Cuando un adulto mayor sexagenario, septuagenario, octogenario y hasta nonagenario, imputado por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad es enviado a la cárcel, podemos decir que, en no pocos casos su muerte está decretada. Allí pasa a depender de terceros, que no son su familia y entra a un sistema no humanitario en donde sus requerimientos de salud y el tiempo que consume una repugnante burocracia le juegan en contra. Comienza la cuenta regresiva de su cacotanasia, y su supervivencia dependerá del azar y del destino. Esto se hace fácil e impunemente desde el año 2003 al día de hoy, a la vista de todos, todas y todes. Primeramente se afirma que el mentiroso Hospital Penitenciario Central (HPC) de Ezeiza: “cuenta con una amplia atención en especialidades, equipamiento para rehabilitación, buen laboratorio y farmacia completa, información que relevé personalmente como parte de mi práctica profesional. Hay servicio de la salud mental. El humanitarismo que tanto se proclama está dado por la garantía de acceso a esos servicios y el cuidado del paciente. Respecto de la muerte en la cárcel de presos de avanzada edad, diremos que la vida cumple su ciclo, sin importar dónde estemos. FIRMADO: Adriana Taboada – Perito psicóloga querellante en causas por delitos de lesa humanidad. (¿Por qué será que cada vez que un prisionero tiene descompensaciones y malestares es llevado al Hospital Público de Ezeiza y no al HPC?.
El segundo paso es más simple aún. Luego de esperar largo tiempo un turno médico con un especialista (meses y hasta más de un año y medio, como se podrá ver), se necesita una autorización del juzgado o tribunal a cuya disposición se encuentra el prisionero. Llega el día del turno y esa autorización no aparece, las autoridades judiciales “olvidan” su remisión, por lo que los trámites vuelven a comenzar y así el tiempo sigue corriendo. Esto y la existencia de otros horrores más, se pueden ver y escuchar de la ex Jefa del Cuerpo Médico de la Unidad Penitenciaria 31, Doctora Ginecóloga MARIANA VALES a la que grabé con una cámara espía en forma subrepticia, en el año 2016. Ella misma confirma que el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema es informado sobre los despojos humanos que se reciben, no siendo aptos para permanecer en la prisión. Videos como estos, exacerban a los semidioses de la memoria verdad y justicia, que se oponen a las grabaciones que no cuenten con la aprobación de todos sus participantes. Como para obtenerla, si estamos hablando de muertes ilegales y de un aceitado sistema de exterminio de nosotros: “CRIMINALES QUE HEMOS ENVEJECIDO, NADA MÁS”.
“¿Qué es necesario para matar? Bien poca cosa: un arma y una cobardía”
Rafael Barrett (1876-1910)
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1)CACOTANASIA: Acelerar deliberadamente la muerte de un enfermo sin que haya expresa voluntad de su parte. Equivale a una eutanasia activa involuntaria.
CARTA DE LECTORES DE LA NACIÓN DEL 20/05/17
Cumplir la condena
Como los juicios por delitos de lesa humanidad llegan con una demora de 30 años, los condenados ya atraviesan la tercera edad. Pero la edad no borra la responsabilidad sobre la conducta criminal que han tenido y tienen: todavía se niegan a informar sobre las apropiaciones y el destino de los desaparecidos. Esto demuestra que son criminales que han envejecido, nada más. Las condenas, y la cárcel como parte de la pena deben cumplirse por la gravedad de lo hecho. La vejez no siempre es sinónimo de enfermedad, y no debe usarse como salvoconducto a la impunidad. Salvo patología terminal, no hay razón para la prisión domiciliaria. El hospital penitenciario de Ezeiza cuenta con una amplia atención en especialidades, equipamiento para rehabilitación, buen laboratorio y farmacia completa, información que relevé personalmente como parte de mi práctica profesional. Hay servicio de la salud mental. El humanitarismo que tanto se proclama está dado por la garantía de acceso a esos servicios y el cuidado del paciente. Respecto de la muerte en la cárcel de presos de avanzada edad, diremos que la vida cumple su ciclo, sin importar dónde estemos.
Adriana Taboada
Perito psicóloga en causas por delitos de lesa humanidad
⚖
Por Claudio Kussman.
SOMOS CRIMINALES QUE HEMOS ENVEJECIDO, NADA MÁS.
Cuando un adulto mayor sexagenario, septuagenario, octogenario y hasta nonagenario, imputado por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad es enviado a la cárcel, podemos decir que, en no pocos casos su muerte está decretada. Allí pasa a depender de terceros, que no son su familia y entra a un sistema no humanitario en donde sus requerimientos de salud y el tiempo que consume una repugnante burocracia le juegan en contra. Comienza la cuenta regresiva de su cacotanasia, y su supervivencia dependerá del azar y del destino. Esto se hace fácil e impunemente desde el año 2003 al día de hoy, a la vista de todos, todas y todes. Primeramente se afirma que el mentiroso Hospital Penitenciario Central (HPC) de Ezeiza: “cuenta con una amplia atención en especialidades, equipamiento para rehabilitación, buen laboratorio y farmacia completa, información que relevé personalmente como parte de mi práctica profesional. Hay servicio de la salud mental. El humanitarismo que tanto se proclama está dado por la garantía de acceso a esos servicios y el cuidado del paciente. Respecto de la muerte en la cárcel de presos de avanzada edad, diremos que la vida cumple su ciclo, sin importar dónde estemos. FIRMADO: Adriana Taboada – Perito psicóloga querellante en causas por delitos de lesa humanidad. (¿Por qué será que cada vez que un prisionero tiene descompensaciones y malestares es llevado al Hospital Público de Ezeiza y no al HPC?.
[ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third_end] [/ezcol_1third_end]El segundo paso es más simple aún. Luego de esperar largo tiempo un turno médico con un especialista (meses y hasta más de un año y medio, como se podrá ver), se necesita una autorización del juzgado o tribunal a cuya disposición se encuentra el prisionero. Llega el día del turno y esa autorización no aparece, las autoridades judiciales “olvidan” su remisión, por lo que los trámites vuelven a comenzar y así el tiempo sigue corriendo. Esto y la existencia de otros horrores más, se pueden ver y escuchar de la ex Jefa del Cuerpo Médico de la Unidad Penitenciaria 31, Doctora Ginecóloga MARIANA VALES a la que grabé con una cámara espía en forma subrepticia, en el año 2016. Ella misma confirma que el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema es informado sobre los despojos humanos que se reciben, no siendo aptos para permanecer en la prisión. Videos como estos, exacerban a los semidioses de la memoria verdad y justicia, que se oponen a las grabaciones que no cuenten con la aprobación de todos sus participantes. Como para obtenerla, si estamos hablando de muertes ilegales y de un aceitado sistema de exterminio de nosotros: “CRIMINALES QUE HEMOS ENVEJECIDO, NADA MÁS”.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]“¿Qué es necesario para matar? Bien poca cosa: un arma y una cobardía”
Rafael Barrett (1876-1910)
1)CACOTANASIA: Acelerar deliberadamente la muerte de un enfermo sin que haya expresa voluntad de su parte. Equivale a una eutanasia activa involuntaria.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 15, 2021