RACE OF LOSERS (Raza de perdedores)

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  Prof. Mgtr. María Elena Cisneros Rueda.

Una de las peores ofensas que usted puede infligir a un estadounidense es decirle: loser (perdedor). Puede mirar cualquier serie televisiva, o película y notará que la palabra es utilizada con tono y gesto despectivo y en todos los casos el personaje se siente más que miserable.

Nosotros no nacemos “losers” (perdedores), sino que nos convertimos por propia voluntad. Parece  imposible pero es la realidad.

De hecho nosotros nacemos “winners” (ganadores), porque venimos de luchas tremendas desde antes de que seamos. El espermatozoide de nuestro padre luchó a muerte con toda una horda y logró llegar primero, ingresó en el óvulo de nuestra madre y perdió su cuerpo, pero ¡lo logró! Y aquí estamos. Somos el resultado de una lucha y de un triunfo. Y a lo largo de nuestra vida, todo el contexto trata de que nosotros continuemos siéndolo, solo que muchas veces, nosotros mismos saboteamos ese deseo de una manera ridícula en general.

Veamos algunas maneras de convertirnos en “losers” ( perdedores)

  • Se nace con todas las posibilidades de ser un buen estudiante, el cuerpo está completo, no falta nada, se puede desplazar en tiempo y espacio, pero se prefiere perder el tiempo en sandeces y por tanto aparece el famoso “cangrejo” que en vez de avanzar retrocede y se convierte en el hazmerreír de todos. Decidió por sí mismo ser un “loser” (perdedor).
  • Después de mucho esfuerzo logró alcanzar la posición soñada en la empresa en que trabaja, pero comienza a llegar tarde, no responde a las consignas dadas, se va de tragos con amigos, se solaza con mujeres fáciles, se convierte en un intratable. Decidió por sí mismo ser un “loser” (perdedor), porque naturalmente pierde el trabajo y las buenas referencias.
  • Una vez de casualidad estuvo en un casino y tuvo suerte de principiante, de ahí en más se convirtió en un adicto al juego y pierde hasta el calzoncillo. Decidió por sí mismo ser un “loser” (perdedor) y en ese estadio de la situación es muy difícil volver atrás y ser como era. En general el final es trágico.
  • Pongamos un caso real: adultos mayores, enfermos, maltratados, denigrados, olvidados, violentados, faltos de atención. ¿Son acaso “losers” (perdedores)? Claro que no, son hombres que respondieron al llamado de un superior para llevar a cabo tareas que nadie más era capaz de realizar. Dan la impresión de ser “losers” (perdedores) pero en realidad son todos “winners”( ganadores). A pesar de los tormentos sufridos sin cesar, ahí están. Muchas veces sus propias familias los abandonan, se sienten “avergonzados” de ser hijos de esas personas, se cambian hasta el apellido por cobardía, el maltrato es diario, la falta de respeto no cesa, la displicencia viene hasta de sus propios compañeros de cautiverio, ellos están reducidos en cuerpo pero no en espíritu. Si hoy se declara una guerra y fueran llamados a tomar las armas para defender a la Patria como ya lo hicieron, lo harían sin dudarlo a pesar de todos los achaques que atacan a sus cuerpos enfermos.
  • Hablemos ahora de los acusadores, jueces, fiscales, “testigos falsos”, mentecatos y demás yerbas. Se vanaglorian de sus fechorías vindicando la defensa de “derechos humanos” que ni saben cuáles son, ventilando sus tristes cartoncitos de diplomitas logrados muchas veces horizontalmente. Encontrando excusas banales para presentar hechos sencillos y claros como amenazas veladas, acusando en base a “declaraciones” de gente que ni sabe el apellido del acusado o creen que “sonaba” como ese apellido, diciendo que era miembro de “tal repartición” cuando en realidad nunca estuvo el acusado ni de cerca en dicho lugar. Maltratando de palabra y de hecho a los familiares de los “acusados” por el simple hecho de interiorizarse de la situación, y podría continuar. De toda evidencia estos “magistrados” se aparecen como “winners” (ganadores), pero la realidad es que no son más que tristes “losers” (perdedores).
  • Pertenecen a la raza de los perdedores. No nacieron perdedores pero se convirtieron en perdedores. ¿Cuándo? cuando los vicios comenzaron a carcomerles el cerebro. Dejaron de ser imparciales, dejaron de defender la verdad, dejaron que el adoctrinamiento los convirtiera en zombis de la maquinaria que ahora los utiliza y en breve los vomitará con asco. En muchos casos con jubilaciones de privilegio y al poco tiempo los gusanos del sepulcro se hacen un festín con sus cuerpos infectados de lacras que fueron fomentadas por su mal actuar. Cuando se mueren mucha gente se alegra y encima los maldice. Nadie los recuerda con afecto, ni sus propias parejas, que en un par de semanas ya están gozando de la vida con pareja nueva. Ni los hijos que de inmediato comienzan a destrozarse para ver quién se queda con la herencia mal habida. Nada de lo que creyeron lograr como “winners” (ganadores) les sirve para nada, antes, bien, solo sirve para que la gente los desprecie más que en la vida y los maldiga una y mil veces por haber sido tan mal nacidos.

Nosotros TODOS somos nacidos ganadores. Está en nosotros mantener esa performance o convertirla en algo nefasto que transforme  a un ser humano en un perdedor.

Aquel que está sentado en silla de poder, cualquiera sea, haga honor al lugar que le ha sido dado. Actúe con justicia y equidad. Siga perteneciendo a la Raza de ganadores. Es el actuar de manera idónea lo que lo designa como ganador. No es la riqueza. Ni la opulencia, ni el mal que cause creyendo que hace “justicia”. Eso no es “justicia” eso es INJUSTICIA. Proclamando una injustica pertenece usted a la Raza de perdedores. Aunque le parezca lo contario, lo tiene escrito en letras mayúsculas a lo largo de su frente PERDEDOR.

Esa es la marca que el Señor puso en la frente de Caín por haber matado a su hermano solo por envidia.

No caiga en la Prevaricación. No sea un perdedor. Sea un ganador demostrando que usted puede ir contra todo y contra todos. Sea un buen administrador del lugar en que ha sido puesto. Deje de ser un perdedor. Nadie más que usted puede decidirlo.

¡Conviértase en vencedor!

MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la  Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y  Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y   creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña).  Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de  Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 12, 2021


 

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