Cuando todo terminó, la angustiosa experiencia de Colleen Stan se describió como “sin precedentes en la historia del FBI”. A partir de 1977, Stan, que entonces tenía 20 años, fue secuestrada mientras hacía autostop (“dedo”) y estuvo cautiva y torturada durante siete largos años. Durante lo peor de su experiencia de pesadilla, la mantuvieron encerrada en una caja de madera durante 23 horas al día.
Colleen Stan
De vez en cuando se le concedía suficiente libertad para cocinar y limpiar, cuidar a los hijos de su captor, incluso hacer jogging o visitar a su familia por su cuenta, pero siempre se mantuvo en su lugar mediante lavado de cerebro y amenazas, incluidas promesas de que una organización en la sombra llamada “la Compañía”. la mataría a ella y a toda su familia si intentaba escapar.
No fue hasta agosto de 1984 que Stan, entonces a solo unos meses de su 28 cumpleaños, finalmente escaparía de su tormento e, incluso entonces, sus largos años de tortura y programación le impidieron acudir a las autoridades de inmediato. Cuando finalmente salió a la luz toda la historia, conmocionó no solo a la policía sino al mundo entero, inspirando docenas de películas, episodios de televisión e incluso canciones, desde la película de terror de 2007 The Poughkeepsie Tapes hasta una ópera sueca.
Era el 19 de mayo de 1977 y Colleen Stan, de 20 años, hacía autostop desde su casa en Eugene, Oregón, para ir a la fiesta de cumpleaños de un amigo. Describiéndose a sí misma como una “autoestopista experimentada”, Stan afirmó más tarde que había dejado pasar otros dos vehículos antes de que Cameron Hooker y su esposa Janice se detuvieran a su lado.
Se sentio segura subiendo a la camioneta azul, porque la esposa de Hooker y su bebé estaban en el auto. Desafortunadamente, esa sensación de seguridad resultó estar fuera de lugar. En 30 minutos, Hooker tenía un cuchillo en la garganta de Stan y su calvario de siete años había comenzado.
“Pensé que iba a morir”, dijo Stan a la revista People. Sin embargo, lo que la esperaba no era la muerte, sino algo que podría considerarse incluso peor. La joven pareja —Cameron Hooker no tenía más de tres años que la propia Stan— la llevó de regreso a su casa en Red Bluff, California, donde comenzó su calvario.
Durante los primeros meses, Colleen Stan pasó 23 horas al día en una caja de madera, sacada solo para ser alimentada, torturada y violada. Al principio, Hooker cumplió con un acuerdo con su esposa que prohibía el sexo vaginal con penetración con Stan, pero aún así la violó con implementos y la obligó a realizar una felación. La llamó “K” y le dijo que quería que fuera como el personaje de la novela erótica francesa de 1954 Story of O, sobre una mujer que se convierte en esclava voluntaria de una sociedad secreta de amos sádicos. Cuando no estaba siendo torturada y violada, Stan se mantenía dentro de la caja debajo de la cama de agua de la pareja.
En enero de 1978, Cameron Hooker obligó a Stan a firmar un contrato diciendo que ella era su esclava de por vida. Para entonces, él ya había comenzado a hablarle sobre “la Compañía”, una organización en la sombra de la que aparentemente formaba parte, y que, según él, la mataría a ella y a su familia si alguna vez intentaba dejarlo. En los años siguientes, Hooker gradualmente comenzó a otorgarle a Stan una libertad cada vez mayor, a medida que se convencía más y más del poder que sus mentiras sobre “la Compañía” tenían sobre ella.
Se le permitió ayudar en la casa, trabajar en el jardín, cuidar a los dos hijos de la pareja e incluso salir a correr sola. Sin embargo, todas las noches dormía en la caja debajo de la cama de agua de la pareja. Luego, en 1981, Cameron Hooker la llevó a ver a su familia y la dejó sola allí durante la noche. Ella no les dijo nada sobre su terrible experiencia. Al día siguiente, cuando vino a buscarla, se hizo pasar por su novio y juntos se tomaron una Polaroid sonrientes.
Janice HookerCameron Hooker
“La gente te preguntará por qué no hiciste esto o aquello y no lo saben”, dijo Colleen Stan años después. “No estaban en esa situación”. Tan completo fue el control de Cameron Hooker sobre ella que, en un momento, le entregó un arma y le dijo que se pusiera el cañón en la boca y apretara el gatillo. “No sabía si estaba cargada o no”, dijo, “y él me dijo ‘esto es para ver si haces lo que digo’”. Ella lo hizo.
Sin embargo, después de la visita a sus padres, Hooker comenzó a reducir sus libertades una vez más. Durante la mayor parte de los siguientes tres años, volvió a pasar 23 horas al día en la caja. Durante el verano, las temperaturas en la caja superarían los 100 grados y las funciones corporales debían cuidarse con un orinal que Stan colocó con los pies, ya que la caja era esencialmente un ataúd.
“Le gustaba azotarme con látigos”, recordó Stan más tarde. “Me había electrocutado. Me había quemado. Había hecho tantas cosas”. Sin embargo, lo que resultó ser la perdición de Cameron Hooker fue cuando le dijo a Janice que quería que Colleen Stan se convirtiera en su “segunda esposa”. Eso resultó ser un punto de quiebre para Janice Hooker, quien fue a Stan y la liberó, diciéndole que Cameron Hooker no era realmente parte de “la Compañía”, aunque ella aún insistía en que la organización era real.
Finalmente libre, Colleen Stan huyó a una parada de autobús, pero aun así no entregó a sus captores de inmediato. En cambio, llamó a Hooker y le dijo que lo dejaría, ante lo cual dijo que se echó a llorar. No fue hasta tres meses después que Janice entregó a su esposo a las autoridades. Fue entonces cuando también lanzó otra escalofriante acusación, alegando que él había secuestrado y asesinado previamente a Marie Elizabeth Spannhake, quien había desaparecido de Chico, California, en 1976.
A pesar de su horrible testimonio, nunca se encontró ningún cuerpo, por lo que nunca se presentaron cargos contra Cameron Hooker en relación con la desaparición de Spannhake, simplemente el secuestro, detención, violación y tortura de Colleen Stan, por lo que recibió una sentencia de 104 años. en prisión en 1985.
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Cuando todo terminó, la angustiosa experiencia de Colleen Stan se describió como “sin precedentes en la historia del FBI”. A partir de 1977, Stan, que entonces tenía 20 años, fue secuestrada mientras hacía autostop (“dedo”) y estuvo cautiva y torturada durante siete largos años. Durante lo peor de su experiencia de pesadilla, la mantuvieron encerrada en una caja de madera durante 23 horas al día.
De vez en cuando se le concedía suficiente libertad para cocinar y limpiar, cuidar a los hijos de su captor, incluso hacer jogging o visitar a su familia por su cuenta, pero siempre se mantuvo en su lugar mediante lavado de cerebro y amenazas, incluidas promesas de que una organización en la sombra llamada “la Compañía”. la mataría a ella y a toda su familia si intentaba escapar.
No fue hasta agosto de 1984 que Stan, entonces a solo unos meses de su 28 cumpleaños, finalmente escaparía de su tormento e, incluso entonces, sus largos años de tortura y programación le impidieron acudir a las autoridades de inmediato. Cuando finalmente salió a la luz toda la historia, conmocionó no solo a la policía sino al mundo entero, inspirando docenas de películas, episodios de televisión e incluso canciones, desde la película de terror de 2007 The Poughkeepsie Tapes hasta una ópera sueca.
Era el 19 de mayo de 1977 y Colleen Stan, de 20 años, hacía autostop desde su casa en Eugene, Oregón, para ir a la fiesta de cumpleaños de un amigo. Describiéndose a sí misma como una “autoestopista experimentada”, Stan afirmó más tarde que había dejado pasar otros dos vehículos antes de que Cameron Hooker y su esposa Janice se detuvieran a su lado.
Se sentio segura subiendo a la camioneta azul, porque la esposa de Hooker y su bebé estaban en el auto. Desafortunadamente, esa sensación de seguridad resultó estar fuera de lugar. En 30 minutos, Hooker tenía un cuchillo en la garganta de Stan y su calvario de siete años había comenzado.
“Pensé que iba a morir”, dijo Stan a la revista People. Sin embargo, lo que la esperaba no era la muerte, sino algo que podría considerarse incluso peor. La joven pareja —Cameron Hooker no tenía más de tres años que la propia Stan— la llevó de regreso a su casa en Red Bluff, California, donde comenzó su calvario.
Durante los primeros meses, Colleen Stan pasó 23 horas al día en una caja de madera, sacada solo para ser alimentada, torturada y violada. Al principio, Hooker cumplió con un acuerdo con su esposa que prohibía el sexo vaginal con penetración con Stan, pero aún así la violó con implementos y la obligó a realizar una felación. La llamó “K” y le dijo que quería que fuera como el personaje de la novela erótica francesa de 1954 Story of O, sobre una mujer que se convierte en esclava voluntaria de una sociedad secreta de amos sádicos. Cuando no estaba siendo torturada y violada, Stan se mantenía dentro de la caja debajo de la cama de agua de la pareja.
En enero de 1978, Cameron Hooker obligó a Stan a firmar un contrato diciendo que ella era su esclava de por vida. Para entonces, él ya había comenzado a hablarle sobre “la Compañía”, una organización en la sombra de la que aparentemente formaba parte, y que, según él, la mataría a ella y a su familia si alguna vez intentaba dejarlo. En los años siguientes, Hooker gradualmente comenzó a otorgarle a Stan una libertad cada vez mayor, a medida que se convencía más y más del poder que sus mentiras sobre “la Compañía” tenían sobre ella.
Se le permitió ayudar en la casa, trabajar en el jardín, cuidar a los dos hijos de la pareja e incluso salir a correr sola. Sin embargo, todas las noches dormía en la caja debajo de la cama de agua de la pareja. Luego, en 1981, Cameron Hooker la llevó a ver a su familia y la dejó sola allí durante la noche. Ella no les dijo nada sobre su terrible experiencia. Al día siguiente, cuando vino a buscarla, se hizo pasar por su novio y juntos se tomaron una Polaroid sonrientes.
“La gente te preguntará por qué no hiciste esto o aquello y no lo saben”, dijo Colleen Stan años después. “No estaban en esa situación”. Tan completo fue el control de Cameron Hooker sobre ella que, en un momento, le entregó un arma y le dijo que se pusiera el cañón en la boca y apretara el gatillo. “No sabía si estaba cargada o no”, dijo, “y él me dijo ‘esto es para ver si haces lo que digo’”. Ella lo hizo.
Sin embargo, después de la visita a sus padres, Hooker comenzó a reducir sus libertades una vez más. Durante la mayor parte de los siguientes tres años, volvió a pasar 23 horas al día en la caja. Durante el verano, las temperaturas en la caja superarían los 100 grados y las funciones corporales debían cuidarse con un orinal que Stan colocó con los pies, ya que la caja era esencialmente un ataúd.
“Le gustaba azotarme con látigos”, recordó Stan más tarde. “Me había electrocutado. Me había quemado. Había hecho tantas cosas”. Sin embargo, lo que resultó ser la perdición de Cameron Hooker fue cuando le dijo a Janice que quería que Colleen Stan se convirtiera en su “segunda esposa”. Eso resultó ser un punto de quiebre para Janice Hooker, quien fue a Stan y la liberó, diciéndole que Cameron Hooker no era realmente parte de “la Compañía”, aunque ella aún insistía en que la organización era real.
Finalmente libre, Colleen Stan huyó a una parada de autobús, pero aun así no entregó a sus captores de inmediato. En cambio, llamó a Hooker y le dijo que lo dejaría, ante lo cual dijo que se echó a llorar. No fue hasta tres meses después que Janice entregó a su esposo a las autoridades. Fue entonces cuando también lanzó otra escalofriante acusación, alegando que él había secuestrado y asesinado previamente a Marie Elizabeth Spannhake, quien había desaparecido de Chico, California, en 1976.
A pesar de su horrible testimonio, nunca se encontró ningún cuerpo, por lo que nunca se presentaron cargos contra Cameron Hooker en relación con la desaparición de Spannhake, simplemente el secuestro, detención, violación y tortura de Colleen Stan, por lo que recibió una sentencia de 104 años. en prisión en 1985.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 5, 2022