“El amor sana”, es un dicho popular y que significa que ante cualquier situación de tribulación, alboroto emocional, o mismo una ruidosa pelea, el amor tiene el poder de transformar a nuestro cuerpo, nuestras relaciones, nuestro dinero. En verdad, grato es saber que nuestro amor puede curar el dolor, la tristeza y la soledad.
Pero mientras que el amor tiene el poder de sanar las heridas, la venganza y el odio las profundizan aún más. El rencor puede hasta matar nuestro enemigo, pero, matamos al mismo tiempo.
Las tristezas y amarguras que guardamos en nuestro interior, destruyen nuestra alegría, aplastan nuestro espíritu y secan nuestros huesos; en definitiva, y nos alejan de Dios.
Nuestro Dios es amor y nos enseñó a amar. Si fuimos heridos, coloquemos todo en el altar del Señor.
Si somos agraviados, demos testimonio con amor, si nos persiguen, retribuyamos con amor. Si tenemos algún motivo para vengarnos, tengamos calma y esperemos en el Señor, mostrando así una actitud de verdadero amor.
Si no queremos morir espiritualmente, y no perder las bendiciones que Dios diariamente provee y están listas para nosotros, edifiquemos un altar de amor y respeto al Señor, las sepultemos esas cosas que nos exasperan, nos opacan, y olvidemos. Con este proceder, estaremos alegrando a Dios, y glorificando el nombre de Jesús y, así, viviremos mucho mejor y viviremos para siempre.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
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Por Claudio Valerio.
“El amor sana”, es un dicho popular y que significa que ante cualquier situación de tribulación, alboroto emocional, o mismo una ruidosa pelea, el amor tiene el poder de transformar a nuestro cuerpo, nuestras relaciones, nuestro dinero. En verdad, grato es saber que nuestro amor puede curar el dolor, la tristeza y la soledad.
Pero mientras que el amor tiene el poder de sanar las heridas, la venganza y el odio las profundizan aún más. El rencor puede hasta matar nuestro enemigo, pero, matamos al mismo tiempo.
Las tristezas y amarguras que guardamos en nuestro interior, destruyen nuestra alegría, aplastan nuestro espíritu y secan nuestros huesos; en definitiva, y nos alejan de Dios.
Nuestro Dios es amor y nos enseñó a amar. Si fuimos heridos, coloquemos todo en el altar del Señor.
Si somos agraviados, demos testimonio con amor, si nos persiguen, retribuyamos con amor. Si tenemos algún motivo para vengarnos, tengamos calma y esperemos en el Señor, mostrando así una actitud de verdadero amor.
Si no queremos morir espiritualmente, y no perder las bendiciones que Dios diariamente provee y están listas para nosotros, edifiquemos un altar de amor y respeto al Señor, las sepultemos esas cosas que nos exasperan, nos opacan, y olvidemos. Con este proceder, estaremos alegrando a Dios, y glorificando el nombre de Jesús y, así, viviremos mucho mejor y viviremos para siempre.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
®. Valerius
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 21, 2022