El periodista encubierto que desenmascaró la Cienciología

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Dirigiéndose al “Puente de la Libertad Total” (AKA, el. Centro de Pruebas de Dianética de Los Ángeles), Mark Ebner se preparó para ser abordado por un reclutador de Scientology (Cienciología) para que pudiera someterse a la iniciación. El reclutador prometió que Cienciología podría ayudarlo a dejar de fumar, si tan solo Ebner aceptaba tomar una prueba de personalidad gratuita. Este fue el comienzo de un proceso de iniciación que le costaría a Ebner miles de dólares, descubriría sus peores secretos y amenazaría su vida y la de los demás con peligrosos procesos de “purificación”.

La prueba de personalidad reveló que Ebner tenía tendencias suicidas y era completamente inestable mentalmente, por lo que obviamente le dijeron que no tenía más remedio que unirse a Scientology de inmediato. Para aquellos que no estén familiarizados, Ebner explica que la Cienciología se basa en la creencia, promulgada por su fundador L. Ronald Hubbard, de que hace 75 millones de años, un gobernante malvado llamado Xenu implantó “thetanes”, o espíritus, en volcanes en el planeta Teegeeack (conocido más recientemente como la Tierra). Todos los humanos están formados por estos thetanes, que son pequeños bichos básicamente buenos pero terriblemente descarriados. El problema, como ve, es que las cosas llamadas engramas, que provienen de traumas tempranos, nos causan dolor e infelicidad espiritual del que claramente tienes que deshacerte y solo se puede hacer a través de sesiones de auditación que revelan tus secretos más profundos y que pueden costar de cuatro a seis cifras.

Hubbard
Ebner

Más tarde, Ebner fue sometido a un proceso de purificación que a menudo dejaba a personas con afecciones potencialmente mortales como insolación y anemia, y se vio obligado a someterse a una prueba de SIDA, que sin duda era necesaria para construir su “Paquete de agentes muertos”, un perfil en él está lleno de sus secretos más profundos que podrían usarse en su contra si decidiera intentar abandonar el culto.

Después de su “liberación”, decidió que había terminado con la secta. Sin embargo, los miembros de la misma no estaban de acuerdo: lo bombardearon con cientos de llamadas telefónicas, y después de que publicó su artículo sobre su experiencia y ayudó a los creadores de South Park con su famoso episodio de 2005 en el culto, fue sometido a agentes de la Cienciología que lo acecharon e investigaron en busca de más suciedad, lo que los involucró hurgando en sus tarros de basura (literalmente) en busca de cualquier cosa que arruinara su reputación.

Como todas las creencias, esta tiene también su profeta, Ron L. Hubbard, el hijo de un oficial de la marina nacido en Nebraska en 1911. Tras un paso fugaz por la universidad, Hubbard trabajó una temporada como guionista en Hollywood, pero la mayor parte de su tiempo lo dedicó a escribir relatos de ciencia ficción para las revistas baratas y populares de la época, como ‘Astounding Science Fiction’. Hasta que la segunda guerra mundial dio un giro a su vida.

Según su propio relato, cayó gravemente herido en combate –una verdad refutada con pruebas años más tarde en un juicio–, pero logró recuperarse plenamente aplicando las técnicas que formarían más tarde la base de la cienciología, asentada en el medio millón de páginas que escribió hasta su muerte en 1986 y que abordan desde el origen del universo hasta estrategias empresariales. La piedra fundacional de su filosofía es ‘Dianética’, un libro a medio camino entre la psiquiatría y la autoayuda con el que pretendía reformular el tratamiento de la salud mental. Publicado en 1950, se convirtió casi al instante en un éxito de ventas.

Cruise

Su idea central es que los traumas de la vida se quedan almacenados en la mente de las personas, nublando su capacidad de raciocinio y distanciándolos de la realidad. El objetivo de la dianética es eliminar esos recuerdos dolorosos hasta que la mente quede “despejada”. Para ello, los cienciólogos se someten a un proceso bautizado como auditoría. Ayudándose en un aparato semejante a un polígrafo, un auditor les hace preguntas para identificar las fuentes de estrés y poder superarlas.

Pero el proceso puede ser interminable porque la cienciología cree en la reencarnación. Su credo dicta que todos somos espíritus inmortales (thetán) atrapados en un cuerpo y para avanzar por el puente hacia la libertad total hay que revisitar los recuerdos no solo de esta vida sino también de las pasadas. Hubbard creía que la suya era “una ciencia precisa”, pero tanto la Asociación Médica Americana como su equivalente psiquiátrico se mofaron de ella. Y ahí empezó el desprecio furibundo de la cienciología hacia la psicología y la psiquiatría, definidas por Tom Cruise como una “pseudociencia”, así como los medicamentos que prescribe. 

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Setiembre 22, 2021


 

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