La crisis energética por la que atraviesa la Unión Europea podría acabar afectando también a EE.UU. debido a que está dirigiendo gran parte de su producción de gas natural licuado (GNL) al mercado europeo, mientras los depósitos subterráneos del hidrocarburo destinados para el invierno en el país norteamericano se encuentran en niveles bajos.
Las reservas de gas en territorio estadounidense se encuentran en más de un 10 % por debajo de los niveles normales, cuando faltan poco menos de tres meses para que se empiecen a encender los sistemas de calefacción. Entre tanto, los importadores europeos de GNL están dispuestos a pagar casi siete veces más de lo que cuesta en EE.UU.
El precio del gas en Estados Unidos es de aproximadamente 10 dólares por millón de BTU (unidades térmicas británicas), mientras que en la Unión Europea es de 67 dólares. Eso significa que los importadores europeos “tendrán ventaja” sobre los compradores estadounidenses.
“Ninguna otra materia prima importante comercializada por EE.UU. ha tenido un año como el gas”, que alcanzó valores “nunca vistos en el país en casi 15 años”.
En Europa, los precios del hidrocarburo se han disparado en medio de una crisis energética provocada por las interrupciones en el suministro desde Rusia a causa de las sanciones occidentales y contratiempos técnicos, así como por las altas temperaturas que afectan a la región. Los gobiernos del bloque comunitario se apresuran a acumular reservas de gas antes del invierno.
Al mismo tiempo, la producción del hidrocarburo en Estados Unidos ha disminuido en 1.000 millones de pies cúbicos por día desde su máximo de 98.700 millones de pies cúbicos alcanzados en la primera semana de agosto. Todos estos factores hacen prever que “la competencia por los suministros será feroz”.
El experto del Fondo Nacional de Seguridad Energética de Rusia, Ígor Yushkov, considera que el escenario de una crisis energética con precios por las nubes en el país norteamericano es poco probable. Estima que en caso de que la demanda interna durante el invierno se incremente bruscamente, Washington, a diferencia de la UE, no entrará “en pánico” buscando GNL en el mercado mundial, sino simplemente restringiría la exportación del combustible, lo que agravaría la crisis energética en Europa.
La verdadera “guerra” por el gas natural licuado durante el invierno se desatará “inevitablemente” entre la UE y Asia, sostiene Yushkov. “De momento los europeos están ganando la batalla porque son más ricos que la mayoría de los países asiáticos”, por lo que muchos proveedores están redirigiendo sus envíos al continente europeo, donde les pagan mucho más, apunta.
Sin embargo, conforme avance el tiempo irán entrando en juego las grandes economías como Japón, Corea del Sur y China, y entonces el escenario será diferente, la demanda por el gas se incrementará y los precios aumentarán. Por su parte, Rusia seguirá tranquilamente por su camino observando el desarrollo de la situación, concluye Yushkov.
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La crisis energética por la que atraviesa la Unión Europea podría acabar afectando también a EE.UU. debido a que está dirigiendo gran parte de su producción de gas natural licuado (GNL) al mercado europeo, mientras los depósitos subterráneos del hidrocarburo destinados para el invierno en el país norteamericano se encuentran en niveles bajos.
Las reservas de gas en territorio estadounidense se encuentran en más de un 10 % por debajo de los niveles normales, cuando faltan poco menos de tres meses para que se empiecen a encender los sistemas de calefacción. Entre tanto, los importadores europeos de GNL están dispuestos a pagar casi siete veces más de lo que cuesta en EE.UU.
El precio del gas en Estados Unidos es de aproximadamente 10 dólares por millón de BTU (unidades térmicas británicas), mientras que en la Unión Europea es de 67 dólares. Eso significa que los importadores europeos “tendrán ventaja” sobre los compradores estadounidenses.
“Ninguna otra materia prima importante comercializada por EE.UU. ha tenido un año como el gas”, que alcanzó valores “nunca vistos en el país en casi 15 años”.
En Europa, los precios del hidrocarburo se han disparado en medio de una crisis energética provocada por las interrupciones en el suministro desde Rusia a causa de las sanciones occidentales y contratiempos técnicos, así como por las altas temperaturas que afectan a la región. Los gobiernos del bloque comunitario se apresuran a acumular reservas de gas antes del invierno.
Al mismo tiempo, la producción del hidrocarburo en Estados Unidos ha disminuido en 1.000 millones de pies cúbicos por día desde su máximo de 98.700 millones de pies cúbicos alcanzados en la primera semana de agosto. Todos estos factores hacen prever que “la competencia por los suministros será feroz”.
El experto del Fondo Nacional de Seguridad Energética de Rusia, Ígor Yushkov, considera que el escenario de una crisis energética con precios por las nubes en el país norteamericano es poco probable. Estima que en caso de que la demanda interna durante el invierno se incremente bruscamente, Washington, a diferencia de la UE, no entrará “en pánico” buscando GNL en el mercado mundial, sino simplemente restringiría la exportación del combustible, lo que agravaría la crisis energética en Europa.
La verdadera “guerra” por el gas natural licuado durante el invierno se desatará “inevitablemente” entre la UE y Asia, sostiene Yushkov. “De momento los europeos están ganando la batalla porque son más ricos que la mayoría de los países asiáticos”, por lo que muchos proveedores están redirigiendo sus envíos al continente europeo, donde les pagan mucho más, apunta.
Sin embargo, conforme avance el tiempo irán entrando en juego las grandes economías como Japón, Corea del Sur y China, y entonces el escenario será diferente, la demanda por el gas se incrementará y los precios aumentarán. Por su parte, Rusia seguirá tranquilamente por su camino observando el desarrollo de la situación, concluye Yushkov.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 22, 2022