La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, ha llegado este martes a Taiwán.
Se trata del primer arribo a la isla de un político estadounidense de tan alto rango en los últimos 25 años. Si bien inicialmente el itinerario oficial de la gira asiática de Pelosi incluía solo Singapur, Japón, Corea del Sur y Malasia, diversos medios estadounidenses y taiwaneses informaron, citando a fuentes gubernamentales, que la visita a Taiwán sí se llevaría a cabo como sucedió.
“La visita de nuestra delegación del Congreso a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán”, declaró Pelosi en un comunicado. La alta funcionaria detalló que las negociaciones con las autoridades taiwanesas “se centrarán en reafirmar su apoyo” a Taipéi y en “promover los intereses comunes, incluido el avance de una región Indo-Pacífica libre y abierta”.
“La solidaridad de Estados Unidos con los 23 millones de habitantes de Taiwán es hoy más importante que nunca, ya que el mundo se enfrenta a una elección entre autocracia y democracia”, continuó.
La presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense subrayó que su visita no contradice la política de Washington respecto a Taipéi, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU. y las Seis Garantías. “EE.UU. sigue oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el ‘statu quo'”, concluyó Pelosi.
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Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
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Aunque Washington no reconoce a Taiwán —que se autogobierna desde 1949 con una administración propia, como país independiente—, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.
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Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha condenado “severamente” el arribo de Pelosi a Taiwán. En este sentido, reiteraron que el viaje de la alta funcionaria estadounidense infringe la soberanía y la integridad territorial del país, al tiempo que representa “una seria violación” del principio de una sola China y de los tres comunicados conjuntos entre Washington y Pekín.
El ministerio aludió al “firme compromiso” de más de 1.400 millones de ciudadanos chinos para “salvaguardar decididamente” la soberanía de su nación. “No se puede desafiar la voluntad del pueblo y no se puede invertir la tendencia de los tiempos”, señala el texto. En esta misma línea, acentuó que el país “definitivamente tomará todas las medidas necesarias” para garantizar su soberanía, mientras que “todas las consecuencias que se deriven de ello deberán ser asumidas por la parte estadounidense y las fuerzas separatistas” de Taiwán.
Asimismo, instaron a Washington a dejar de “jugar la carta de Taiwán” y de usarla como herramienta de contención, ya que la cuestión de la reincorporación de la isla es un asunto “puramente interno” para Pekín.
Con miras a la llegada de Pelosi, las tensiones entre Washington y Pekín han ido en aumento, generando fuertes protestas por parte de las autoridades chinas. En particular, el presidente de China, Xi Jinping, manifestó el jueves durante una conversación telefónica con el presidente estadounidense Joe Biden que “los que juegan con fuego se prenderán fuego a sí mismos”, al calificar la visita como interferencia en los asuntos internos de la nación asiática.
Por su parte, Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, advirtió este lunes que el Ejército de su país “no se quedará de brazos cruzados” si la presidenta de la Cámara de Representantes visita finalmente la isla, y subrayó que ello “conduciría a un impacto político atroz”. El viernes, el vocero advirtió de “contramedidas decididas” si EE.UU. desafía las “líneas rojas” de la nación.
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La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, ha llegado este martes a Taiwán.
Se trata del primer arribo a la isla de un político estadounidense de tan alto rango en los últimos 25 años. Si bien inicialmente el itinerario oficial de la gira asiática de Pelosi incluía solo Singapur, Japón, Corea del Sur y Malasia, diversos medios estadounidenses y taiwaneses informaron, citando a fuentes gubernamentales, que la visita a Taiwán sí se llevaría a cabo como sucedió.
“La visita de nuestra delegación del Congreso a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán”, declaró Pelosi en un comunicado. La alta funcionaria detalló que las negociaciones con las autoridades taiwanesas “se centrarán en reafirmar su apoyo” a Taipéi y en “promover los intereses comunes, incluido el avance de una región Indo-Pacífica libre y abierta”.
“La solidaridad de Estados Unidos con los 23 millones de habitantes de Taiwán es hoy más importante que nunca, ya que el mundo se enfrenta a una elección entre autocracia y democracia”, continuó.
La presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense subrayó que su visita no contradice la política de Washington respecto a Taipéi, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU. y las Seis Garantías. “EE.UU. sigue oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el ‘statu quo'”, concluyó Pelosi.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha condenado “severamente” el arribo de Pelosi a Taiwán. En este sentido, reiteraron que el viaje de la alta funcionaria estadounidense infringe la soberanía y la integridad territorial del país, al tiempo que representa “una seria violación” del principio de una sola China y de los tres comunicados conjuntos entre Washington y Pekín.
El ministerio aludió al “firme compromiso” de más de 1.400 millones de ciudadanos chinos para “salvaguardar decididamente” la soberanía de su nación. “No se puede desafiar la voluntad del pueblo y no se puede invertir la tendencia de los tiempos”, señala el texto. En esta misma línea, acentuó que el país “definitivamente tomará todas las medidas necesarias” para garantizar su soberanía, mientras que “todas las consecuencias que se deriven de ello deberán ser asumidas por la parte estadounidense y las fuerzas separatistas” de Taiwán.
Asimismo, instaron a Washington a dejar de “jugar la carta de Taiwán” y de usarla como herramienta de contención, ya que la cuestión de la reincorporación de la isla es un asunto “puramente interno” para Pekín.
Con miras a la llegada de Pelosi, las tensiones entre Washington y Pekín han ido en aumento, generando fuertes protestas por parte de las autoridades chinas. En particular, el presidente de China, Xi Jinping, manifestó el jueves durante una conversación telefónica con el presidente estadounidense Joe Biden que “los que juegan con fuego se prenderán fuego a sí mismos”, al calificar la visita como interferencia en los asuntos internos de la nación asiática.
Por su parte, Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, advirtió este lunes que el Ejército de su país “no se quedará de brazos cruzados” si la presidenta de la Cámara de Representantes visita finalmente la isla, y subrayó que ello “conduciría a un impacto político atroz”. El viernes, el vocero advirtió de “contramedidas decididas” si EE.UU. desafía las “líneas rojas” de la nación.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 3, 2022