Curso de Colisión

Disuasión de la guerra en el estrecho de Taiwán
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  Por Mick Olsen.

¿Estados Unidos y China están en surso de colisión sobre el conflicto en Taiwan? Washington y Beijing están, y probablemente seguirán estando, en desacuerdo sobre Taiwán. Los líderes chinos insisten en que Estados Unidos reconozca la soberanía china sobre Taiwán. Los líderes estadounidenses generalmente han argumentado que ambos lados del Estrecho de Taiwán deben acordar de manera mutua y pacífica una resolución de este problema no resuelto. Si bien estas diferencias sugieren que Washington y Beijing probablemente seguirán en desacuerdo sobre Taiwán en el futuro previsible, las dos partes no están en un curso de colisión inevitable hacia la guerra.

Estados Unidos debería centrarse en disuadir el conflicto y ganar tiempo para una resolución mutua y pacífica a largo plazo sobre el estatus de Taiwán. Hay dos tipos principales de disuasión: La disuasión por negación consiste en prevenir una acción haciéndola inviable o improbable de tener éxito, negando así a un agresor potencial la confianza en lograr sus objetivos. La disuasión por castigo incluye prevenir una acción imponiendo costos severos si ocurre un ataque.

Recientemente se ha prestado considerable atención al desarrollo de una estrategia de negación con respecto a Taiwán. La mayor parte del enfoque se ha centrado en construir y desplegar suficientes capacidades militares convencionales de EE. UU. y sus socios en el Indo-Pacífico, como submarinos, portaaviones, aviones de combate de quinta generación, bombarderos estratégicos, sistemas de defensa aérea y municiones guiadas de precisión, y construir bases reforzadas para que China no pueda conquistar y mantener Taiwán con éxito. También ha habido interés en aumentar las ventas de armas a Taiwán, incluidos los misiles antibuque Harpoon, el radar y los misiles aire-aire Sidewinder, para fortalecer las capacidades militares convencionales de Taiwán.

Si bien estos pasos son necesarios para disuadir a China, y para luchar si la disuasión falla, no son suficientes. La disuasión exitosa requerirá una combinación mucho más amplia de medidas irregulares, económicas, diplomáticas y de otro tipo que aumenten los costos y riesgos de una invasión china de Taiwán. La guerra en Ucrania ha ilustrado la importancia de varios de estos pasos.

El primero es ayudar a Taiwán a desarrollar capacidades de resistencia local en caso de una invasión china. Al igual que las estrategias de Suiza, Finlandia y los Estados bálticos para disuadir la invasión extranjera, principalmente rusa, el objetivo debería ser crear costos inaceptablemente altos para Beijing si fuera a invadir. Las fuerzas de operaciones especiales y los marines de EE. UU. ya han comenzado a entrenar a las unidades de Taiwán en la guerra irregular. Pero estos esfuerzos deben continuar y aumentar.

Los ejemplos incluyen ayudar a Taiwán a entrenar y equipar unidades de defensa locales que operan de forma independiente (apoyadas por fuerzas regulares de acuerdo con una estrategia nacional), preparar la infraestructura de transporte para la demolición en caso de una invasión e instruir a los miembros de las fuerzas armadas y al público en general sobre cómo participar efectivamente en actividades de resistencia descentralizadas, ubicuas y agresivas.

Ucrania ofrece un interesante ejemplo reciente. Los civiles ucranianos se han levantado contra los invasores rusos, con los abuelos acumulando cócteles Molotov y los civiles formando milicias locales. En detrimento de Moscú, el conflicto se convirtió en lo que Mao Zedong, el exlíder chino, denominó una “guerra popular”. El objetivo sería aumentar la perspectiva de una guerra popular en Taiwán, en la que porciones significativas de la población se levanten y luchen contra las fuerzas invasoras.

El segundo paso es elevar los costos económicos de una guerra. La economía de China ya está sufriendo una fuerte desaceleración, gracias en parte a la tolerancia cero de Beijing con el Covid-19, la propensión del estado a interferir en los asuntos corporativos, los esfuerzos recientes para frenar la especulación inmobiliaria y el envejecimiento de la población de China. Una invasión militar china de Taiwán probablemente desencadenaría importantes sanciones de Estados Unidos y sus aliados que debilitarían aún más la economía de China, aunque una guerra también tendría costos económicos significativos para Estados Unidos. Estados Unidos necesita prepararse para sanciones multilaterales efectivas en caso de una invasión, así como para mitigar el impacto en la economía estadounidense.

Como escribió Thomas Schelling en su libro Arms and Influence: “Es la amenaza de daño, o de más daño por venir, lo que puede hacer que alguien ceda o cumpla. Es la violencia latente la que puede influir en la elección de alguien”. La lógica de Schelling tiene relevancia directa para Taiwán. La mejor esperanza para prevenir la guerra por Taiwán es afectar los cálculos de costo-beneficio de Beijing al aumentar la posibilidad de una amplia gama de daños militares, económicos y de otro tipo.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 14, 2022


 

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