COMIENZAN A APAGARSE LAS LUCES DEL SHOW DE LESA

HASTIO DE LOS JUECES, DELIRIOS DE LOS FISCALES, DESINTERES DE LA SOCIEDAD, INACTIVIDAD DE LOS RETIRADOS, ERGO INACCION DE LA POLITICA.
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Por Dr. Gonzalo Miño.

Aunque parezca una frase trasnochada, dicha después de una larga noche, la realidad es que LAS LUCES DEL SHOW DE LESA COMIENZAN A APAGARSE. Todos los que eran los Altos Mandos de aquella época, Comandantes de Cuerpo, Generales, Coroneles o Jefes de Regimiento, ya están muertos o incapacitados para estar en juicio por su avanzada edad.

El Ministerio Publico Fiscal hace malabares dialecticos, rayanos el absurdo, para intentar continúen estos juicios. No solo pretenden ahora enjuiciar a cabos, subtenientes o agentes de policía, sino que por ejemplo en un juicio de la ciudad de Rosario impulsan la declaración de inconstitucionalidad del Estado de Sitio dispuesto mediante decreto nº 1368 del 6 de noviembre de 1974 por el entonces gobierno constitucional peronista, bajo el argumento de que no había motivos de violencia alguna en ese momento y que ello fue el comienzo del plan represivo ilegal que luego se plasmó abiertamente con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Así intentan ampliar el lapso histórico para evitar que “el pozo se seque” definitivamente.

El Poder Judicial ya no oculta su hastío por tener que seguir tratamiento estos juicios después de más de veinte años de hacerlo. Están hartos de transitar los mismos juicios una y otra vez, con los mismos imputados, las mismas supuestas víctimas y los mismos testigos, que encima duran largos años porque los Fiscales “los estiran y los estiran” con delirantes y tediosos planteos como de renegar con las atenciones médicas de “los viejos”. Salvo algunos togados de la Casación y el inefable Señor de la Corte, que siguen encaprichados en apolilladas teorías ideológicas que la llevan al terreno judicial; la enorme mayoría de los judiciales están saturados de estos juicios.  

A su vez, a la sociedad ya le importa “un pito” estos juicios. Hoy hay una franja etaria de entre los 18 y los 30 años que no solo no les interesa este tema sino que no tienen las remota idea de lo que pasó en aquellos años. No saben ni de Videla ni de Fimenich. Piensan en el futuro, en el mundo digital, en la inteligencia artificial. Al mismo tiempo, la generación de los que pisan un poco más de 50, les dejó de interesar el tema. Como se dice “están en la diaria”, en cómo llegar a fin de mes, exigiendo seguridad en su barrio y estabilidad económica, nada más.

Este tema solo le importa a una diminuta minoría de la sociedad. Solo a las “orgas” de los derechos humanos y a los retirados de las fuerzas armadas, policiales y de seguridad. A más nadie. Dos tribus urbanas ya en extinción. 

Ahora, ¿por qué no se termina nunca de apagar las luces de un show ya en decadencia y casi sin público? la respuesta en sencilla y se asienta en tres premisas, veamos.

       1- Las “orgas” de los derechos humanos muy inteligentemente mantienen esa pequeña llama que aún sobrevive “encendida”. Ese fausto imperio que lograron consolidar allá por el 2012 fue derruido por el inexorable paso del tiempo e implosionado por su indefectible afán de abuso, corrupción, envilecimiento y deshonestidad. Saben muy bien como disfrazar sus debilidades en fortaleza y aunque ya solo son unos cuantos aparentan ser miles. Como bien dijo el General San Martin: “Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil callando”. Son tan solo un gigante con pie de barro.

2- Los retirados de todas las fuerzas siguen inertes en su inmovilidad. Han tomado este tema de una forma fatalista, casi como una inevitable desgracia del destino del cual no hay forma alguna de escapar. Así, se esconden tras el irritante ¿“que podemos hacer…?” o “estoy en zona de riesgo, nada puedo hacer…” para justificar su exasperante inacción. Hubiese bastado explotar las salas de audiencias de los juicios con retirados portando una bandera argentina o la sala de visita de Campo de Mayo para demostrar que los presos no están solos y los retirados no serán llevados “por delante” tan fácilmente. Tristemente prefieren una buena comilona privada en la cual presumen de tener “información A1”, esperando que caiga el “maná del cielo”.

3- El gobierno no firma el certificado de defunción de estas causas. JUSTAMENTE LAS DOS CIRCUNSTANCIAS ANTERIORES HAN HECHO QUE EL GOBIERNO NI SIQUIERA TENGA ESTE TEMA EN AGENDA. ¿PARA QUE SE COMPRARIAN OTRO “KILOMBO” CON LA OPOSICIÓN, POR UN ASUNTO QUE NI LOS PROPIOS EX UNIFORMADOS RECLAMAN PUBLICAMENTE? lo que se agiganta con este “León” que ha demostrado ser solo “jarabe de pico”. Declama bravuconamente su revolución cultural, pero a “la hora de los bifes arruga como frenada de gusano”. Encima, ensoberbecido por los últimos triunfos electorales, juntos a sus acólitos, se han dejado cegar por las luces del poder y se han embriago por el licor que este produce; y en vez de hacer lo que la Nación necesita, están experimentado con sus enajenadas ideas, convencidos que tienen el voto cautivo de los anti K, los militares, policías, fuerzas de seguridad, sus familias, los retirados y de todos lo que no quieren volver al pasado. En su alucinada jactancia creen que les muestra una foto de “Cris o el Kici” y van todos corriendo a votarlos.

PARA QUE HACER ALGO SI LOS VOTARAN IGUAL SOSTIENEN LOS VIOLETAS.

Así de simple es porque las luces del show de lesa nunca se terminan de apagar y siguen prendidas casi por rutina, ahora en penumbras. Las “orgas” de los derechos humanos y la izquierda corren a la sociedad con un marcha de 100 o 200 mil personas, la que venden como el pueblo en la calle y no son ni el 10% del padrón electoral ni representan al 5 % de la sociedad, los retirados siguen estáticos en silencio y por ello los gobernantes miran para otro lado. ERGO, LOS JUECES NO HARÁN NADA QUE LOS DEJE EN “OFF SIDE”.  

Cuenta una vieja historia que una vez en un circo nació un elefante, al cual engrillaron y encadenaron para que no se escape. El elefantino intentó por largo tiempo romper esas cadenas, pero no pudo. Pasó el tiempo y ese elefantito se convirtió en un gran elefante adulto. Obviamente los grilletes y las cadenas pasaron a ser casi de papel crepe. El resto de los animales le decían que rompa las cadenas que podía hacerlo y sería libre. A pesar de que el elefante con tan solo mover su pata hubiese roto el grillete y la cadena, solo repetía: “no se puede, lo intente por muchos años y no se puede…”. Muchos años después el elefante murió de viejo, engrillado y encadenado.

Así será el final de los militares, policías, fuerzas de seguridad y civiles del “mundo lesa” …?

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 29, 2025


 

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