Por Dr. Gonzalo Miño para PrisioneroEnArgentina.com
El “León”, en el acto de presentación de la flota de aviones F-16 en Río Cuarto, espetó en su discurso: “En un esfuerzo por hacer usufructo político de una tragedia nacional como fue la última dictadura militar, en las últimas décadas el kirchnerismo se dedicó a demonizar a nuestras Fuerzas Armadas y a resentir la relación entre éstas y la sociedad”.
LA VERDAD, SORPRENDENTE QUE QUIEN EN LA CAMPAÑA ELECTORAL HABLO DE “UNA GUERRA” CON RESPECTO A LO SUCEDIDO EN LOS AÑOS 70, AHORA SE REFIERA A LO MISMO COMO “DICTADURA MILITAR”, MISMO CONCEPTO QUE UTILIZAN LAS ORGAS DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LOS JUICIOS DENOMINADOS “DE LESA”.
Si bien es cierto, que desde que asumieron los libertarios han cesado los discursos oficiales retóricos sobre lo sucedido en los años 70 que solo buscaban la demonización de las Fuerzas Armadas (para encubrir el mayor latrocinio de la historia política argentina); no es menos cierto que este gobierno nada ha hecho para terminar la persecución política iniciada ya hace veintiún (21) años, llevada a cabo desde la Justicia, contra los integrantes no solo de las Fuerzas Armadas, sino Policiales y de Seguridad.
Como se dice, hay pecados de comisión, pero también los hay de OMISION. Y esta omisión libertaria también “demoniza a nuestras Fuerzas Armadas y resiente su relación con la sociedad”.
Seguramente alguno dirá que toda guerra es una tragedia y tiene razón. Pero ese razonamiento es aceptable en una charla de café o en una discusión después del almuerzo del Domingo de simples ciudadanos, pero no en un Presidente de la Nación, el que sabe perfectamente la “carga política” que tiene el concepto “dictadura militar”, sobre todo en el Poder Judicial.
Precisamente, las “orgas” de los derechos humanos, con el oportuno estratégico apoyo de los gobiernos nacionales y populares, han logrado instalar en todas las sentencias judiciales de los juicios “de lesa” del país -también en la sociedad-, el concepto “dictadura militar”; para así simplemente deducir, bajo ese concepto, que en nuestro país se cometió un “genocidio”. Entonces, no necesitan ya probar nada, les basta con blandir la bandera de esa “dictadura militar”, exponer que militares y policías cumplían funciones en esa época, para que la perpetua salga casi automáticamente. Incluso, ahora, ya no hablan de “dictadura militar”, sino de “dictadura cívica, eclesiástica, empresarial y militar” para justificar de esta manera, poder encanar no solo militares o policías, sino también a civiles, empresarios y sacerdotes.
POR ELLO, RESULTA MUY LLAMATIVO QUE QUIEN VOCIFERA QUE VINO A DAR EL CAMBIO CULTURAL EN NUESTRO PAIS, UTILICE EL CONCEPTO “DICTADURA MILITAR”, QUE REPETIMOS, MATICES MÁS, MATICES MENOS, ES EL MISMO QUE UTILIZAN LAS ORGAS DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SIRVEN PARA JUSTIFICAR ESTOS JUICIOS.
No creemos desde esta columna que haya sido un descuido o simplemente una frase más, por el contrario, creemos que fue puntual y fríamente elegida. El que la redactó sabía perfectamente lo que hacía y el efecto que podría generar. No hay descuidos en un discurso presidencial.
Sería bueno preguntarle entonces al Presidente de la Nación si, a raíz de este discurso, si cree que lo que sucede en Gaza es una tragedia, pues si lo que ocurrió en nuestro país fue una tragedia lo mismo debe ser en Israel. Salvo claro, que el libertario crea que lo que ocurre allí es una guerra contra el terrorismo que merece todo su explicito apoyo y lo que sucedió acá fue una represión ilegal que merece la condena de la justicia y su estricto silencio.
Parece que el “León” sigue los pasos del “gato”, pretendiendo un quiebre en las Fuerzas Armadas y Policiales. Las de hoy son “buenas” y las de ayer son “malas”, pretendiendo “sobarles el lomo” a las de hoy, comprándole unos aviones F-16 y buscando adquirir submarinos y nuevos fusiles como reacomodar un poco la obra social; mientras se desentiende de las de ayer, permitiendo que les violen las más minimas garantías procesales y constitucionales.
La verdad nada de todo esto debería sorprendernos. Ya el “León” fijó su postura en agosto del año pasado, a raíz de la visita de unos diputados a la cárcel de Ezeiza, con ese lacónico “ESA NO ES MI AGENDA”. De hecho, este gobierno sigue querellando en los denominados juicios “de lesa”, como por ejemplo en Rosario, donde su representante no se cansa de oponerse a detenciones domiciliarias, libertades y hasta solicita las penas más altas. Incluso, el Ministerio de Defensa de la Nación tiene “dormido” (desde hace un mes y medio) el oficio judicial que le ordena restituir los haberes y la obra social a un militar dado de baja a principios de año. Sin dejar de mencionar que ya lo hemos dicho desde esta columna, unos de los principales asesores de la “Jefa”, es el “Señor de la Corte”
Más aún, cuando la Suprema Corte sostuvo sin ambages, en el reciente fallo “Castillo”, que mantener a una persona en prisión preventiva por casi doce (12) años sin condena es una “degradación del estado de derecho”, ni el Ministro de Justicia de la Nación ni ningún dirigente libertario esbozó ni siquiera un mísero comentario al respecto. Esta lapidaria definición de que en nuestro país se degrada, en la forma abyecta, el estado de derecho, debió haber merecido algún comentario de nuestros gobernantes, en especial del Ministro de Justicia de la Nación. “Silencio Stampa” de todos, a la par que los jueces inferiores, estoicamente, siguen prorrogando las excedidas preventivas, pasándole ese fallo por el “tuje”.
Entonces, el concepto “dictadura militar” utilizado por el “León” es todo una definición, con un subliminal mensaje al Poder Judicial “sigan prevaricando tranquilos muchachos, que desde el gobierno nada haremos al respecto porque no nos interesa”. Todo un émulo del famoso arbitrario de futbol Pancho Lamolina y su tristemente famoso “siga siga”.
Como siempre decimos no se busca impunidad sino legalidad. Se busca que en los procesos denominados de “lesa” se respeten las garantías constitucionales y procesales como se hace con cualquier ciudadano común y no se les aplique una ley paralela; nada más, solo eso. Reglas claras e igualdad en los juicios de “lesa”. POR ESO SE LE exige AL GOBIERNO, QUE FIJE COMO POLITICA DE ESTADO EL RESPETO AL ESTADO DE DERECHO PARA TODOS, AUN PARA LOS DE “LESA”.
Tan solo lo básico se le pide al Presidente y a su gobierno.
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El “León”, en el acto de presentación de la flota de aviones F-16 en Río Cuarto, espetó en su discurso: “En un esfuerzo por hacer usufructo político de una tragedia nacional como fue la última dictadura militar, en las últimas décadas el kirchnerismo se dedicó a demonizar a nuestras Fuerzas Armadas y a resentir la relación entre éstas y la sociedad”.
LA VERDAD, SORPRENDENTE QUE QUIEN EN LA CAMPAÑA ELECTORAL HABLO DE “UNA GUERRA” CON RESPECTO A LO SUCEDIDO EN LOS AÑOS 70, AHORA SE REFIERA A LO MISMO COMO “DICTADURA MILITAR”, MISMO CONCEPTO QUE UTILIZAN LAS ORGAS DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LOS JUICIOS DENOMINADOS “DE LESA”.
Si bien es cierto, que desde que asumieron los libertarios han cesado los discursos oficiales retóricos sobre lo sucedido en los años 70 que solo buscaban la demonización de las Fuerzas Armadas (para encubrir el mayor latrocinio de la historia política argentina); no es menos cierto que este gobierno nada ha hecho para terminar la persecución política iniciada ya hace veintiún (21) años, llevada a cabo desde la Justicia, contra los integrantes no solo de las Fuerzas Armadas, sino Policiales y de Seguridad.
Como se dice, hay pecados de comisión, pero también los hay de OMISION. Y esta omisión libertaria también “demoniza a nuestras Fuerzas Armadas y resiente su relación con la sociedad”.
Seguramente alguno dirá que toda guerra es una tragedia y tiene razón. Pero ese razonamiento es aceptable en una charla de café o en una discusión después del almuerzo del Domingo de simples ciudadanos, pero no en un Presidente de la Nación, el que sabe perfectamente la “carga política” que tiene el concepto “dictadura militar”, sobre todo en el Poder Judicial.
Precisamente, las “orgas” de los derechos humanos, con el oportuno estratégico apoyo de los gobiernos nacionales y populares, han logrado instalar en todas las sentencias judiciales de los juicios “de lesa” del país -también en la sociedad-, el concepto “dictadura militar”; para así simplemente deducir, bajo ese concepto, que en nuestro país se cometió un “genocidio”. Entonces, no necesitan ya probar nada, les basta con blandir la bandera de esa “dictadura militar”, exponer que militares y policías cumplían funciones en esa época, para que la perpetua salga casi automáticamente. Incluso, ahora, ya no hablan de “dictadura militar”, sino de “dictadura cívica, eclesiástica, empresarial y militar” para justificar de esta manera, poder encanar no solo militares o policías, sino también a civiles, empresarios y sacerdotes.
POR ELLO, RESULTA MUY LLAMATIVO QUE QUIEN VOCIFERA QUE VINO A DAR EL CAMBIO CULTURAL EN NUESTRO PAIS, UTILICE EL CONCEPTO “DICTADURA MILITAR”, QUE REPETIMOS, MATICES MÁS, MATICES MENOS, ES EL MISMO QUE UTILIZAN LAS ORGAS DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SIRVEN PARA JUSTIFICAR ESTOS JUICIOS.
No creemos desde esta columna que haya sido un descuido o simplemente una frase más, por el contrario, creemos que fue puntual y fríamente elegida. El que la redactó sabía perfectamente lo que hacía y el efecto que podría generar. No hay descuidos en un discurso presidencial.
Sería bueno preguntarle entonces al Presidente de la Nación si, a raíz de este discurso, si cree que lo que sucede en Gaza es una tragedia, pues si lo que ocurrió en nuestro país fue una tragedia lo mismo debe ser en Israel. Salvo claro, que el libertario crea que lo que ocurre allí es una guerra contra el terrorismo que merece todo su explicito apoyo y lo que sucedió acá fue una represión ilegal que merece la condena de la justicia y su estricto silencio.
Parece que el “León” sigue los pasos del “gato”, pretendiendo un quiebre en las Fuerzas Armadas y Policiales. Las de hoy son “buenas” y las de ayer son “malas”, pretendiendo “sobarles el lomo” a las de hoy, comprándole unos aviones F-16 y buscando adquirir submarinos y nuevos fusiles como reacomodar un poco la obra social; mientras se desentiende de las de ayer, permitiendo que les violen las más minimas garantías procesales y constitucionales.
La verdad nada de todo esto debería sorprendernos. Ya el “León” fijó su postura en agosto del año pasado, a raíz de la visita de unos diputados a la cárcel de Ezeiza, con ese lacónico “ESA NO ES MI AGENDA”. De hecho, este gobierno sigue querellando en los denominados juicios “de lesa”, como por ejemplo en Rosario, donde su representante no se cansa de oponerse a detenciones domiciliarias, libertades y hasta solicita las penas más altas. Incluso, el Ministerio de Defensa de la Nación tiene “dormido” (desde hace un mes y medio) el oficio judicial que le ordena restituir los haberes y la obra social a un militar dado de baja a principios de año. Sin dejar de mencionar que ya lo hemos dicho desde esta columna, unos de los principales asesores de la “Jefa”, es el “Señor de la Corte”
Más aún, cuando la Suprema Corte sostuvo sin ambages, en el reciente fallo “Castillo”, que mantener a una persona en prisión preventiva por casi doce (12) años sin condena es una “degradación del estado de derecho”, ni el Ministro de Justicia de la Nación ni ningún dirigente libertario esbozó ni siquiera un mísero comentario al respecto. Esta lapidaria definición de que en nuestro país se degrada, en la forma abyecta, el estado de derecho, debió haber merecido algún comentario de nuestros gobernantes, en especial del Ministro de Justicia de la Nación. “Silencio Stampa” de todos, a la par que los jueces inferiores, estoicamente, siguen prorrogando las excedidas preventivas, pasándole ese fallo por el “tuje”.
Entonces, el concepto “dictadura militar” utilizado por el “León” es todo una definición, con un subliminal mensaje al Poder Judicial “sigan prevaricando tranquilos muchachos, que desde el gobierno nada haremos al respecto porque no nos interesa”. Todo un émulo del famoso arbitrario de futbol Pancho Lamolina y su tristemente famoso “siga siga”.
Como siempre decimos no se busca impunidad sino legalidad. Se busca que en los procesos denominados de “lesa” se respeten las garantías constitucionales y procesales como se hace con cualquier ciudadano común y no se les aplique una ley paralela; nada más, solo eso. Reglas claras e igualdad en los juicios de “lesa”. POR ESO SE LE exige AL GOBIERNO, QUE FIJE COMO POLITICA DE ESTADO EL RESPETO AL ESTADO DE DERECHO PARA TODOS, AUN PARA LOS DE “LESA”.
Tan solo lo básico se le pide al Presidente y a su gobierno.
PrisioneroEnArgentina.com
Dic 7, 2025