La exmandataria de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, asumió ayer miércoles como la nueva presidenta del Partido Justicialista (PJ, peronista), lo que la convierte en la primera mujer en ocupar ese cargo, además de que oficializa su papel como principal líder de la oposición al Gobierno de Javier Milei.
Fernández es la única oradora en el evento, realizado en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en la ciudad de Buenos Aires. Allí arribaron diversas personalidades del partido y exfuncionarios de su Gobierno. En las afueras del edificio, cientos de militantes se reunieron para vivar a la ahora titular del PJ.
“Asumir después de un año del Gobierno de Javier Milei implica un ejercicio como peronistas y argentinos”, dijo la exvicepresidenta en el comienzo de su discurso, antes de abogar por “volver a recuperar el rol de militantes políticos”.
“La primera pregunta es qué está pasando. El voto peronista se desplazó en el balotaje hacia un candidato que propuso dolarizar y aplicar la ‘motosierra’ contra la casta”, analizó.
“Hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ejercicio de ajuste violento que hay que hacer, en tanto y en cuando no me toquen a mí”, sostuvo la jefa del peronismo. Y añadió que la promesa de dolarización con la que hizo campaña Milei no se cumplió, pero le dio resultado electoral.
“Hubo gente que pensó que si ganaba 200.000 pesos, pasaría a ganar 200.000 dólares, aunque cueste creerlo”, dijo.
Según la dirigente política, no hay modelo productivo en la Argentina del Gobierno de Milei, sino un modelo de valorización financiera. A esto le llamó “timba” (juego de azar), relacionado a los vaivenes del sistema financiero.
“Lo que están haciendo es lo mismo que vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Parece que hubiera ciclos de despojo y apropiación, para luego sobrevenir con gobiernos populares, nacionales y democráticos que tornan nuevamente las cosas a su lugar. Esto es lo que pasa hoy en Argentina. Una regresiva distribución del ingreso, con todas las escenas que vemos a diario, de jubilados, de científicos, de maestros, de empleados, de despedidos, de cierres (de empresas), etcétera”, manifestó.
En ese sentido, calificó el actual período bajo el mando de Milei como “ciclo de depredación y apropiación”, para lo cual el peronismo se abocará a la “formación de cuadros” en busca, en última instancia, de “asegurar el triunfo del peronismo”.
Para ello anunció que en marzo de 2025 presentará una propuesta de trabajo basado en cinco puntos claves: formación, información, planificación, divulgación y organización.
La expresidenta reconoció que la Argentina que viene “será muy compleja”, pero insistirán en la necesidad de generar un proyecto nacional que vaya en consonancia con la defensa del Estado y de la producción local, como se observa en un sinfín de países. “Este hombre no entiende el mundo en que vive”, sostuvo.
Los comicios partidarios del Partido Justicialista, brazo electoral del movimiento peronista, se realizaron el pasado 17 de noviembre, luego de que en marzo la fuerza política aceptó la renuncia de su expresidente Alberto Fernández, sumido en una crisis por las causas judiciales que enfrenta.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, se había postulado a la dirigencia partidaria antes que la exmandataria y aspiraba a ser su único rival, pero la Junta Electoral del PJ rechazó los avales que presentó y lo dejó fuera de la contienda.
El proceso estuvo cargado de tensión por disputas internas que dejaron al desnudo los enfrentamientos entre figuras del espacio.
En los días previos a la elección, Cristina Fernández esperaba un apoyo explícito del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Pero ese respaldo no llegó, y la relación entre ambos referentes peronistas se resquebrajó.
De hecho, Kicillof, quien se perfila como precandidato a la Presidencia en 2027, es uno de los más resonantes ausentes en la ceremonia de asunción de este miércoles.
No obstante, y a pesar de la debilidad que exhibió el Partido Justicialista tras la contundente derrota en las elecciones de octubre de 2023, continúa liderando la oposición a la gestión libertaria.
Desde la llegada de Milei, el peronismo no ha logrado reorganizarse ni capitalizar el descontento de una parte de la población.
Recién el pasado lunes, durante una cumbre del PJ, los principales referentes del movimiento consiguieron juntarse y exhibir una foto que intenta retratar la ansiada unidad.
En la reunión celebrada en Moreno, provincia de Buenos Aires, estuvieron el exministro de Economía y expostulante a la Presidencia, Sergio Massa, Axel Kicillof, Cristina Fernández y Máximo Kirchner, hijo de la exmandataria y titular del PJ bonaerense.
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La exmandataria de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, asumió ayer miércoles como la nueva presidenta del Partido Justicialista (PJ, peronista), lo que la convierte en la primera mujer en ocupar ese cargo, además de que oficializa su papel como principal líder de la oposición al Gobierno de Javier Milei.
Fernández es la única oradora en el evento, realizado en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en la ciudad de Buenos Aires. Allí arribaron diversas personalidades del partido y exfuncionarios de su Gobierno. En las afueras del edificio, cientos de militantes se reunieron para vivar a la ahora titular del PJ.
“Asumir después de un año del Gobierno de Javier Milei implica un ejercicio como peronistas y argentinos”, dijo la exvicepresidenta en el comienzo de su discurso, antes de abogar por “volver a recuperar el rol de militantes políticos”.
“La primera pregunta es qué está pasando. El voto peronista se desplazó en el balotaje hacia un candidato que propuso dolarizar y aplicar la ‘motosierra’ contra la casta”, analizó.
“Hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ejercicio de ajuste violento que hay que hacer, en tanto y en cuando no me toquen a mí”, sostuvo la jefa del peronismo. Y añadió que la promesa de dolarización con la que hizo campaña Milei no se cumplió, pero le dio resultado electoral.
“Hubo gente que pensó que si ganaba 200.000 pesos, pasaría a ganar 200.000 dólares, aunque cueste creerlo”, dijo.
Según la dirigente política, no hay modelo productivo en la Argentina del Gobierno de Milei, sino un modelo de valorización financiera. A esto le llamó “timba” (juego de azar), relacionado a los vaivenes del sistema financiero.
“Lo que están haciendo es lo mismo que vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Parece que hubiera ciclos de despojo y apropiación, para luego sobrevenir con gobiernos populares, nacionales y democráticos que tornan nuevamente las cosas a su lugar. Esto es lo que pasa hoy en Argentina. Una regresiva distribución del ingreso, con todas las escenas que vemos a diario, de jubilados, de científicos, de maestros, de empleados, de despedidos, de cierres (de empresas), etcétera”, manifestó.
En ese sentido, calificó el actual período bajo el mando de Milei como “ciclo de depredación y apropiación”, para lo cual el peronismo se abocará a la “formación de cuadros” en busca, en última instancia, de “asegurar el triunfo del peronismo”.
Para ello anunció que en marzo de 2025 presentará una propuesta de trabajo basado en cinco puntos claves: formación, información, planificación, divulgación y organización.
La expresidenta reconoció que la Argentina que viene “será muy compleja”, pero insistirán en la necesidad de generar un proyecto nacional que vaya en consonancia con la defensa del Estado y de la producción local, como se observa en un sinfín de países. “Este hombre no entiende el mundo en que vive”, sostuvo.
Los comicios partidarios del Partido Justicialista, brazo electoral del movimiento peronista, se realizaron el pasado 17 de noviembre, luego de que en marzo la fuerza política aceptó la renuncia de su expresidente Alberto Fernández, sumido en una crisis por las causas judiciales que enfrenta.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, se había postulado a la dirigencia partidaria antes que la exmandataria y aspiraba a ser su único rival, pero la Junta Electoral del PJ rechazó los avales que presentó y lo dejó fuera de la contienda.
El proceso estuvo cargado de tensión por disputas internas que dejaron al desnudo los enfrentamientos entre figuras del espacio.
En los días previos a la elección, Cristina Fernández esperaba un apoyo explícito del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Pero ese respaldo no llegó, y la relación entre ambos referentes peronistas se resquebrajó.
De hecho, Kicillof, quien se perfila como precandidato a la Presidencia en 2027, es uno de los más resonantes ausentes en la ceremonia de asunción de este miércoles.
No obstante, y a pesar de la debilidad que exhibió el Partido Justicialista tras la contundente derrota en las elecciones de octubre de 2023, continúa liderando la oposición a la gestión libertaria.
Desde la llegada de Milei, el peronismo no ha logrado reorganizarse ni capitalizar el descontento de una parte de la población.
Recién el pasado lunes, durante una cumbre del PJ, los principales referentes del movimiento consiguieron juntarse y exhibir una foto que intenta retratar la ansiada unidad.
En la reunión celebrada en Moreno, provincia de Buenos Aires, estuvieron el exministro de Economía y expostulante a la Presidencia, Sergio Massa, Axel Kicillof, Cristina Fernández y Máximo Kirchner, hijo de la exmandataria y titular del PJ bonaerense.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 12, 2024
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