“El miedo es el más ignorante, el más infame y el más cruel de los consejeros.”
Edmund Burke
El miedo es, comparado con cualquier virus, mucho más contagioso e incontrolable. Cuando la emoción generada por el miedo se impone a la razón es muy difícil mantener la calma. Esto es lo que está pasando en la sociedad argentina a dos años de las elecciones presidenciales de 2023. Una perversa idea de naufragio nos ha ganado y solo pensamos que cualquier cosa que flote en el escenario político es suficiente.
TrotskyPerón
Hace tiempo que tenemos en claro que quienes se han adueñado del poder no han dejado una institución en pie. Han colonizado la justicia con jueces despreciables con el solo objeto que el saqueo que han perpetrado contra el erario público no sea investigado; la defensa nacional no existe y han acabado con la seguridad, con la salud y con la escuela pública. Pero sepamos que, aunque los malos, los inútiles, los delincuentes son mayoría en el oficialismo, tengamos la suficiente lucidez para saber que la banda de maleantes que detenta el poder jamás hubiera conseguido esto sin el concurso espurio de una oposición estúpida, mediocre y oportunista. Ver esto con claridad y no con miedo es la única alternativa válida que tiene la república.
Ya no hay dudas que el trosko-peronismo nos ha dejado parados al lado del abismo. Esperar algo de él es una mayúscula estupidez. Por eso, y acá está el problema, el miedo obliga a una buena parte de los argentinos, como al perro de Pavlov, a pensar en Juntos por el Cambio como “solución”; cuando, en verdad, no es otra cosa que un grotesco rejuntado político al que hemos visto actuar- y podemos, sin temor a equivocarnos, juzgar- tanto actuando como oposición como en función de gobierno. ¿También vamos a creer que ellos volverán mejores?
Esta facción ha sido, desde 2003 a la fecha, parte del problema; no es otra cosa que un vivero de discapacitados intelectuales con egos inflados, donde la única aptitud demostrada a la fecha es la bizarra osadía con la que defienden sus miserables prebendas y sus abusivos privilegios. Han atesorado, como si fuera una virtud, una llamativa falta de coraje para encarar los problemas que aquejan a la república- lo demostraron en 2015- y han sido incapaces de mantenerse unidos frente a los aprietes que el oficialismo realiza contra la ciudadanía.
La realidad, trágica, por cierto, es que aún nos quedan dos años de gobierno de facinerosos políticos. La pobreza, el desempleo, la inflación y la emisión monetaria, seguirán creciendo, y la posibilidad de convertirnos en un narco estado dejará de ser una posibilidad inminente para ser una tangible realidad.
Nunca la república se vio en una situación peor que la que hoy nos aqueja. Tengamos el coraje de imaginar al país no pensándolo desde nuestra ansiedad, sino pensando en el futuro de nuestros hijos y nietos, pero esto debe hacerse superando el miedo, sea éste el que fuere y a quien fuere, porque el miedo solo nos puede arrastrar hacia esa oposición lacayuna pero con pretensiones de generación del ochenta que ni siquiera es capaz de imaginar una Argentina puesta de pie.
😭
“El miedo es el más ignorante, el más infame y el más cruel de los consejeros.”
Edmund Burke
El miedo es, comparado con cualquier virus, mucho más contagioso e incontrolable. Cuando la emoción generada por el miedo se impone a la razón es muy difícil mantener la calma. Esto es lo que está pasando en la sociedad argentina a dos años de las elecciones presidenciales de 2023. Una perversa idea de naufragio nos ha ganado y solo pensamos que cualquier cosa que flote en el escenario político es suficiente.
Hace tiempo que tenemos en claro que quienes se han adueñado del poder no han dejado una institución en pie. Han colonizado la justicia con jueces despreciables con el solo objeto que el saqueo que han perpetrado contra el erario público no sea investigado; la defensa nacional no existe y han acabado con la seguridad, con la salud y con la escuela pública. Pero sepamos que, aunque los malos, los inútiles, los delincuentes son mayoría en el oficialismo, tengamos la suficiente lucidez para saber que la banda de maleantes que detenta el poder jamás hubiera conseguido esto sin el concurso espurio de una oposición estúpida, mediocre y oportunista. Ver esto con claridad y no con miedo es la única alternativa válida que tiene la república.
Ya no hay dudas que el trosko-peronismo nos ha dejado parados al lado del abismo. Esperar algo de él es una mayúscula estupidez. Por eso, y acá está el problema, el miedo obliga a una buena parte de los argentinos, como al perro de Pavlov, a pensar en Juntos por el Cambio como “solución”; cuando, en verdad, no es otra cosa que un grotesco rejuntado político al que hemos visto actuar- y podemos, sin temor a equivocarnos, juzgar- tanto actuando como oposición como en función de gobierno. ¿También vamos a creer que ellos volverán mejores?
Esta facción ha sido, desde 2003 a la fecha, parte del problema; no es otra cosa que un vivero de discapacitados intelectuales con egos inflados, donde la única aptitud demostrada a la fecha es la bizarra osadía con la que defienden sus miserables prebendas y sus abusivos privilegios. Han atesorado, como si fuera una virtud, una llamativa falta de coraje para encarar los problemas que aquejan a la república- lo demostraron en 2015- y han sido incapaces de mantenerse unidos frente a los aprietes que el oficialismo realiza contra la ciudadanía.
La realidad, trágica, por cierto, es que aún nos quedan dos años de gobierno de facinerosos políticos. La pobreza, el desempleo, la inflación y la emisión monetaria, seguirán creciendo, y la posibilidad de convertirnos en un narco estado dejará de ser una posibilidad inminente para ser una tangible realidad.
Nunca la república se vio en una situación peor que la que hoy nos aqueja. Tengamos el coraje de imaginar al país no pensándolo desde nuestra ansiedad, sino pensando en el futuro de nuestros hijos y nietos, pero esto debe hacerse superando el miedo, sea éste el que fuere y a quien fuere, porque el miedo solo nos puede arrastrar hacia esa oposición lacayuna pero con pretensiones de generación del ochenta que ni siquiera es capaz de imaginar una Argentina puesta de pie.
JOSE LUIS MILIA
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 3, 2022