Cierto día de 1952, una periodista criticó a Marilyn Monroe alegando que ella sólo se veía hermosa gracias a los costosos vestidos que lucía. Marilyn, en respuesta a esto, hizo una sesión de fotografías usando como vestimenta un saco de papas…
Una apreciación subjetiva se refiere a toda aquella consideración o valoración que depende de la persona y, por tanto, se opone al de objetivo que sería la cualidad relativa o perteneciente al objeto en sí mismo, o sea independientemente del sentir o pensar que pueda tener la propia persona que lo considere u observe.
Un ejemplo claro de subjetividad es la belleza, y que está asociada a la hermosura.
Podría decirse que la belleza produce placer porque tiene su origen en las manifestaciones sensoriales que tenemos y que, valga como ejemplo, puede sentirse a través de la vista, porque a una persona se la puede considerar atractiva desde el punto de vista físico. Pero claro, lo que para una persona puede ser bello, puede no serlo para otra (apreciación subjetiva). Sin embargo, y en general, la sociedad reconoce a ciertas características como canon de belleza y las considera deseables, atractivas y bonitas. Por lo que, a partir de la aceptación de determinados rasgos, socialmente se puede construir un canon de belleza.
La belleza, creada por la sociedad, impuesta a través de los medios de comunicación, puede tranquilamente considerarse un factor clave de reproducción y sostenimiento; al punto que esa belleza puede ser fabricada, a partir imágenes fotográficas, incentivada éstas por las técnicas de retoque.
“La belleza no depende de estereotipos, es un estado de ánimo asociado a nuestra autoestima”
Los estereotipos de belleza son marcados por la sociedad que, en unos casos nos dan unas expectativas, pero también y de manera inconsciente, nos está creando frustración.
La belleza podríamos decir que es un concepto, una cualidad; es un sentimiento vinculado a nuestra esencia, a nuestra historia, a nuestras amistades y a nuestra familia; a la belleza simplemente se la reconoce, de, de nuestra propia sociedad… La belleza nos gusta y, lo más hermoso de ella, es que es prácticamente imposible de definir.
Tengamos una mirada antropológica de la belleza; evitemos de asociar los criterios estéticos con los valores esenciales de una persona; hagamos la distinción. Porque, lamentablemente, el papel que juegan las imágenes en todo esto, y su difusión, es muy importante.
En palabras de Hermann Hesse. “La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla”.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
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Cierto día de 1952, una periodista criticó a Marilyn Monroe alegando que ella sólo se veía hermosa gracias a los costosos vestidos que lucía. Marilyn, en respuesta a esto, hizo una sesión de fotografías usando como vestimenta un saco de papas…
Una apreciación subjetiva se refiere a toda aquella consideración o valoración que depende de la persona y, por tanto, se opone al de objetivo que sería la cualidad relativa o perteneciente al objeto en sí mismo, o sea independientemente del sentir o pensar que pueda tener la propia persona que lo considere u observe.
Un ejemplo claro de subjetividad es la belleza, y que está asociada a la hermosura.
La belleza, creada por la sociedad, impuesta a través de los medios de comunicación, puede tranquilamente considerarse un factor clave de reproducción y sostenimiento; al punto que esa belleza puede ser fabricada, a partir imágenes fotográficas, incentivada éstas por las técnicas de retoque.
“La belleza no depende de estereotipos, es un estado de ánimo asociado a nuestra autoestima”
Los estereotipos de belleza son marcados por la sociedad que, en unos casos nos dan unas expectativas, pero también y de manera inconsciente, nos está creando frustración.
La belleza podríamos decir que es un concepto, una cualidad; es un sentimiento vinculado a nuestra esencia, a nuestra historia, a nuestras amistades y a nuestra familia; a la belleza simplemente se la reconoce, de, de nuestra propia sociedad… La belleza nos gusta y, lo más hermoso de ella, es que es prácticamente imposible de definir.
Tengamos una mirada antropológica de la belleza; evitemos de asociar los criterios estéticos con los valores esenciales de una persona; hagamos la distinción. Porque, lamentablemente, el papel que juegan las imágenes en todo esto, y su difusión, es muy importante.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
®. Valerius