El Dr. Lorenzetti en un dialogo periodístico ha manifestado entre otros conceptos, que “La Corte tiene que ser independiente y resistir a cualquier tipo de presión”. “La Corte aplica la Constitución.” “Respeto todas las opiniones, pero tenemos que aplicar la ley”.
La independencia del Poder Judicial es fundamental para que la Republica sea viable. No obstante que su vigencia aparece como un reclamo común, en nuestro país ha desaparecido. Es así que la Suprema Corte bajo la presidencia del Dr. Lorenzetti, se sometió al proyecto ideológico del gobierno Kirchnerista, con la complicidad del Congreso, y resolvió la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que con los indultos presidenciales, habían consagrado una verdadera amnistía por los hechos ocurridos en la guerra de los 70. La ley de “Punto Final”, fue declarada inconstitucional pero sólo para los delitos que hubieran cometido quienes defendieron al Estado contra la agresión de la guerrilla y el terrorismo marxista.
La Corte demolió el derecho desde sus cimientos. Además de la grosera discriminación violó el principio de legalidad, la prescripción, la cosa juzgada , la aplicación de la ley más benigna , el non bis in ídem, etc… con ello cometió el más gigantesco prevaricato de la historia, para dar lugar a la reapertura de las causas por hechos ocurridos en la contienda, exclusivamente para llevar a la cárcel y condenar de por vida a quienes combatieron la agresión del terrorismo marxista, mientras que estos últimos, muchos ocupan cargos expectables en el gobierno y a la par han recibido suculentas indemnizaciones.
Más cercano y bajo el gobierno de Macri, la Corte, con la honrosa excepción del Dr. Rosenkrantz, consintió un brutal atropello, cuando resolvió en un fallo ajustado a derecho (causa “Muiña”), aplicar el principio de la ley penal más benigna -la llamada ley del 2X1-, que podía beneficiar a gran parte de los encarcelados acusados por supuestos delitos llamados de “lesa humanidad”, al decidir dejarlo sin efecto y aceptar la sanción de una ley llamada “interpretativa”. Este mamarracho legislativo, mereció la contundente réplica de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales y de Ciencias Morales y Políticas, así como de otras asociaciones, la nuestra entre ellas.
Como se ve, ninguno de quienes hoy se rasgan las vestiduras está en condiciones de tirar la primera piedra. Estamos viviendo lo que le sucede a una nación cuando tolera y consiente que sus jueces se sometan al poder de turno: instituciones ausentes, criminalidad sin freno, corrupción indecente, inseguridad generalizada, leyes aberrantes, vicios transformados en virtudes, desorden extremo, ruina económica, discordia y odio crecientes.
Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia
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El Dr. Lorenzetti en un dialogo periodístico ha manifestado entre otros conceptos, que “La Corte tiene que ser independiente y resistir a cualquier tipo de presión”. “La Corte aplica la Constitución.” “Respeto todas las opiniones, pero tenemos que aplicar la ley”.
La independencia del Poder Judicial es fundamental para que la Republica sea viable. No obstante que su vigencia aparece como un reclamo común, en nuestro país ha desaparecido. Es así que la Suprema Corte bajo la presidencia del Dr. Lorenzetti, se sometió al proyecto ideológico del gobierno Kirchnerista, con la complicidad del Congreso, y resolvió la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que con los indultos presidenciales, habían consagrado una verdadera amnistía por los hechos ocurridos en la guerra de los 70. La ley de “Punto Final”, fue declarada inconstitucional pero sólo para los delitos que hubieran cometido quienes defendieron al Estado contra la agresión de la guerrilla y el terrorismo marxista.
La Corte demolió el derecho desde sus cimientos. Además de la grosera discriminación violó el principio de legalidad, la prescripción, la cosa juzgada , la aplicación de la ley más benigna , el non bis in ídem, etc… con ello cometió el más gigantesco prevaricato de la historia, para dar lugar a la reapertura de las causas por hechos ocurridos en la contienda, exclusivamente para llevar a la cárcel y condenar de por vida a quienes combatieron la agresión del terrorismo marxista, mientras que estos últimos, muchos ocupan cargos expectables en el gobierno y a la par han recibido suculentas indemnizaciones.
Más cercano y bajo el gobierno de Macri, la Corte, con la honrosa excepción del Dr. Rosenkrantz, consintió un brutal atropello, cuando resolvió en un fallo ajustado a derecho (causa “Muiña”), aplicar el principio de la ley penal más benigna -la llamada ley del 2X1-, que podía beneficiar a gran parte de los encarcelados acusados por supuestos delitos llamados de “lesa humanidad”, al decidir dejarlo sin efecto y aceptar la sanción de una ley llamada “interpretativa”. Este mamarracho legislativo, mereció la contundente réplica de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales y de Ciencias Morales y Políticas, así como de otras asociaciones, la nuestra entre ellas.
Como se ve, ninguno de quienes hoy se rasgan las vestiduras está en condiciones de tirar la primera piedra. Estamos viviendo lo que le sucede a una nación cuando tolera y consiente que sus jueces se sometan al poder de turno: instituciones ausentes, criminalidad sin freno, corrupción indecente, inseguridad generalizada, leyes aberrantes, vicios transformados en virtudes, desorden extremo, ruina económica, discordia y odio crecientes.
Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia
Carlos Bosch- Secretario
Alberto Solanet- Presidente
Colaboración: Dra. ANDREA PALOMAS ALARCÓN.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 17, 2022