Cierto día, un predicador invitó a su amigo, un reconocido asador, a la reunión del fin de semana. Ya terminada la reunión, le preguntó a su amigo qué es lo que había encontrado en el mensaje. Con mucha simpatía, el amigo le respondió: “Me gustó mucho; pero, como buen parrillero que soy, eché de menos al pincho; porque, en mi opinión, un buen mensaje es el que “ensarta” al oyente, penetrar su alma y llega a molestar al espíritu del oyente”.
Deteniéndonos en esta reflexión, podemos concluir que la función de la palabra de Dios es penetrar en las profundidades de las personas, llegar a tocar su corazón, mostrando a quien lo oye que hay un cielo de gloria y, en el, un Señor que nos espera y con quien viviremos para siempre.
Lamentablemente, hay muchos que viven como si no tuvieran alma, ni menos espíritu; los que tratan a Dios con indiferencia, nunca oran ni van a la iglesia; esos que andan por el mundo sin ir a en ningún lugar, yendo por la vida y no la viven… ¿A qué esperamos para cerrar las puertas de las derrotas? Porque, luego de un tiempo, la puerta de las conquistas se nos abrirán en grande, y de par en par para que sea nuestra la alegría.
Nuestras vidas pueden estar muy mal, podremos estar tristes; pero, en Su Palabra, nuestro Padre siempre colocará un anuncio con la oferta del perdón, diciendo que nuestros errores fueron olvidados y, con los brazos abiertos, nos espera a que regresemos.
¿Alguna vez has sentido el toque de la brocheta espiritual de Dios? ¿Y a sus amigos? ¿Puede usar el mismo pincho para llevarlo a Cristo?
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas; y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
® Valerius
*Nacido en la Ciudad de Buenos Aires, Claudio Roberto Valerio, es Ingeniero Electromecánico, Especialista en Docencia Universitaria y, además, historiador, escritor, redactor y columnista en diarios locales e internacionales. Tiene una destacada producción y actuación en realizaciones cinematográficas independientes.
Libros Publicados
“Asado de tira, clásico argento y legado campanense”
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Por Claudio Valerio.
Cierto día, un predicador invitó a su amigo, un reconocido asador, a la reunión del fin de semana. Ya terminada la reunión, le preguntó a su amigo qué es lo que había encontrado en el mensaje. Con mucha simpatía, el amigo le respondió: “Me gustó mucho; pero, como buen parrillero que soy, eché de menos al pincho; porque, en mi opinión, un buen mensaje es el que “ensarta” al oyente, penetrar su alma y llega a molestar al espíritu del oyente”.
Deteniéndonos en esta reflexión, podemos concluir que la función de la palabra de Dios es penetrar en las profundidades de las personas, llegar a tocar su corazón, mostrando a quien lo oye que hay un cielo de gloria y, en el, un Señor que nos espera y con quien viviremos para siempre.
Lamentablemente, hay muchos que viven como si no tuvieran alma, ni menos espíritu; los que tratan a Dios con indiferencia, nunca oran ni van a la iglesia; esos que andan por el mundo sin ir a en ningún lugar, yendo por la vida y no la viven… ¿A qué esperamos para cerrar las puertas de las derrotas? Porque, luego de un tiempo, la puerta de las conquistas se nos abrirán en grande, y de par en par para que sea nuestra la alegría.
Nuestras vidas pueden estar muy mal, podremos estar tristes; pero, en Su Palabra, nuestro Padre siempre colocará un anuncio con la oferta del perdón, diciendo que nuestros errores fueron olvidados y, con los brazos abiertos, nos espera a que regresemos.
¿Alguna vez has sentido el toque de la brocheta espiritual de Dios? ¿Y a sus amigos? ¿Puede usar el mismo pincho para llevarlo a Cristo?
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas; y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
® Valerius
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 29, 2022