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  Por Eder Pecile.

                          A los hechos que, muchos lo mencionan  como época de los 70, es necesaria alguna aclaración.

                          Eso que se manifiesta con admirable virulencia, tiene sus comienzos, en las ideas de una sociedad  seducida con habilidad gramsciana y avalada por gobiernos que poco advirtieron el futuro funesto al  que la conducían.

                         Todo efecto tiene una o varias causas que lo genera siendo que sus comienzos están ligados con  los anarquistas europeos  que llegaron al país, como inmigrantes,  a causa de las guerras que sus países sufrieron.

                           Rescatando los tiempos que demando, el mismo tiene,  la etapa ideológica, con casi  mas de 30 años antes del 70.

                            Luego la infiltración, en los 50, especialmente en niños y jóvenes, presentando un hermoso paraíso de igualdades alucinantes.

                             Tras ello, en los 60,  las organizaciones que se formaron con integrantes  provenientes de colegios secundarios, estudiantes universitarios y trabajadores.

                              Esas organizaciones ideológicamente fanatizadas, con la propaganda y enseñanza gramsciana, comenzaron a ejecutar acciones que debían acreditar  para tener vigencia social y al mismo tiempo captar voluntades que debían apoyar y engrosar las filas de las mismas.

                               De hecho son  entrenadas, armadas/equipadas y sostenidas logísticamente con financiamiento externo e interno.

                               La obtención de recursos internos, fue el inicio de la acción terrorista siendo las principales, el robo de dinero , armas, elementos de comunicaciones, vehículos, asesinatos, secuestros y demostraciones de fuerza y propaganda, entre otros.

                               Los recursos externos consistían en adiestramiento en países a fines con la ideología y con su apoyo  de distinta índole

                              El elemento de acción era el terrorismo en todas sus manifestaciones y sin ningún respeto por las leyes y costumbres  del uso de la fuerza, llamada convencional.

                              Así, pasado el tiempo, comienzan a ubicarse elementos en distintos lugares del país, con características de uso militar, uniformes, bandera, jerarquía de sus integrantes, propaganda, diarios de guerra y sus partes atribuyéndose el hecho acaecido, como una forma de exteriorizar su existencia, para disputar el poder al estado nacional.

                               Esta situación continua   agravándose, hasta que el gobierno de del 73 al 76, se encuentra ahogado y sin respuesta para lo que sucedía.

                               Esto lleva a lo siguiente y que merece volver a centrar la atención en la época que se produjeron y las consecuencias que se avizoraban.

                                 ¡PIDO ENCARECIDAMENTE NO OLVIDAR!

  1. El país fue agredido por elementos organizados, entrenados, equipados/ armados y con sostén logístico, con financiamiento interno y externo.
    2.  La nación estaba en peligro de secesión de su territorio.
    3.  La democracia  atropellada no disponía de espacio político para una respuesta adecuada.
    4.  La libertad ciudadana  asediada  por el accionar terrorista, se transformó en insoportable y  el pueblo que clamaba un cambio.
    5.  La justicia neutralizada  impedía el cumplimiento de los derechos y deberes constitucionales.
    6.  La enseñanza ideologizada, explotaba las debilidades cívicas de con una juventud rebelde sin causa.
    7.  La economía paralizada negaba la posibilidad del trabajo digno y con ello el crecimiento del país.
    8.  La seguridad sobrepasada impedía  el  ejercicio de las libertades individuales.

    Así las cosas:
    – El poder político a través del ejecutivo, en uso de sus atribuciones constitucionales y con el apoyo de la mayoría de la sociedad decide, como recurso extremo, empeñar las ff aa.
    – Ordena por decreto aniquilar el accionar terrorista.
    Primero en la zona de operaciones Tucumán.
    Después del ataque al Regimiento 29, extiende a todo el país.

    ¿Qué mas necesita la dirigencia  actual, para entender que fue una guerra?

    Mas allá de otras, las declaraciones públicas del combatiente terrorista Luis Labraña, cuya situación no coincide con una realidad, que está sustentada sobre una total impunidad, dado que goza de libertad.

Sus declaraciones son más que suficientes para poner las cosas en su justo lugar. A confesión de parte…relevo de pruebas
…verdad???

Eder Pecile

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 9, 2021


 

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