Para muchos científicos, el mandato del presidente, Joe Biden, de que las empresas de más de 100 empleados los obliguen a vacunarse sí puede funcionar a detener la pandemia del coronavirus, según los expertos.

Se espera que los casos y las hospitalizaciones aumenten a medida que la gente empiece a guardarse en sus hogares, escuelas y oficinas por el clima frío.

Jha

“Va a cambiar fundamentalmente la curva del aumento actual”, dijo Ashish Jha, doctor y decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. “Es exactamente lo que se necesita en este momento”, agregó.

Pero varios gobernadores republicanos alrededor del país planean demandar a la Administración, pues califican el mandato como “inconstitucional” y una afrenta a las libertades civiles personales.

Los gobernadores de Arizona, Texas, Missouri, Dakota del Sur, Wyoming y Georgia se unieron al coro de críticas, y Ronna McDaniel, la presidenta del Comité Nacional Republicano, dijo en la red social Twitter que su organización demandaría al Gobierno de Biden.

Varios incluso han llamado a rebelarse en contra del mandato. La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, dijo: “En Dakota del Sur, vamos a ser libres… Tomaremos medidas. Mi equipo legal ya está trabajando en ello”.

El gobernador de Arizona Doug Ducey hizo eco a este sentimiento: “Este es exactamente el tipo de extralimitación del Gobierno que hemos tratado de prevenir con tanto empeño en Arizona, ahora la Administración Biden-Harris está atacando a las empresas privadas y las libertades individuales de una manera peligrosa y sin precedentes”, dijo Ducey, “esto nunca se sostendrá en los tribunales”.

Añadió: “Debemos contraatacar y eso haremos”.

En Twitter eran tendencia el jueves en la noche etiquetas como #DoNotComply (“NoObedezcan”)

McDaniel

Biden reaccionó por primera vez a estas advertencias de un ataque legal durante una visita a una escuela en Washington, D.C. el viernes en la mañana.

“Adelante”, dijo desde el patio del de la escuela Brookland. “Estoy tan decepcionado de que, en particular, algunos gobernadores republicanos hayan sido tan arrogantes e indiferentes con la salud de estos niños, con la salud de sus comunidades”, dijo. “Estamos jugando en la vida real aquí. Esto no es un juego. Y no conozco a ningún científico en este campo que no crea que tenga mucho sentido hacer las seis cosas que he sugerido”, agregó.

Biden se refiere a su plan que incluye:

  • Exigir a todos los empleados federales y contratistas, al igual que las compañías de más de 100 empleados, a vacunarse.

  • Dar más protección a los ya vacunados

  • Aumentar los exámenes de diágnostico y los requisitos de usar mascarilla

  • Enfocarse en la recuperación económica

  • Mejorar los cuidados para pacientes contagiados enviando dinero federal a hospitales y clinicas

  • Mantener las escuelas abiertas y seguras con protocolos para evitar los contagios.

Una de las razones por las que el Gobierno de Biden tomó medidas más agresivas es proteger la economía, que parecía ir en camino a la recuperación hasta que el aumento en la peligrosa variante delta arruinó esos planes.

Biden

Un informe reciente de la Reserva Federal sobre la actividad económica citó un retroceso generalizado en las visitas a los restaurantes, los viajes y el turismo debido al último pico de COVID-19. Los precios continuaron subiendo para el consumidor y las líneas de producción continúan atascadas, dice el reporte.

Algunos expertos elogiaron las medidas de Biden, pero con cautela. Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública,  dijo que estas acciones podrían ser “muy poco, demasiado tarde” y advirtió que los estadounidenses que se oponen a la vacunación podrían enfurecerse y rebelarse si se les dice qué hacer.

La Asociación Estadounidense de Hospitales además advirtió que las medidas “pueden resultar en exacerbar los graves problemas de escasez de mano de obra que existen actualmente”.

La mitad de los trabajadores estadounidenses favorecen los mandatos de vacunación en sus propios lugares de trabajo, según una encuesta de AP-NORC publicada el mes pasado, mientras que solo una cuarta parte se opone a ellos.