROBLEMA MUY GRAVE” como lo es la situación económica y social del país, eso está a la vista. Ciegos seriamos si no palpamos en el diario vivir el aumento de la pobreza, la falta de criterios mínimos de gobernabilidad, y la inseguridad ligada a la corrupción, que todo devora y todo extermina.
Mientras la casta política se empeña con todas sus artes para conseguir un puesto de poder; por debajo y también expuestamente en la calle, miles empobrecidos, manejados por los artífices de la manipulación de las multitudes (me refiero) a los punteros, quieren hacer valer por la fuerza sus reclamos o su pretensión de “EL PODER EN LA CALLE”.
Solo bastaría leer el tríptico que emitió el gral Auel, por este medio referido al terrorismo y la subversión. Ya hemos tenido en el cercano siglo pasado la desdicha del enfrentamiento interno.
¿Creen ustedes por casualidad que las madres, abuelas o hijos de personas fallecidas o desaparecidas van a abrir sus brazos y corazones para con un gesto de conciliación dar por terminado ese doloroso capitulo?
¿Creen ustedes que los militares o policías van a olvidar como por arte de magia a sus camaradas muertos en los enfrentamientos o los casi 700 hombres de distintas Fuerzas que murieron en las peores condiciones de senilidad, dentro de oprobiosas y humillantes cárceles?
El enfrentamiento no ha terminado. Y como no hemos aprendido nada vamos hacia la última batalla.
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