Tal como lo anunciábamos hace unas semanas, el plan del gobierno es ganar tiempo para así poder llegar al Mundial de Futbol (suponen que estaremos todos entretenidos con ese evento), lo que nos depositaria en las fiestas de fin de año (suponen que solo pensaremos en esas fiestas y luego en las vacaciones), para poder llegar así a las PASO (que comenzarán a partir de marzo/abril del año que viene), lo que finalmente pondría al gobierno de cara a las próximas elecciones presidenciales. ¡Misión cumplida!
En efecto, era sabido que el nuevo Ministro de Economía no tendría mucho margen de maniobra en su accionar, está acorralado entre las pretensiones de la “Vicepresidenta” de la Nación y la desesperante realidad, las cuales claramente se contraponen entre sí. El desembarco del superministro obedeció a la apremiante necesidad de traer tranquilidad a los mercados. Por ahora lo van consiguiendo.
La estrategia es simple y hábil a la vez. Todas las semanas realizan anuncios que nunca se concretan y lo postergan para la otra semana, siendo el plan de acción del nuevo Ministro de Economía algo hermético y secreto. Mientras tanto, mantienen reuniones “privadas” con los empresarios y los representantes del campo a quienes les dicen lo que “quieren oír” pero les vaticinan un oscuro futuro si no logran consensuar con el gobierno. A la vez que siguen proclamando un llamado al dialogo con la oposición, el cual nunca se concreta.
En sintonía con esta estrategia, siguen “alimentando la voracidad” de los organismos de derechos humanos fogueando la continuidad de los eternos juicios contra los militares y policías y apoyando la “abierta” reivindicación de los hechos perpetrados por el terrorismo en los 70 mediante exacerbados actos públicos; para mantener así su incondicional apoyo.
Asimismo, al Presidente de la Nación, reducido a la nada misma, fue “borrado” de la escena pública, lo llamaron a “silencio” y solo se dedica a concurrir a actos protocolares en el interior del país.
Entonces, generando expectativas han logrado mantener una relativa tranquilidad en los mercados financieros y en la sociedad. Como dijimos la idea es ganar tiempo y les viene funcionando.
La pregunta es, ¿hasta cuándo durará este “veranito”, producto de meras expectativas y sin un plan de estabilización en concreto?
La tensión social va en aumento y ya se han producido “furibundos escraches” a funcionarios del gobierno y hasta una marcha, pequeña, pero con rasgos de violencia en la Casa Rosada, que amenaza con extenderse a otros sectores de la sociedad. La CGT que esta contemplativa con el gobierno, ya le ha hecho saber a este que pretende un aumento de salarios ya por decreto y mantener abiertas las negociaciones paritarias, reclamos que anunciaron, no resultan negociables. Del lado de los grupos piqueteros, si bien hay una “tensa calma” siguen reclamando por el “salario universal” y el aumento de los planes sociales.
En el campo económico el superministro no puede terminar de armar su equipo, pues no cuenta con el aval de la Vicepresidente de la Nación para ello. No puede nombrar a un economista en jefe para ordenar la gestión desde la macro y terminar de aplacar los ánimos del “mercado”; hasta tanto no le asegure a la “Señora” que blindará económicamente al Gran Buenos Aires, su bastión electoral y el que designe sea de su “gusto”. En otras palabras, la interna oficialista no cesó sino tan solo hay una “frágil tregua”.
A ello debemos añadirle que nadie digiere el “tarifazo” de gas, electricidad y agua, el cual no pudieron evitar de ninguna manera y que burlonamente lo intentan disfrazar como “una redistribución de subsidios”. Encima, no logran “domar” la inflación, la que sigue “gozando de buena salud” y hunde al salario cada vez más abajo.
En el plano internacional, seguimos perdiendo credibilidad y en el FMI ya empiezan a ver que no cumpliremos con las metas que acordamos hace diez minutos atrás.
En el plano domestico interno, en el futuro judicial de la Vicepresidenta de la Nación aparecen negros nubarrones ante una casi segura condena. De hecho, grupos radicalizados, encabezados por la titular de las Madres de Plaza de Mayo anuncian “puebladas” si ello llegara a ocurrir.
Del otro lado, la principal oposición está al borde del quiebre. La llamada Fiscal de la Nación salió de su ostracismo y arremetió contra sus socios electorales, llegándose incluso a judicializarse esos conflictos domésticos. La explicación de esta “implosión de la oposición” es simple. El ex Presidente de la Nación y líder de esa colación opositora sabe que el actual superministro tiene más amigos allí que en el oficialismo y teme que un acercamiento de los sectores más dialoguistas de su coalición al mismo, los desfigure como principal oposición y los deje reducidos a una mínima expresión electoral. Por ello “mandó” a la llamada Fiscal de la Nación “a prender el ventilador”.
Desde hace tiempo venimos insistiendo en que existe una seria probabilidad de que la principal oposición se parta en dos. “Halcones” por un lado y “palomas” por otro.
El único que salva las ropas es el peluca liberal, que se va afianzando como principal opositor. Si bien crece en el gusto de la gente, solo lo hace en Capital y provincia de Buenos Aires, no logrando hacer pie en el interior del país, salvo algunas ciudades importantes.
Este constante clima de peleas, tanto en el oficialismo y como en la principal oposición, sin resultandos de la actual gestión y sin plan de gobierno de la oposición, va generando un clima de hartazgo en la sociedad hacia la clase política. Ello se ve reflejado en las últimas encuestas, donde los políticos aparecen con más imagen negativa que positiva.Un dato llamativo, para intención de voto a presidente, lideran esas encuestas, los de peor imagen: La Vicepresidenta de la Nación y el ex Presidente de la Nación opositor.
Así, mientras nuestra clase dirigente siga mirándose el ombligo y solo este preocupada en “salvar” sus propias aspiraciones, desatendiendo los urgentes intereses de la Nación, una peligrosa sensación se va apoderando de cada argentino y argentina: “esto no tiene salida”. Lo alarmante es la imprevisible consecuencia que ello pueda acarrear, en caso de que se entronice ese sentimiento en los ciudadanos.
⚖️
Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Tal como lo anunciábamos hace unas semanas, el plan del gobierno es ganar tiempo para así poder llegar al Mundial de Futbol (suponen que estaremos todos entretenidos con ese evento), lo que nos depositaria en las fiestas de fin de año (suponen que solo pensaremos en esas fiestas y luego en las vacaciones), para poder llegar así a las PASO (que comenzarán a partir de marzo/abril del año que viene), lo que finalmente pondría al gobierno de cara a las próximas elecciones presidenciales. ¡Misión cumplida!
En efecto, era sabido que el nuevo Ministro de Economía no tendría mucho margen de maniobra en su accionar, está acorralado entre las pretensiones de la “Vicepresidenta” de la Nación y la desesperante realidad, las cuales claramente se contraponen entre sí. El desembarco del superministro obedeció a la apremiante necesidad de traer tranquilidad a los mercados. Por ahora lo van consiguiendo.
La estrategia es simple y hábil a la vez. Todas las semanas realizan anuncios que nunca se concretan y lo postergan para la otra semana, siendo el plan de acción del nuevo Ministro de Economía algo hermético y secreto. Mientras tanto, mantienen reuniones “privadas” con los empresarios y los representantes del campo a quienes les dicen lo que “quieren oír” pero les vaticinan un oscuro futuro si no logran consensuar con el gobierno. A la vez que siguen proclamando un llamado al dialogo con la oposición, el cual nunca se concreta.
En sintonía con esta estrategia, siguen “alimentando la voracidad” de los organismos de derechos humanos fogueando la continuidad de los eternos juicios contra los militares y policías y apoyando la “abierta” reivindicación de los hechos perpetrados por el terrorismo en los 70 mediante exacerbados actos públicos; para mantener así su incondicional apoyo.
Asimismo, al Presidente de la Nación, reducido a la nada misma, fue “borrado” de la escena pública, lo llamaron a “silencio” y solo se dedica a concurrir a actos protocolares en el interior del país.
Entonces, generando expectativas han logrado mantener una relativa tranquilidad en los mercados financieros y en la sociedad. Como dijimos la idea es ganar tiempo y les viene funcionando.
La pregunta es, ¿hasta cuándo durará este “veranito”, producto de meras expectativas y sin un plan de estabilización en concreto?
La tensión social va en aumento y ya se han producido “furibundos escraches” a funcionarios del gobierno y hasta una marcha, pequeña, pero con rasgos de violencia en la Casa Rosada, que amenaza con extenderse a otros sectores de la sociedad. La CGT que esta contemplativa con el gobierno, ya le ha hecho saber a este que pretende un aumento de salarios ya por decreto y mantener abiertas las negociaciones paritarias, reclamos que anunciaron, no resultan negociables. Del lado de los grupos piqueteros, si bien hay una “tensa calma” siguen reclamando por el “salario universal” y el aumento de los planes sociales.
En el campo económico el superministro no puede terminar de armar su equipo, pues no cuenta con el aval de la Vicepresidente de la Nación para ello. No puede nombrar a un economista en jefe para ordenar la gestión desde la macro y terminar de aplacar los ánimos del “mercado”; hasta tanto no le asegure a la “Señora” que blindará económicamente al Gran Buenos Aires, su bastión electoral y el que designe sea de su “gusto”. En otras palabras, la interna oficialista no cesó sino tan solo hay una “frágil tregua”.
A ello debemos añadirle que nadie digiere el “tarifazo” de gas, electricidad y agua, el cual no pudieron evitar de ninguna manera y que burlonamente lo intentan disfrazar como “una redistribución de subsidios”. Encima, no logran “domar” la inflación, la que sigue “gozando de buena salud” y hunde al salario cada vez más abajo.
En el plano internacional, seguimos perdiendo credibilidad y en el FMI ya empiezan a ver que no cumpliremos con las metas que acordamos hace diez minutos atrás.
En el plano domestico interno, en el futuro judicial de la Vicepresidenta de la Nación aparecen negros nubarrones ante una casi segura condena. De hecho, grupos radicalizados, encabezados por la titular de las Madres de Plaza de Mayo anuncian “puebladas” si ello llegara a ocurrir.
Del otro lado, la principal oposición está al borde del quiebre. La llamada Fiscal de la Nación salió de su ostracismo y arremetió contra sus socios electorales, llegándose incluso a judicializarse esos conflictos domésticos. La explicación de esta “implosión de la oposición” es simple. El ex Presidente de la Nación y líder de esa colación opositora sabe que el actual superministro tiene más amigos allí que en el oficialismo y teme que un acercamiento de los sectores más dialoguistas de su coalición al mismo, los desfigure como principal oposición y los deje reducidos a una mínima expresión electoral. Por ello “mandó” a la llamada Fiscal de la Nación “a prender el ventilador”.
Desde hace tiempo venimos insistiendo en que existe una seria probabilidad de que la principal oposición se parta en dos. “Halcones” por un lado y “palomas” por otro.
El único que salva las ropas es el peluca liberal, que se va afianzando como principal opositor. Si bien crece en el gusto de la gente, solo lo hace en Capital y provincia de Buenos Aires, no logrando hacer pie en el interior del país, salvo algunas ciudades importantes.
Este constante clima de peleas, tanto en el oficialismo y como en la principal oposición, sin resultandos de la actual gestión y sin plan de gobierno de la oposición, va generando un clima de hartazgo en la sociedad hacia la clase política. Ello se ve reflejado en las últimas encuestas, donde los políticos aparecen con más imagen negativa que positiva. Un dato llamativo, para intención de voto a presidente, lideran esas encuestas, los de peor imagen: La Vicepresidenta de la Nación y el ex Presidente de la Nación opositor.
Así, mientras nuestra clase dirigente siga mirándose el ombligo y solo este preocupada en “salvar” sus propias aspiraciones, desatendiendo los urgentes intereses de la Nación, una peligrosa sensación se va apoderando de cada argentino y argentina: “esto no tiene salida”. Lo alarmante es la imprevisible consecuencia que ello pueda acarrear, en caso de que se entronice ese sentimiento en los ciudadanos.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 22, 2022