Chile dio a conocer que en enero realizará una presentación formal ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que le sea reconocida la plataforma continental extendida al oeste de la Península Antártica, en la región del Mar de Bellingshausen y la zona de la Fractura de Shackleton. La ONU les reconoce a todos los Estados con costa una plataforma continental marítima de 200 millas náuticas, que puede extenderse si los países demuestran que supera este límite. Según la admiistración de Piñera, tras haber realizado extensos trabajos científicos y técnicos desde el año 2009, se comprobó que la plataforma debajo del mar continúa más allá de las 200 millas convencionales, observada desde la costa occidental.
Las autoridades pusieron a cargo el Rompehielos Viel, que permitió elaborar una nueva cartografía del fondo marino. En caso de ser aprobada por la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de Naciones Unidas (CLPC), el país sudamericano gozaría de una plataforma extendida de 210.000 kilómetros cuadrados.
Chile argumenta que la plataforma continental extendida de la Provincia de Isla de Pascua, luego la plataforma continental jurídica al sur del punto ‘F’ del Tratado de Paz y Amistad de 1984, y la plataforma continental extendida al oeste de la Península Antártica. Para dimensionarlo mejor, Chile tiene 700.000 kilómetros cuadrados de superficie. Las tres presentaciones que realizaran suman un área similar. El canciller chileno Andrés Allamand sostiene que Chile se ha mantenido en su postura, diciendo que ha sido su reclamo histórico y que esa zona sureña que incluyó en su carta náutica siempre le ha pertenecido y que nadie se apropia de lo que le pertenece.
Este tipo de opiniones ya despertó repudios del gbierno argentino. La disputa, que casi motivó un serio conflicto bélico en los años 70, caldeó las aguas el pasado agosto, cuando la administración de Chile actualizó su Carta Náutica N° 8. Esto contempló 200 millas al extremo sur, incluyendo un tramo que Argentina alega como propio, dentro de un sector con fronteras difusas.
En ese momento, el entonces ministro de Relaciones Exteriores argentino, Felipe Solá, sostuvo que Piñera estaba cometiendo una trasgresión al Tratado de Paz y Amistad de 1984, firmado con la intermediación del papa para evitar un conflicto bélico. Solá también tildó a esa pretensión chilena como un avance inusitado, y su cartera lanzó un comunicado subrayando que la ONU ya aceptó los límites establecidos por el pacto pacificador. La posición fue respaldada por el Senado en octubre, que dejó de lado las diferencias internas y lanzó un dictamen con 58 votos, de forma unánime. Así, los senadores reafirmaron todo lo legislado sobre el límite exterior de la plataforma continental e insular argentina, y rechazaron la pretensión del Gobierno chileno de extender la suya.
Chile siempre sostuvo que el tratado le garantizó la administración de las islas al sur del canal de Beagle, compartido y disputado por ambas naciones históricamente. Con esa premisa, y considerando estas islas, el Gobierno de Piñera sostiene que su plataforma continental tiene 200 millas más hacia el este de lo aceptado por Argentina. El actual canciller kirchnerista (o Albertista), Santiago Cafiero, no se manifestó sobre la próxima presentación chilena ante Naciones Unidas. Igualmente, en los últimos días él y su par trasandino destacaron “una profunda hermandad” entre ambos países.
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Chile dio a conocer que en enero realizará una presentación formal ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que le sea reconocida la plataforma continental extendida al oeste de la Península Antártica, en la región del Mar de Bellingshausen y la zona de la Fractura de Shackleton. La ONU les reconoce a todos los Estados con costa una plataforma continental marítima de 200 millas náuticas, que puede extenderse si los países demuestran que supera este límite. Según la admiistración de Piñera, tras haber realizado extensos trabajos científicos y técnicos desde el año 2009, se comprobó que la plataforma debajo del mar continúa más allá de las 200 millas convencionales, observada desde la costa occidental.
Las autoridades pusieron a cargo el Rompehielos Viel, que permitió elaborar una nueva cartografía del fondo marino. En caso de ser aprobada por la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de Naciones Unidas (CLPC), el país sudamericano gozaría de una plataforma extendida de 210.000 kilómetros cuadrados.
Chile argumenta que la plataforma continental extendida de la Provincia de Isla de Pascua, luego la plataforma continental jurídica al sur del punto ‘F’ del Tratado de Paz y Amistad de 1984, y la plataforma continental extendida al oeste de la Península Antártica. Para dimensionarlo mejor, Chile tiene 700.000 kilómetros cuadrados de superficie. Las tres presentaciones que realizaran suman un área similar. El canciller chileno Andrés Allamand sostiene que Chile se ha mantenido en su postura, diciendo que ha sido su reclamo histórico y que esa zona sureña que incluyó en su carta náutica siempre le ha pertenecido y que nadie se apropia de lo que le pertenece.
Este tipo de opiniones ya despertó repudios del gbierno argentino. La disputa, que casi motivó un serio conflicto bélico en los años 70, caldeó las aguas el pasado agosto, cuando la administración de Chile actualizó su Carta Náutica N° 8. Esto contempló 200 millas al extremo sur, incluyendo un tramo que Argentina alega como propio, dentro de un sector con fronteras difusas.
En ese momento, el entonces ministro de Relaciones Exteriores argentino, Felipe Solá, sostuvo que Piñera estaba cometiendo una trasgresión al Tratado de Paz y Amistad de 1984, firmado con la intermediación del papa para evitar un conflicto bélico. Solá también tildó a esa pretensión chilena como un avance inusitado, y su cartera lanzó un comunicado subrayando que la ONU ya aceptó los límites establecidos por el pacto pacificador. La posición fue respaldada por el Senado en octubre, que dejó de lado las diferencias internas y lanzó un dictamen con 58 votos, de forma unánime. Así, los senadores reafirmaron todo lo legislado sobre el límite exterior de la plataforma continental e insular argentina, y rechazaron la pretensión del Gobierno chileno de extender la suya.
Chile siempre sostuvo que el tratado le garantizó la administración de las islas al sur del canal de Beagle, compartido y disputado por ambas naciones históricamente. Con esa premisa, y considerando estas islas, el Gobierno de Piñera sostiene que su plataforma continental tiene 200 millas más hacia el este de lo aceptado por Argentina. El actual canciller kirchnerista (o Albertista), Santiago Cafiero, no se manifestó sobre la próxima presentación chilena ante Naciones Unidas. Igualmente, en los últimos días él y su par trasandino destacaron “una profunda hermandad” entre ambos países.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 17, 2021