Share

   Por Cyd Ollack.

Fue un proceso revolucionario que atravesó Rusia entre 1917 y 1923, a partir del cual se derrocó al régimen autoritario zarista y se instaló un gobierno de partido único comunista. Con esta revolución, el comunismo tuvo su primer triunfo en la historia y logró consolidarse como modo de producción alternativo al capitalismo durante la mayor parte del siglo XX. Inicialmente, la revolución estuvo integrada por diferentes sectores de la sociedad rusa que se oponían al régimen zarista: la élite intelectual liberal, las clases medias profesionales, los sectores obreros y el campesinado, que constituía la mayoría de la población. Sin embargo, las facciones menchevique y bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), cuyo poder se basaba en el sector obrero, terminaron liderando la revolución. 

Entre febrero y octubre de 1917, la revolución atravesó un breve período democrático, con el poder organizado desde el Gobierno Provisional, el Parlamento y, en la práctica, el Soviet de Petrogrado. En octubre, la facción bolchevique liderada por Lenin tomó el poder del Gobierno Provisional y de manera inmediata tomó medidas que apuntaban a instalar una “dictadura del proletariado” para construir una sociedad comunista. Diferentes sectores se unieron en oposición a los bolcheviques: anticomunistas, monárquicos, nacionalistas y liberales. Esta asociación contrarrevolucionaria tomó el nombre de Movimiento Blanco y conformó un ejército que luchó contra la imposición del comunismo. La guerra civil rusa duró hasta que, en 1923, el “ejército rojo” bolchevique venció finalmente a los contrarrevolucionarios y fundó, de manera definitiva, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). 

Lenin

Al comenzar el siglo XX, Rusia era un imperio muy grande que abarcaba territorios en Asia y Europa. Su tamaño y poderío militar la convertían en una potencia mundial que competía con Alemania, Gran Bretaña y Francia. Sin embargo, por las características de su política, economía y sociedad, se la consideraba como un país atrasado: Estaba gobernada por un sistema autocrático, encabezado por un zar que centralizaba el poder de la nobleza. No existía un parlamento ni organismos que representaran a los diferentes sectores de la sociedad. No había partidos políticos y las ciudades carecían de la autonomía necesaria como para impulsar su crecimiento. El modo de producción preponderante era feudal. La mayoría de la población era campesina y trabajaba la tierra con los mismos métodos y herramientas que en el siglo anterior. El impulso capitalista era reciente y había logrado una incipiente industrialización en algunas ciudades. 

La sociedad continuaba siendo estamental y estaba legalmente dividida en “estados”: urbano, campesino, nobleza y clero. Los campesinos habían dejado de estar sometidos a los señoríos feudales recién en la década de 1860 y, en la práctica, muchas familias campesinas seguían viviendo en las mismas condiciones. El sistema estamental no contemplaba a los nuevos sectores sociales como los obreros, los profesionales o la burguesía comercial.  Desde comienzos del siglo XX, la mayoría de la población manifestaba su malestar hacia el gobierno ruso. Los campesinos reclamaban una reforma agraria que beneficiara a los productores rurales. Los obreros, por su parte, reclamaban mejoras salariales y en las condiciones laborales. A su vez, la población descontenta estuvo influenciada por tres grupos que se oponían al gobierno zarista:

Intelligentsia. Eran profesionales e intelectuales que conformaban una élite educada, y que cuestionaban los aspectos conservadores y tradicionales del régimen zarista. Creían que para progresar, en Rusia se debían tomar medidas políticas y económicas semejantes a las de los países occidentales europeos. 

Populistas. Como parte de la clase media rural, promovían una visión idealizada del campesinado y cuestionaban los efectos de la introducción del capitalismo. Eran socialistas que buscaban la construcción de una sociedad igualitaria, pero creían que esta debía basarse en las comunidades aldeanas rurales y no en el desarrollo industrial. 

Marxistas. Conformaban un sector de la clase obrera profesional, partidario de la modernización y la revolución socialista. Creían que el desarrollo industrial permitiría acabar con el retraso socioeconómico ruso y que era un paso necesario para alcanzar una sociedad igualitaria. Para ellos, la clase obrera urbana sería el actor principal de la revolución. 

En 1905, Rusia sufrió la derrota contra Japón en la guerra ruso-japonesa y las consecuencias económicas del conflicto profundizaron el descontento general de la población. En enero, comenzaron manifestaciones de obreros y campesinos que reclamaban reformas inmediatas y, durante el llamado “domingo sangriento”, la policía zarista reprimió violentamente a los trabajadores. 

Como consecuencia, se creó un movimiento general contra el gobierno del zar que incorporó distintos sectores de la sociedad: campesinos, obreros, intelectuales, liberales, grupos étnicos minoritarios y sectores de las fuerzas armadas.  Ningún grupo logró canalizar los reclamos de los diferentes sectores de la población y alzarse como líder de la revolución. Sin embargo, tanto los marxistas como la intelligentsia liberal creían que el establecimiento de un Parlamento podía garantizar las libertades políticas y civiles necesarias para el progreso de la economía rusa.  Para finalizar con las protestas, el gobierno zarista sancionó una Constitución y creó la Duma: un Parlamento con representantes que tenía la facultad de establecer algunas medidas económicas y sociales. Sin embargo, dos años más tarde, los artículos más liberales de la Constitución fueron derogados y, en la práctica, el poder del Parlamento quedó muy limitado.

Desde finales del siglo XIX, los pensadores y militantes marxistas estaban organizados a través de organizaciones clandestinas, nucleadas a través del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Dentro del partido existían dos facciones distintas, que se diferenciaban por sus ideas acerca de cómo conducir la revolución socialista. Los mencheviques, liderados por Yuri Mártov y Pável Axelrod, creían que para llegar a construir una sociedad igualitaria, Rusia debía atravesar primero una etapa de desarrollo industrial con un gobierno democrático. En este sentido, creían que la burguesía liberal era un aliado fundamental de la clase obrera para la consecución de sus objetivos. Su postura se consideraba “moderada” porque proponían una transición gradual desde la economía actual hacia el socialismo. Los bolcheviques, liderados por Lenin, sostenían que el proletariado debía aliarse con el campesinado ruso para derrocar el capitalismo burgués e instalar la dictadura del proletariado. Su postura se consideraba radical porque proponían medidas que transformarían profundamente la economía y sociedad rusa en poco tiempo: el reparto de tierras, la eliminación de la propiedad privada y la instalación de un gobierno de partido único hasta lograr la creación de una sociedad sin clases. 

Entre los principales sucesos de la Revolución rusa se destacan los siguientes:

La Revolución de Febrero. En 1917 el movimiento revolucionario derrumbó la autocracia zarista. Se creó un Gobierno Provisional (de índole liberal y burguesa) que, en la práctica, compartió el poder con los soviets de obreros y soldados. Este sistema de poder dual funcionaba de una manera contradictoria e inefectiva. 

La Revolución de Octubre. El 7 de noviembre, con el apoyo de los soviets Lenin lideró un golpe de Estado que causó la destitución del Gobierno Provisional, cuyos miembros huyeron o fueron arrestados. Lenin creó un nuevo gobierno, el Consejo de Comisarios del Pueblo, y estableció las primeras medidas para la implementación de un régimen comunista. 

La guerra civil (1919-1923). El nuevo gobierno comunista tuvo que defenderse de un ataque militar por varios frentes: el Ejército Blanco (conformado por opositores al bolchevismo), las Fuerzas del Entente (cuyo objetivo era derrocar al comunismo ruso) y las fuerzas del Estado polaco (que libraron la guerra ruso-polaca desde 1918 hasta 1921). León Trotsky se puso al frente del Ejército Rojo que, al terminar la Primera Guerra Mundial, se dedicó a derrotar al Ejército Blanco. En 1921, los comunistas triunfaron en la guerra civil, y crearon un nuevo estado: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), dirigido por el Partido Comunista.

Comunismo de guerra. Para hacer frente a la crisis, el gobierno implementó un nuevo plan económico de corto plazo llamado “Comunismo de guerra” con el objetivo de asegurar una mínima producción agrícola e industrial. Se aplicaron medidas como la nacionalización de industrias, la requisa de alimentos y otras regulaciones. Esto provocó una gran inflación, que dio lugar al racionamiento y al trueque.  

En sus comienzos, la Revolución rusa fue una revolución popular de la que participaron millones de personas a través de manifestaciones, huelgas y saqueos a lo largo y ancho del país. Las diferentes figuras políticas compitieron por conducir la revolución, liderar las movilizaciones y, finalmente, formar parte del nuevo gobierno. 

Entre los personajes destacados de la Revolución rusa se encuentran Lenin, León Trotski, Alexander Kerensky, Iósif Stalin, Nicolas II y Gueorgui Lvov. 

Stalin

Vladimir Illich Uliánov, conocido como Lenin. Fue el principal líder bolchevique de la revolución y el primer dirigente en implementar medidas para crear el régimen comunista. 

León Trotski. Fue un político y militante socialista clave en la organización de la revolución. Lideró el Ejército Rojo durante la Guerra Civil y negoció la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial

Aleksánder Kerenski. Fue el dirigente socialista revolucionario de la facción menchevique, una de las principales figuras de la Revolución de Febrero y primer ministro del Gobierno Provisional hasta la Revolución de Octubre. 

Iósif Stalin. Fue un militante político bolchevique que formó parte de la Revolución de Octubre y logró imponerse como máximo dirigente luego de la muerte de Lenin. 

Nicolás II. Fue el último zar de Rusia, heredero de la dinastía Romanov. La Revolución de Febrero lo obligó a abdicar y fue asesinado junto a su familia por miembros del partido bolchevique en 1918.

Gueorgui Lvov. Fue un militante liberal demócrata, miembro de la Duma y primer ministro del Gobierno Provisional instalado con la Revolución de Febrero. 

De la mano de Trotsky y Stalin, Lenin organizó el nuevo gobierno: Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Estaba compuesto por los Comisarios del Pueblo, los administradores públicos y el jefe del Consejo (que actuaba como Primer Ministro, director de la política internacional y cabeza del partido Comunista de Rusia). 

La Revolución de 1917 había creado el primer sistema económico socialista basado en la planificación central. Luego del período del comunismo de guerra, el gobierno revolucionario estableció una Nueva Política Económica (NEP), que resultó extraordinariamente eficaz para la industrialización acelerada de una economía agraria, como era la de la Rusia zarista. Sin embargo, el coste social había sido brutal. Millones de personas murieron durante la Guerra Civil, por la represión política o por el hambre.  Durante la década de los treinta, Joseph Stalin (sucesor de Lenin) consolidó la creación del primer Estado comunista de la historia y construyó una de las grandes dictaduras totalitarias del siglo XX.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 25, 2023


 

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
4 Comments
Newest
Oldest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
4
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x