Mao fue un revolucionario comunista chino que fue el fundador de la República Popular China (RPC), actuando como su presidente desde 1949 hasta 1976. Suscribiendo una ideología política denominada maoísmo (que estaba fuertemente influenciada por el pensamiento marxista-leninista), Mao emergió de la Guerra Civil China (y de la Segunda Guerra Mundial) en una posición de poder total, estableciendo un Estado de partido único en los años siguientes. En su afán por transformar la economía china de una economía agraria a una industrial (un componente clave de cualquier sociedad comunista), Mao lanzó sus campañas del “Gran Salto Adelante”, del “Movimiento de Educación Socialista” y de la “Revolución Cultural” para asegurarse rápidamente el poder y estabilidad para su nueva posición.
Aunque más tarde fue elogiado por varios individuos y grupos por llevar a China a su posición como potencia mundial dominante, sus acciones represivas resultaron devastadoras tanto en términos de muerte humana como de persecución. Mao Zedong fue una figura excepcionalmente despiadada que no se detuvo ante nada para lograr sus objetivos personales. Después de implementar sus políticas de “transformación” en China, Mao y sus cuadros rápidamente se pusieron a trabajar para reprimir la oposición, silenciar a los disidentes, así como torturar y ejecutar a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Empeñado en lograr un estado comunista en sólo unos pocos años, Mao también implementó una serie de políticas excesivas de recolección de granos que dejaron al pueblo chino sin nada que comer. Con millones de personas colocadas a la fuerza en “comunas populares” (que no eran más que campos de trabajo), la mala planificación de Mao y su desprecio por la vida humana resultaron devastadores. En total, actualmente se estima que Mao Zedong (y sus funcionarios gubernamentales) fueron responsables de aproximadamente entre 55 y 70 millones de muertes durante su mandato en el poder. Sin embargo, los historiadores se apresuran a señalar que estas cifras pueden llegar a 80 millones si también se tienen en cuenta los que murieron por desnutrición y enfermedades relacionadas con el hambre (en los años que siguieron al Gran Salto Adelante).
Cuando se combina con su silenciamiento de opositores políticos y ejecuciones generalizadas de civiles inocentes, una cosa está clara: Mao Zedong fue verdaderamente el dictador más brutal y despiadado de la historia de la humanidad, una hazaña terrible que probablemente permanecerá en el futuro previsible.
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Por Candace Herrera.
Mao fue un revolucionario comunista chino que fue el fundador de la República Popular China (RPC), actuando como su presidente desde 1949 hasta 1976. Suscribiendo una ideología política denominada maoísmo (que estaba fuertemente influenciada por el pensamiento marxista-leninista), Mao emergió de la Guerra Civil China (y de la Segunda Guerra Mundial) en una posición de poder total, estableciendo un Estado de partido único en los años siguientes. En su afán por transformar la economía china de una economía agraria a una industrial (un componente clave de cualquier sociedad comunista), Mao lanzó sus campañas del “Gran Salto Adelante”, del “Movimiento de Educación Socialista” y de la “Revolución Cultural” para asegurarse rápidamente el poder y estabilidad para su nueva posición.
Aunque más tarde fue elogiado por varios individuos y grupos por llevar a China a su posición como potencia mundial dominante, sus acciones represivas resultaron devastadoras tanto en términos de muerte humana como de persecución. Mao Zedong fue una figura excepcionalmente despiadada que no se detuvo ante nada para lograr sus objetivos personales. Después de implementar sus políticas de “transformación” en China, Mao y sus cuadros rápidamente se pusieron a trabajar para reprimir la oposición, silenciar a los disidentes, así como torturar y ejecutar a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Empeñado en lograr un estado comunista en sólo unos pocos años, Mao también implementó una serie de políticas excesivas de recolección de granos que dejaron al pueblo chino sin nada que comer. Con millones de personas colocadas a la fuerza en “comunas populares” (que no eran más que campos de trabajo), la mala planificación de Mao y su desprecio por la vida humana resultaron devastadores. En total, actualmente se estima que Mao Zedong (y sus funcionarios gubernamentales) fueron responsables de aproximadamente entre 55 y 70 millones de muertes durante su mandato en el poder. Sin embargo, los historiadores se apresuran a señalar que estas cifras pueden llegar a 80 millones si también se tienen en cuenta los que murieron por desnutrición y enfermedades relacionadas con el hambre (en los años que siguieron al Gran Salto Adelante).
Cuando se combina con su silenciamiento de opositores políticos y ejecuciones generalizadas de civiles inocentes, una cosa está clara: Mao Zedong fue verdaderamente el dictador más brutal y despiadado de la historia de la humanidad, una hazaña terrible que probablemente permanecerá en el futuro previsible.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 5, 2023