Marilia y Matheus Pierini planeaban su soñada boda, ofrendándose uno a otro amor eterno en la intemperie, pero el clima de San Pablo, Brasil cambió y debieron rentar una carpa para proteger a los invitados de la fuerte tormenta.
Quien no se encontraba en la lista de invitados fue quien resultó tan o más beneficiado que los recién casados.
A la hora de pronunciar los votos, un peludo y embarrado perro callejero se acomodó sobre el velo que la novia arrastraba sobre una alfombra a lo largo de la carpa.
“Sentí un enorme placer, ya que soy una enamorada de los animales”, dijo Marilia.
El can comenzó a hacer amigos entre los invitados y “comió de arriba”. Luego, se perdió en la noche.
Fue allí cuando Marilia y Matheus -en plena preparación de su viaje de bodas- tomaron la primera decisión de pareja: Debían adoptar al animalito.
Nadie sabía de su paradero. Una semana entera transcurrió hasta que finalmente pudieron dar con él.
“Lo llevamos a casa y lo bañé. Comió y bebió hasta más no poder. Los tres somos parte de una familia muy feliz”.
Por María Ferreyra.
Marilia y Matheus Pierini planeaban su soñada boda, ofrendándose uno a otro amor eterno en la intemperie, pero el clima de San Pablo, Brasil cambió y debieron rentar una carpa para proteger a los invitados de la fuerte tormenta.
Quien no se encontraba en la lista de invitados fue quien resultó tan o más beneficiado que los recién casados.
A la hora de pronunciar los votos, un peludo y embarrado perro callejero se acomodó sobre el velo que la novia arrastraba sobre una alfombra a lo largo de la carpa.
“Sentí un enorme placer, ya que soy una enamorada de los animales”, dijo Marilia.
El can comenzó a hacer amigos entre los invitados y “comió de arriba”. Luego, se perdió en la noche.
Fue allí cuando Marilia y Matheus -en plena preparación de su viaje de bodas- tomaron la primera decisión de pareja: Debían adoptar al animalito.
Nadie sabía de su paradero. Una semana entera transcurrió hasta que finalmente pudieron dar con él.
“Lo llevamos a casa y lo bañé. Comió y bebió hasta más no poder. Los tres somos parte de una familia muy feliz”.
Ya no es más “ese perrito”. Su nombre es Snoop.
María Ferreyra
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 21, 2017
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